La Justificación
Versión 2.0.09
Veamos que nos dice las
Sagradas Escrituras sobre la justificación,…
¿Qué es la
justificación,…?
“9Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación.”
(2Cor. 3:9)
“30Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos
ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención”
(1Cor. 1:30)
¿Qué tiene
que ver la resurrección de Cristo, con nuestra justificación,…?
“24sino también con respecto a nosotros a quienes ha de
ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro,
25el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y
resucitado para nuestra justificación.” (Rom. 4:24)
¿Qué utiliza Dios para justificar,…?
“30Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio
de la fe a los
de la incircuncisión. 31¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera,
sino que confirmamos la ley.” (Rom.
3:30-31)
¿Qué nos
justifica,…?
“37Porque por tus palabras serás justificado,
y por tus palabras serás condenado.” (Mat. 12:37)
“16Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó; porque
ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación. 17Pues si
por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben
la abundancia de la gracia y del don de la justicia.”
(Rom. 5:16-17) Observe que el don viene a causa de muchas
transgresiones para justificación,…
“11Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido
santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.”
(1Cor. 6:11) Observe que justifica el nombre de
Jesucristo y el Espíritu de Dios,…
“5nos salvó, no por obras de justicia que nosotros
hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, 6el cual derramó en nosotros abundantemente por
Jesucristo
nuestro Salvador, 7para que justificados por su gracia, viniésemos a ser
herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.” (Tit. 3:5-6) Observe
que el hombre ser justificado por gracia implica,… someterse a la misericordia
de Dios, el lavamiento de la regeneración y renovar el Espíritu Santo,…
¿Por la
fe son justificados los gentiles,…? “8Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti
serán benditas todas las naciones. 9De modo que los de la
fe son
bendecidos con el creyente Abraham.”
(Gal. 3:8-9) ¿Cuál es la fe que justifica,…? “4De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.
5Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia; 6porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni
la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.”
(Gal. 5:4-5)
¿Qué justificación recibimos de Cristo,…?
“17Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. 18Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.” (Rom. 15:17-19)
¿Qué hacer
para ser justificados,…?
“37Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.” (Mat. 12:37) ¿Cómo
podemos ser justificados en nuestras palabras,…? “1¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿O de qué aprovecha
la circuncisión?
2Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido
confiada la palabra de Dios. 3¿Pues qué, si algunos de ellos
han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios? 4De
ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como está escrito: Para que seas justificado en tus palabras, Y venzas cuando
fueres juzgado.” (Rom. 3:1-4) Observe que el hombre
mentiroso tiene que ser veraz para que sea justificado por sus palabras,…
“23por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, 24siendo justificados
gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,
25a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber
pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, 26con la mira de
manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de
Jesús.” (Rom. 3:23-26) Observe que son justificados gratuitamente
las personas que son de la fe de Jesús,…
“1Justificados, pues,
por la fe,
tenemos paz
para con Dios
por medio de nuestro Señor Jesucristo;
2por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos
firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.”
(Rom. 5:1-2) Observe que el hombre es justificado por la
fe la cual nos lleva a tener paz para con Dios,… esto implica a que el hombre
tiene que tener fe para ser justificado,… ¿El ser justificado por la fe de
Jesucristo,… implica que Cristo es ministro del pecado,…? “17Y si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros
somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado? En ninguna manera. 18Porque si
las cosas que
destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago. 19Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios. 20Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que
ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
21No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió
Cristo.” (Gál. 2:17-21)
“25Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me
acordaré de tus pecados. 26Hazme recordar, entremos en juicio juntamente; habla tú para justificarte.
27Tu primer padre pecó, y tus enseñadores prevaricaron contra mí. 28Por tanto, yo profané los príncipes del santuario, y puse por
anatema a Jacob
y por oprobio a Israel.” (Isa.
43:25-28)
¿En qué no
podemos ser justificados,…?
