Viuda

 

¿Qué acontece a los que dictan leyes injustas,… para despojar a las viudas y robar a los huérfanos,… cuando Jesús les determina el día de su castigo?

 

1¡Ay de los que dictan leyes injustas, y prescriben tiranía, 2para apartar del juicio a los pobres, y para quitar el derecho a los afligidos de mi pueblo; para despojar a las viudas, y robar a los huérfanos! 3¿Y qué haréis en el día del castigo? ¿A quién os acogeréis para que os ayude, cuando venga de lejos el asolamiento? ¿En dónde dejaréis vuestra gloria? 4Sin mí se inclinarán entre los presos, y entre los muertos caerán. Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida.” (Isa. 10:1-4)

 

¿Es Dios defensor de las viudas en su santa morada?

 

5Padre de huérfanos y defensor de viudas Es Dios en su santa morada.” (Sal. 68:5)

 

¿Jesús asola la casa de los soberbios; pero afirma la heredad de la viuda?

 

25Jesús asolará la casa de los soberbios; Pero afirmará la heredad de la viuda” (Prov. 15:25)

 

¿Hay que amparar a la viuda,… para que Jesús limpie los pecados,… y comer el bien de la tierra?

 

15Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos. 16Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; 17aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. 18Venid luego, dice Jesús, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. 19Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra; 20si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Jesús lo ha dicho.” (Isa. 1:15-20)

 

¿Jerusalén por dejar a Jesús y volverse atrás,… las viudas se multiplicó más que la arena del mar?

 

5Porque ¿quién tendrá compasión de ti, oh Jerusalén? ¿Quién se entristecerá por tu causa, o quién vendrá a preguntar por tu paz? 6Tú me dejaste, dice Jesús; te volviste atrás; por tanto, yo extenderé sobre ti mi mano y te destruiré; estoy cansado de arrepentirme. 7Aunque los aventé con aventador hasta las puertas de la tierra, y dejé sin hijos a mi pueblo y lo desbaraté, no se volvieron de sus caminos. 8Sus viudas se me multiplicaron más que la arena del mar; traje contra ellos destruidor a mediodía sobre la madre y sobre los hijos; hice que de repente cayesen terrores sobre la ciudad. 9Languideció la que dio a luz siete; se llenó de dolor su alma, su sol se puso siendo aún de día; fue avergonzada y llena de confusión; y lo que de ella quede, lo entregaré a la espada delante de sus enemigos, dice Jesús.” (Jer. 15:5-9)

 

¿La hija de los caldeos o la hija de Babilonia, llega a experimentar lo que es ser viuda y orfandad en un mismo día,… por que se confía en su maldad, diciendo: Nadie me ve,… y dice en su corazón Yo, y nadie más?

 

5Siéntate, calla, y entra en tinieblas, hija de los caldeos [es decir hija de Babilonia (Isa. 13:19)]; porque nunca más te llamarán señora de reinos. 6Me enojé contra mi pueblo, profané mi heredad, y los entregué en tu mano; no les tuviste compasión; sobre el anciano agravaste mucho tu yugo. 7Dijiste: Para siempre seré señora; y no has pensado en esto, ni te acordaste de tu postrimería. 8Oye, pues, ahora esto, mujer voluptuosa, tú que estás sentada confiadamente, tú que dices en tu corazón: Yo soy, y fuera de mí no hay más; no quedaré viuda, ni conoceré orfandad. 9Estas dos cosas te vendrán de repente en un mismo día, orfandad y viudez; en toda su fuerza vendrán sobre ti, a pesar de la multitud de tus hechizos y de tus muchos encantamientos. 10Porque te confiaste en tu maldad, diciendo: Nadie me ve. Tu sabiduría y tu misma ciencia te engañaron, y dijiste en tu corazón: Yo, y nadie más. 11Vendrá, pues, sobre ti mal, cuyo nacimiento no sabrás; caerá sobre ti quebrantamiento, el cual no podrás remediar; y destrucción que no sepas vendrá de repente sobre ti.” (Isa. 47:5-11)

 

¿Tiene que ocuparse la iglesia de las viudas,…?

 

11Pero viudas más jóvenes no admitas; porque cuando, impulsadas por sus deseos, se rebelan contra Cristo, quieren casarse, 12incurriendo así en condenación, por haber quebrantado su primera fe. 13Y también aprenden a ser ociosas, andando de casa en casa; y no solamente ociosas, sino también chismosas y entremetidas, hablando lo que no debieran. 14Quiero, pues, que las viudas jóvenes se casen, críen hijos, gobiernen su casa; que no den al adversario ninguna ocasión de maledicencia. 15Porque ya algunas se han apartado en pos de Satanás. 16Si algún creyente o alguna creyente tiene viudas, que las mantenga, y no sea gravada la iglesia, a fin de que haya lo suficiente para las que en verdad son viudas. (1Tim. 5:11-16)

 


 
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