¿Quién eres tú?

Ramera,...

Consideraciones previas para estudiar sobre la ramera,...

En hebreo ramera se escribe como זֹנָה pero también se traduce para hacer relación a la fornicación, ver Oseas 4:15. También en otros pasajes se utiliza la palabra hebrea זֹנָה para indicar ramera ver Gén. 34:31. También se utiliza זוֹנָה para indicar ramera pero también se utiliza para señalar a las prostitutas ver Jer. 3:3,…

¿Cuál es el carácter de la ramera,…?

La Ramera en relación al carácter.

¿La ramera no quiere avergonzarse,...? 3Por esta causa las aguas fueron detenidas y faltó la lluvia tardía. Te has mostrado como una prostituta, y no has querido avergonzarte.” (Jer. 3:3)

¿Se echan fácilmente, y tuerce su camino...? 20Porque desde muy atrás rompiste tu yugo y tus ataduras, y dijiste: No serviré. Con todo eso, sobre todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso te echabas como ramera. 21Te planté de vid escogida, simiente verdadera toda ella; ¿cómo, pues, te me has vuelto sarmiento de vid extraña? 22Aunque te laves con lejía, y amontones jabón sobre ti, la mancha de tu pecado permanecerá aún delante de mí, dijo Jesús el Señor. 23¿Cómo puedes decir: No soy inmunda, nunca anduve tras los baales? Mira tú proceder en el valle, conoce lo que has hecho, dromedaria ligera que tuerce su camino, 24asna montés acostumbrada al desierto, que en su ardor olfatea el viento. De su lujuria, ¿quién la detendrá? Todos los que la buscaren no se fatigarán, porque en el tiempo de su celo la hallarán. 25Guarda tus pies de andar descalzos, y tu garganta de la sed. Mas dijiste: No hay remedio en ninguna manera, porque a extraños he amado, y tras ellos he de ir.” (Jer. 2:20-25)

¿La mujer ramera es hermosa,...?25No codicies su hermosura en tu corazón, Ni ella te prenda con sus ojos; 26Porque a causa de la mujer ramera el hombre es reducido a un bocado de pan; Y la mujer caza la preciosa alma del varón.” (Prov. 6:25-26)

¿Su corazón es inconstante,...?30¡Cuán inconstante es tu corazón, dice Jesús el Señor, habiendo hecho todas estas cosas, obras de una ramera desvergonzada, 31edificando tus lugares altos en toda cabeza de camino, y haciendo tus altares en todas las plazas! Y no fuiste semejante a ramera, en que menospreciaste la paga, 32sino como mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a ajenos. 33A todas las rameras les dan dones; mas tú diste tus dones a todos tus enamorados; y les diste presentes, para que de todas partes se llegasen a ti en tus fornicaciones. 34Y ha sucedido contigo, en tus fornicaciones, lo contrario de las demás mujeres: porque ninguno te ha solicitado para fornicar, y tú das la paga, en lugar de recibirla; por esto has sido diferente.” (Eze. 16.30-34)

¿Son astutas de corazón, alborotadoras y rencillosas sus pies no pueden estar en la casa, y envuelven con la suavidad de sus palabras...?6Porque mirando yo por la ventana de mi casa, Por mi celosía, 7Vi entre los simples, Consideré entre los jóvenes, A un joven falto de entendimiento, 8El cual pasaba por la calle, junto a la esquina, E iba camino a la casa de ella, 9A la tarde del día, cuando ya oscurecía, En la oscuridad y tinieblas de la noche. 10Cuando he aquí, una mujer le sale al encuentro, Con atavío de ramera y astuta de corazón. 11Alborotadora y rencillosa, Sus pies no pueden estar en casa; 12Unas veces está en la calle, otras veces en las plazas, Acechando por todas las esquinas. 13Se asió de él, y le besó. Con semblante descarado le dijo: 14Sacrificios de paz había prometido, Hoy he pagado mis votos; 15Por tanto, he salido a encontrarte, Buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado. 16He adornado mi cama con colchas Recamadas con cordoncillo de Egipto; 17He perfumado mi cámara Con mirra, áloes y canela. 18Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana; Alegrémonos en amores. 19Porque el marido no está en casa; Se ha ido a un largo viaje. 20La bolsa de dinero llevó en su mano; El día señalado volverá a su casa. 21Lo rindió con la suavidad de sus muchas palabras, Le obligó con la zalamería de sus labios. 22Al punto se marchó tras ella, Como va el buey al degolladero, Y como el necio a las prisiones para ser castigado; 23Como el ave que se apresura a la red, Y no sabe que es contra su vida, Hasta que la saeta traspasa su corazón. 24Ahora pues, hijos, oídme, Y estad atentos a las razones de mi boca. 25No se aparte tu corazón a sus caminos; No yerres en sus veredas. 26Porque a muchos ha hecho caer heridos, Y aun los más fuertes han sido muertos por ella. 27Camino al Selo es su casa, que conduce a las cámaras de la muerte.  (Prov. 7:6-27)