“20ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.” (Rom. 3:20) Observe
que la ley no tiene que hacer obra alguna para que yo sea justificado, pero yo
si tengo que hacer obras que Dios nos manda para ser justificado, entre algunas
de ellas es tener la fe de Jesús y ser veraz,… veámoslo:
“23por cuanto todos pecaron, y están
destituidos de la gloria de Dios, 24siendo justificados
gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,
25a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber
pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, 26con la mira de
manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de
Jesús.” (Rom. 3:23-26) Observe que son justificados gratuitamente las personas que son de la fe de
Jesús,…
“37Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.” (Mat. 12:37) ¿Cómo
podemos ser justificados en nuestras palabras,…? “1¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿O de qué aprovecha
la circuncisión?
2Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido
confiada la palabra de Dios. 3¿Pues qué, si algunos de ellos
han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios? 4De
ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como está escrito: Para que seas justificado en tus palabras, Y venzas cuando
fueres juzgado.” (Rom. 3:1-4) Observe que el hombre
mentiroso tiene que ser veraz para que sea justificado por sus palabras,…
“28Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.” (Rom. 3:28)
“4Porque aunque de
nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor.” (1Cor.
4:4)
“16sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo,
nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.”
(Gál. 2:16) ¿El no ser justificado por las obras de la ley sino ser
justificado por la fe de Jesucristo,… implica que Cristo es ministro del
pecado,…? “17Y si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros
somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado? En ninguna manera. 18Porque si
las cosas que
destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago. 19Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios. 20Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que
ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
21No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió
Cristo.” (Gál. 2:17-21)
“11Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque:
El justo por
la fe vivirá;
12y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ella”
(Gal. 3:11)
¿Cuál es la
función de ley en la justificación,…?
“23Pero antes que
viniese la fe,
estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. 24De
manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos
justificados por la fe. 25Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, 26pues
todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; 27porque todos los que habéis
sido bautizados
en Cristo, de Cristo estáis revestidos.
28Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos
vosotros sois uno en Cristo Jesús. 29Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje
de Abraham
sois, y herederos según la promesa.”
(Gál. 3:23-28) Observe que la ley es el ayo que lleva a la
persona a Cristo,… a fin de ser justificados por fe,… pero cuando la fe llega a
nosotros ya no estamos bajo el ayo,… esto se debe a que ya no pecamos,…
veámoslo: “5Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza
de su muerte,
así también lo seremos en la de su resurrección; 6sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue
crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. 7Porque
el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. 8Y si morimos con Cristo, creemos que también
viviremos con él; 9sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más
de él. 10Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por
todas; más en cuanto vive, para Dios vive. 11Así también vosotros consideraos
muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. 12No
reine, pues,
el pecado en
vuestro cuerpo
mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; 13ni
tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre
los muertos, y
vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. 14Porque el pecado no se enseñoreará de
vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.”
(Rom. 6:5-11) Observe el que muere es justificado del
pecado,… siempre y cuando se muera en Cristo,… consecuencia de ello nunca más
se practica el pecado,… ya que se está bajo la gracia y no bajo la ley.
¿El hombre
es justificado por las obras,…?
“1¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne? 2Porque
si Abraham fue
justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios. 3Porque
¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. 4Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda;
5mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. 6Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, 7diciendo:
Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos.” (Rom. 4:1-6) Observe que no es necesario obrar para ser justificado, pero tenga presente
que esto no inválida que debemos creer en el que justifica al impío para ser
justificado,… esto es lo que está escrito, veámoslo: “23por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, 24siendo justificados
gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,
25a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber
pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, 26con la mira de manifestar
en este tiempo su
justicia, a
fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.” (Rom.
3:23-26) Observe que son justificados gratuitamente las personas
que son de la fe de Jesús,…
¿Cómo
actúan las obras en la fe para que el hombre sea justificado,…? “18ero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. 19Tú
crees que Dios
es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. 20¿Más
quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? 21¿No fue
justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo
Isaac sobre el altar? 22¿No
ves que la fe
actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? 23Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. 24Vosotros
veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe.
25Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los
mensajeros y los envió por otro camino? 26Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así
también la fe
sin obras está
muerta.” (Sant. 2:18-25)
¿En quién
podemos ser justificados,…?
“37Mas aquel a quien Dios levantó, no vio
corrupción. 38Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados, 39y que de todo
aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es
justificado todo aquel que cree.” (Hech. 13:39)
“8Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 9Pues mucho más, estando ya
justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.” (Rom. 5:8-9)
“24Y se dirá de mí:
Ciertamente en Jesús está la justicia y la fuerza; a él vendrán, y todos los que contra él se enardecen serán
avergonzados. 25En Jesús será justificada y se gloriará toda la descendencia de Israel.” (Isa. 45:24-25)
¿El ser justificado por Cristo,… no implica que Cristo sea ministro del pecado,… lo que nos lleva a vivir para Dios y no para la transgresión de la ley,… ya que yo por la ley soy muerto a ley, a fin de vivir para Dios,…?
“16sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser
justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado. 17Y
si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado?
En ninguna manera. 18Porque si las cosas que
destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago. 19Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios.
20Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en
la carne, lo
vivo en la fe
del Hijo de Dios, el cual me amó y se
entregó a sí mismo por mí. 21No desecho
la gracia de
Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.”
(Gál. 2:16-21)
¿Por quién es justificada la sabiduría,…?
“19Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: He aquí un hombre comilón, y bebedor
de vino, amigo de publicanos y de pecadores. Pero la sabiduría es justificada
por sus hijos.” (Mat. 11:19)
¿Quién es
el que justifica,…?
“33¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.”
(Rom. 8:33)
¿Quién es hecho
para nosotros justificación,…?
“30Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos
ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención”
(1Cor. 1:30)
¿Quién es
justificado en el Espíritu,…?
“16E
indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria.”
(1Tim. 3:16)
¿Quién
justifica a muchos con sus palabras,…?
“10Con todo eso, Jesús quiso quebrantarlo,
sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá
por largos días,
y la voluntad de Jesús será en su mano prosperada. 11Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho;
por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.
12Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes
repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.”
(Isa. 53:10-12)
¿Quiénes
son justificados delante de Dios,… en el día que Dios juzga los secretos de los
hombres,…?
“12Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; 13porque
no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. 14Porque
cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 15mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio
su conciencia,
y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, 16en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de
los hombres,
conforme a mi evangelio.” (Rom.
3:12-16)
¿A quienes Jerusalén justifica con sus abominaciones,… cual es la
consecuencia de ello,…?
“1Vino a mí palabra de Jesús, diciendo: 2Hijo de hombre, notifica a Jerusalén sus abominaciones,
3y di: Así ha dicho Jesús el Señor sobre Jerusalén: Tu origen, tu nacimiento, es de la tierra de Canaán; tu padre fue amorreo, y tu madre hetea. 4Y en cuanto
a tu nacimiento,
el día que naciste
no fue cortado tu ombligo, ni fuiste lavada con aguas para limpiarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con
fajas.
5No hubo ojo que se compadeciese de ti para hacerte algo de esto, teniendo de ti misericordia; sino que
fuiste arrojada sobre la faz del campo, con menosprecio de tu vida, en el día que naciste. 6Y yo pasé junto a ti, y te vi sucia en tus sangres, y cuando estabas
en tus sangres
te dije: ¡Vive! Sí, te dije, cuando estabas en tus sangres: ¡Vive!