La Ramera en relación al prójimo.

¿Seduce a las naciones con su fornicación, y a los pueblos con sus hechizos...?1¡Ay de ti, ciudad sanguinaria, toda llena de mentira y de rapiña, sin apartarte del pillaje! 2Chasquido de látigo, y fragor de ruedas, caballo atropellador, y carro que salta; 3jinete enhiesto, y resplandor de espada, y resplandor de lanza; y multitud de muertos, y multitud de cadáveres; cadáveres sin fin, y en sus cadáveres tropezarán, 4a causa de la multitud de las fornicaciones de la ramera de hermosa gracia, maestra en hechizos, que seduce a las naciones con sus fornicaciones, y a los pueblos con sus hechizos” (Nah. 3:1-4)

¿En el tiempo de celo la ramera es hallada, sin fatigarse, y va tras extraños...? 20Porque desde muy atrás rompiste tu yugo y tus ataduras, y dijiste: No serviré. Con todo eso, sobre todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso te echabas como ramera. 21Te planté de vid escogida, simiente verdadera toda ella; ¿cómo, pues, te me has vuelto sarmiento de vid extraña? 22Aunque te laves con lejía, y amontones jabón sobre ti, la mancha de tu pecado permanecerá aún delante de mí, dijo Jesús el Señor. 23¿Cómo puedes decir: No soy inmunda, nunca anduve tras los baales? Mira tú proceder en el valle, conoce lo que has hecho, dromedaria ligera que tuerce su camino, 24asna montés acostumbrada al desierto, que en su ardor olfatea el viento. De su lujuria, ¿quién la detendrá? Todos los que la buscaren no se fatigarán, porque en el tiempo de su celo la hallarán. 25Guarda tus pies de andar descalzos, y tu garganta de la sed. Mas dijiste: No hay remedio en ninguna manera, porque a extraños he amado, y tras ellos he de ir.” (Jer. 2:20-25)

¿A sus victimas prende con sus ojos,...?25No codicies su hermosura en tu corazón, Ni ella te prenda con sus ojos; 26Porque a causa de la mujer ramera el hombre es reducido a un bocado de pan; Y la mujer caza la preciosa alma del varón.” (Prov. 6:25-26)

¿La ramera asecha por todas las esquinas, con adornos,...?6Porque mirando yo por la ventana de mi casa, Por mi celosía, 7Vi entre los simples, Consideré entre los jóvenes, A un joven falto de entendimiento, 8El cual pasaba por la calle, junto a la esquina, E iba camino a la casa de ella, 9A la tarde del día, cuando ya oscurecía, En la oscuridad y tinieblas de la noche. 10Cuando he aquí, una mujer le sale al encuentro, Con atavío de ramera y astuta de corazón. 11Alborotadora y rencillosa, Sus pies no pueden estar en casa; 12Unas veces está en la calle, otras veces en las plazas, Acechando por todas las esquinas. 13Se asió de él, y le besó. Con semblante descarado le dijo: 14Sacrificios de paz había prometido, Hoy he pagado mis votos; 15Por tanto, he salido a encontrarte, Buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado. 16He adornado mi cama con colchas Recamadas con cordoncillo de Egipto; 17He perfumado mi cámara Con mirra, áloes y canela. 18Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana; Alegrémonos en amores. 19Porque el marido no está en casa; Se ha ido a un largo viaje. 20La bolsa de dinero llevó en su mano; El día señalado volverá a su casa. 21Lo rindió con la suavidad de sus muchas palabras, Le obligó con la zalamería de sus labios. 22Al punto se marchó tras ella, Como va el buey al degolladero, Y como el necio a las prisiones para ser castigado; 23Como el ave que se apresura a la red, Y no sabe que es contra su vida, Hasta que la saeta traspasa su corazón. 24Ahora pues, hijos, oídme, Y estad atentos a las razones de mi boca. 25No se aparte tu corazón a sus caminos; No yerres en sus veredas. 26Porque a muchos ha hecho caer heridos, Y aun los más fuertes han sido muertos por ella. 27Camino al Selo es su casa, que conduce a las cámaras de la muerte.  (Prov. 7:6-27)

La Ramera en relación al Entorno.