7Te hice multiplicar como la hierba del campo; y creciste y te hiciste grande, y llegaste a ser muy hermosa; tus pechos se habían formado, y
tu pelo había
crecido; pero estabas desnuda y descubierta. 8Y pasé
yo otra vez junto a ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y te di juramento
y entré en pacto contigo, dice Jesús el Señor, y fuiste mía. 9Te lavé con agua, y lavé tus sangres de encima de ti, y te ungí con aceite; 10y
te vestí de bordado, te calcé de tejón, te ceñí de lino y te cubrí de seda. 11Te atavié con adornos, y puse brazaletes en tus brazos y collar a tu cuello. 12Puse
joyas en tu nariz, y zarcillos en tus orejas, y una hermosa diadema en tu cabeza. 13Así
fuiste adornada de oro y de plata, y tu vestido era de lino fino, seda y bordado; comiste flor de harina de trigo, miel y aceite; y fuiste hermoseada en extremo, prosperaste hasta llegar a
reinar.
14Y salió tu renombre entre las naciones a causa de tu hermosura; porque era perfecta, a causa de mi hermosura que yo puse
sobre ti, dice
Jesús el Señor. 15Pero
confiaste en tu hermosura, y te prostituiste a causa de tu renombre, y derramaste tus fornicaciones a cuantos
pasaron; suya eras. 16Y tomaste de tus vestidos, y te hiciste diversos
lugares altos,
y fornicaste
sobre ellos; cosa semejante nunca había sucedido, ni sucederá más.
17Tomaste asimismo tus hermosas alhajas de oro y de plata que yo te había dado, y te hiciste imágenes de hombre y fornicaste con ellas; 18y
tomaste tus vestidos de diversos colores y las cubriste; y mi aceite y mi incienso pusiste delante de
ellas. 19Mi pan también, que yo te había dado, la flor de la harina, el aceite y la miel, con que yo te
mantuve, pusiste delante de ellas para olor agradable; y fue así, dice Jesús el Señor. 20Además
de esto, tomaste tus hijos y tus hijas que habías dado a luz para mí, y los sacrificaste a ellas para que fuesen consumidos. ¿Eran poca cosa tus fornicaciones,
21para que degollases también a mis hijos y los ofrecieras a
aquellas imágenes como ofrenda que el fuego
consumía? 22Y con todas tus abominaciones y tus fornicaciones no te has
acordado de los días de tu juventud, cuando estabas desnuda y descubierta, cuando estabas envuelta
en tu sangre. 23Y
sucedió que después de toda tu maldad (¡ay, ay de ti! dice Jesús el Señor), 24te edificaste lugares altos, y te hiciste altar en todas las plazas. 25En
toda cabeza de
camino
edificaste lugar alto, e hiciste abominable tu hermosura, y te ofreciste a cuantos pasaban, y
multiplicaste tus fornicaciones. 26Y fornicaste con los hijos de Egipto, tus vecinos,
gruesos de carnes; y aumentaste tus fornicaciones para enojarme. 27Por tanto, he
aquí que yo extendí contra ti mi mano, y disminuí tu provisión ordinaria, y te entregué a la voluntad de las hijas de los filisteos, que te
aborrecen, las cuales se avergüenzan de tu camino deshonesto. 28Fornicaste también
con los asirios,
por no haberte saciado; y fornicaste con ellos y tampoco te saciaste.
29Multiplicaste asimismo tu fornicación en la tierra de Canaán y de los caldeos, y tampoco con esto te saciaste. 30¡Cuán
inconstante es tu corazón, dice Jesús el Señor, habiendo hecho todas estas cosas, obras de una ramera desvergonzada, 31edificando tus
lugares altos en toda cabeza de camino, y haciendo tus altares en todas las plazas! Y no fuiste semejante a ramera, en que menospreciaste la paga, 32sino
como mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a ajenos. 33A todas las rameras les dan dones; mas
tú diste tus dones a todos tus enamorados; y les diste presentes, para que de todas partes se
llegasen a ti en tus fornicaciones. 34Y ha sucedido contigo, en tus
fornicaciones,
lo contrario de las demás mujeres: porque ninguno te ha solicitado para fornicar, y tú das la paga, en lugar de
recibirla; por esto has sido diferente. 35Por tanto,
ramera, oye
palabra de Jesús. 36Así ha dicho Jesús el Señor: Por cuanto han sido
descubiertas tus desnudeces en tus fornicaciones, y tu confusión ha sido manifestada a tus enamorados, y a los ídolos de tus abominaciones, y en la
sangre de tus hijos, los cuales les diste; 37por
tanto, he aquí que yo reuniré a todos tus enamorados con los cuales tomaste placer, y a todos los que amaste, con todos los que aborreciste; y
los reuniré alrededor de ti y les descubriré tu desnudez, y ellos verán toda tu desnudez. 38Y yo te juzgaré por las leyes de las adúlteras, y de las que
derraman sangre;
y traeré sobre ti sangre de ira y de celos. 39Y te entregaré en manos de ellos; y
destruirán tus lugares altos, y derribarán tus altares, y te despojarán de tus ropas, se llevarán tus hermosas alhajas, y te dejarán desnuda y descubierta. 40Y harán subir
contra ti
muchedumbre de gente, y te apedrearán, y te atravesarán con sus espadas. 41Quemarán
tus casas a fuego, y harán en ti juicios en presencia de muchas mujeres; y así haré que dejes de ser ramera, y que ceses de prodigar tus dones. 42Y
saciaré mi ira
sobre ti, y se
apartará de ti mi celo, y descansaré y no me enojaré más. 43Por
cuanto no te acordaste de los días de tu juventud, y me provocaste a ira en todo esto, por eso, he aquí yo también traeré tu camino sobre tu cabeza, dice Jesús el Señor; pues ni aun has
pensado sobre toda tu lujuria. 44He aquí, todo el que usa de
refranes te aplicará a ti el refrán que dice: Cual la madre, tal la hija. 45Hija eres tú de tu madre, que desechó a su marido y a sus hijos; y hermana eres tú de tus hermanas, que desecharon a
sus maridos y
a sus hijos;
vuestra madre
fue hetea, y
vuestro padre amorreo. 46Y tu hermana mayor es Samaria, ella y sus hijas, que habitan al norte de ti; y tu hermana menor es Sodoma con sus hijas, la cual habita al sur de ti. 47Ni
aun anduviste en sus caminos, ni hiciste según sus abominaciones; antes, como si esto fuera poco y muy poco, te corrompiste
más que ellas
en todos tus caminos. 48Vivo yo, dice Jesús el Señor, que Sodoma tu hermana y sus hijas no han hecho como
hiciste tú y tus hijas. 49He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y
sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso. 50Y se llenaron de soberbia, e hicieron abominación
delante de mí,
y cuando lo vi las quité. 51Y Samaria no cometió ni la
mitad de tus pecados; porque tú multiplicaste tus abominaciones más que ellas, y
has justificado a tus hermanas con todas las abominaciones que tú hiciste. 52Tú también, que juzgaste a
tus hermanas,
lleva tu vergüenza en los pecados que tú hiciste, más abominables que los de ellas; más justas son que tú; avergüénzate, pues, tú
también, y lleva tu confusión, por cuanto has justificado a tus
hermanas. 53Yo, pues,
haré volver a sus cautivos, los cautivos de Sodoma y de sus hijas, y los cautivos de Samaria y de sus hijas, y haré volver los cautivos de tus cautiverios entre ellas, 54para
que lleves tu confusión, y te avergüences de todo lo que has hecho, siendo tú
motivo de consuelo para ellas. 55Y tus hermanas, Sodoma con sus hijas y Samaria con sus hijas, volverán a su primer
estado; tú también y tus hijas volveréis a vuestro primer estado.
56No era tu hermana Sodoma digna de mención en tu boca en el tiempo de tus soberbias, 57antes
que tu maldad
fuese descubierta. Así también ahora llevas tú la afrenta de las hijas de Siria y de todas las hijas
de los filisteos, las cuales por todos lados te desprecian. 58Sufre
tú el castigo
de tu lujuria
y de tus abominaciones, dice Jesús. 59Pero más ha dicho Jesús el Señor: ¿Haré yo contigo
como tú
hiciste, que menospreciaste el juramento para invalidar el pacto? 60Antes
yo tendré
memoria de mi pacto que concerté contigo en los días de tu juventud, y estableceré contigo un pacto
sempiterno. 61Y te acordarás de tus caminos y te avergonzarás, cuando recibas
a tus hermanas, las mayores que tú y las menores
que tú, las cuales yo te daré por hijas, mas no por tu pacto, 62sino
por mi pacto que yo confirmaré contigo; y sabrás que yo soy Jesús; 63para que te acuerdes y te
avergüences, y nunca más abras la boca, a causa de tu vergüenza, cuando yo perdone todo lo que hiciste, dice Jesús el Señor.” (Eze. 16:1-63)
¿A quienes Dios justifica,…?
“28Y sabemos que a los
que aman a Dios, todas las cosas les
ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. 29Porque
a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos
conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30Y a los que predestinó, a éstos también
llamó; y a los que llamó, a éstos
también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.”
(Rom. 8:28-30)
¿Puede
alcanzar la justificación a un pecador,… y como lo puede alcanzar?
“10Dos hombres subieron
al templo a
orar: uno era fariseo, y el otro publicano. 11El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de
esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; 12ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. 13Mas
el publicano,
estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. 14Os digo que éste descendió a
su casa
justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y
el que se humilla será enaltecido.” (Luc. 18:10-14)
¿Puede algún ser humano justificarse delante de Dios,…?
“1Oh Jesús, oye mi oración, escucha mis ruegos; Respóndeme por tu verdad, por tu justicia. 2Y no entres en juicio
con tu siervo; Porque no se justificará delante de ti ningún ser humano.” (Sal. 143:1-2)
¿Puede alcanzar la justificación a todos los hombres,… y por esta causa no
debemos pecar,… sino más bien andar en vida nueva,…?
“18Así que, como por la
transgresión
de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19Porque
así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por
la obediencia
de uno, los muchos serán constituidos justos. 20Pero la ley se introdujo para que
el pecado
abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó
la gracia; 21para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.
1¿Qué,
pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? 2En
ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? 3¿O no sabéis que todos los que
hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4Porque
somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. 5Porque si
fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo
seremos en la de su resurrección; 6sabiendo esto, que nuestro
viejo hombre
fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. 7Porque el que ha muerto, ha sido justificado
del pecado.
8Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; 9sabiendo
que Cristo,
habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. 10Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por
todas; más en cuanto vive, para Dios vive. 11Así también vosotros
consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. 12No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo
obedezcáis en sus concupiscencias; 13ni tampoco presentéis
vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre
los muertos, y
vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. 14Porque el pecado no se enseñoreará de
vosotros; pues
no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.”
(Rom. 5:15-20; Rom. 6:1-14)
¿Cuándo Jesús puede exhibir nuestra justicia como la luz,…?
“5Encomienda a Jesús tu camino, Y confía en él; y él hará. 6Exhibirá
tu justicia
como la luz, Y tu derecho como el
mediodía.” (Sal. 37:5-6)
¿No hay que justificar al impío mediante cohecho,…?
“22¡Ay de los que son valientes para beber vino, y hombres fuertes para
mezclar bebida; 23los que justifican al impío mediante cohecho, y al justo quitan su derecho!
24Por tanto, como la lengua del fuego consume el rastrojo, y la llama devora la paja, así será su raíz como podredumbre, y su flor se desvanecerá como polvo; porque desecharon la ley de Jesús de los ejércitos, y abominaron la palabra del Santo de Israel. 25Por esta causa se encendió el
furor de Jesús contra su pueblo, y extendió contra
él su mano, y
le hirió; y se estremecieron los montes, y sus cadáveres fueron arrojados en medio de las calles. Con todo esto no ha
cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida.” (Isa. 5:22-25)
¿Cómo
podemos alcanzar la justificación de los pecados,…?
“10Dos hombres subieron
al templo a
orar: uno era fariseo, y el otro publicano. 11El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de
esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; 12ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. 13Mas
el publicano,
estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. 14Os digo que éste descendió a
su casa
justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y
el que se humilla será enaltecido.” (Luc. 18:10-14)
“37Mas aquel a quien Dios levantó, no vio
corrupción. 38Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados, 39y que de todo
aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es
justificado todo aquel que cree.” (Hech. 13:39)
“5Porque si fuimos
plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo
seremos en la de su resurrección; 6sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue
crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. 7Porque
el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. 8Y si morimos con Cristo, creemos que también
viviremos con él; 9sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más
de él. 10Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por
todas; más en cuanto vive, para Dios vive. 11Así también vosotros consideraos
muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. 12No
reine, pues,
el pecado en
vuestro cuerpo
mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; 13ni
tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre
los muertos, y
vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. 14Porque el pecado no se enseñoreará de
vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.”
(Rom. 6:5-11) Observe el que muere es justificado del
pecado,… siempre y cuando se muera en Cristo,… consecuencia de ello nunca más
se practica el pecado,… ya que se está bajo la gracia y no bajo la ley.
¿Cómo vino
la justificación a todos los hombres,…?
“18Así que, como por la
transgresión
de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres
la justificación de vida.” (Rom. 5:14) Observe
en este versículo la frase “vino a todos los hombres la justificación”,…
¿Cómo deben de comportarse los que son justificados,….?
“18Así que, como por la
transgresión
de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19Porque
así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por
la obediencia
de uno, los muchos serán constituidos justos. 20Pero la ley se introdujo para que
el pecado
abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó
la gracia; 21para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.
1¿Qué,
pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? 2En
ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? 3¿O no sabéis que todos los que
hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4Porque
somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. 5Porque si
fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo
seremos en la de su resurrección; 6sabiendo esto, que nuestro
viejo hombre
fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. 7Porque el que ha muerto, ha sido justificado
del pecado.
8Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; 9sabiendo
que Cristo,
habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. 10Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por
todas; más en cuanto vive, para Dios vive. 11Así también vosotros
consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. 12No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo
obedezcáis en sus concupiscencias; 13ni tampoco presentéis
vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre
los muertos, y
vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. 14Porque el pecado no se enseñoreará de
vosotros; pues
no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.”
(Rom. 5:15-20; Rom. 6:1-14)
Precauciones
que hay que tener presente en cuanto a la justificación
“9A unos que confiaban
en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: 10Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. 11El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de
esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones,
injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; 12ayuno
dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. 13Mas el publicano, estando lejos,
no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. 14Os
digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se
enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.” (Luc.
18:9-14)
¿No hay
que justificarse delante de los hombres,… por las cosas que nosotros tenemos
por sublimes,…? “15Entonces les dijo: Vosotros sois los que os justificáis
a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación.”
(Luc. 16:15)
Consecuencias
de la justificación
¿El ser
justificados nos hace salvos de la ira,…? “8Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 9Pues mucho más, estando ya
justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.” (Rom. 5:8-9)
“1Justificados, pues,
por la fe,
tenemos paz
para con Dios
por medio de nuestro Señor Jesucristo; 2por quien también tenemos
entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. 3Y
no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que
la tribulación
produce paciencia; 4y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; 5y
la esperanza
no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.” (Rom. 5:1-5)
“9Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos
salvos de la ira. 10Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. 11Y
no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.” (Rom. 5:9-11)
¿Los que
son justificados por Dios,… también son glorificados,….? “28Y sabemos que a los
que aman a Dios, todas las cosas les
ayudan a bien,
esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. 29Porque
a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos
conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30Y a los que predestinó, a éstos también
llamó; y a los que llamó, a éstos
también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.”
(Rom. 8:28-30)
Consecuencias de ser justificado por la ley,…
“4De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.
5Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia; 6porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni
la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.”
(Gal. 5:4-5)
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