¿Se acostumbra al desierto, que olfatea el viento,...? 20Porque desde muy atrás rompiste tu yugo y tus ataduras, y dijiste: No serviré. Con todo eso, sobre todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso te echabas como ramera. 21Te planté de vid escogida, simiente verdadera toda ella; ¿cómo, pues, te me has vuelto sarmiento de vid extraña? 22Aunque te laves con lejía, y amontones jabón sobre ti, la mancha de tu pecado permanecerá aún delante de mí, dijo Jesús el Señor. 23¿Cómo puedes decir: No soy inmunda, nunca anduve tras los baales? Mira tú proceder en el valle, conoce lo que has hecho, dromedaria ligera que tuerce su camino, 24asna montés acostumbrada al desierto, que en su ardor olfatea el viento. De su lujuria, ¿quién la detendrá? Todos los que la buscaren no se fatigarán, porque en el tiempo de su celo la hallarán. 25Guarda tus pies de andar descalzos, y tu garganta de la sed. Mas dijiste: No hay remedio en ninguna manera, porque a extraños he amado, y tras ellos he de ir.” (Jer. 2:20-25)

¿La ramera mezcla el vino con agua, ama el soborno, y va tras la recompensa, y no hacen justicia,...?

21¿Cómo te has convertido en ramera, oh ciudad fiel? Llena estuvo de justicia, en ella habitó la equidad; pero ahora, los homicidas. 22Tu plata se ha convertido en escorias, tu vino está mezclado con agua. 23Tus príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones; todos aman el soborno, y van tras las recompensas; no hacen justicia al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda. (Isa. 1:21-23)

1No te alegres, oh Israel, hasta saltar de gozo como los pueblos, pues has fornicado apartándote de tu Dios; amaste salario de ramera en todas las eras de trigo.” (Oseas 9:1)

¿La ramera no menosprecia la paga,...?30¡Cuán inconstante es tu corazón, dice Jesús el Señor, habiendo hecho todas estas cosas, obras de una ramera desvergonzada, 31edificando tus lugares altos en toda cabeza de camino, y haciendo tus altares en todas las plazas! Y no fuiste semejante a ramera, en que menospreciaste la paga, 32sino como mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a ajenos. 33A todas las rameras les dan dones; mas tú diste tus dones a todos tus enamorados; y les diste presentes, para que de todas partes se llegasen a ti en tus fornicaciones. 34Y ha sucedido contigo, en tus fornicaciones, lo contrario de las demás mujeres: porque ninguno te ha solicitado para fornicar, y tú das la paga, en lugar de recibirla; por esto has sido diferente.” (Eze. 16.30-34)

¿La ramera fornica y descubre su desnudez,...?35Por tanto, ramera, oye palabra de Jesús. 36Así ha dicho Jesús el Señor: Por cuanto han sido descubiertas tus desnudeces en tus fornicaciones, y tu confusión ha sido manifestada a tus enamorados, y a los ídolos de tus abominaciones, y en la sangre de tus hijos, los cuales les diste; ” (Eze. 16:35-36)

¿Qué es ser ramera,…?

27Porque abismo profundo es la ramera, Y pozo angosto la extraña.” (Prov. 23:27)

¿No hay que ir tras la ramera,…?

¿El sacerdote No tiene  que casarse con mujer ramera?

7Con mujer ramera o infame no se casarán, ni con mujer repudiada de su marido; porque el sacerdote es santo a su Dios.” (Lev. 21:7)

10Y el sumo sacerdote entre sus hermanos, sobre cuya cabeza fue derramado el aceite de la unción, y que fue consagrado para llevar las vestiduras, no descubrirá su cabeza, ni rasgará sus vestidos, 11ni entrará donde haya alguna persona muerta; ni por su padre ni por su madre se contaminará. 12Ni saldrá del santuario, ni profanará el santuario de su Dios; porque la consagración por el aceite de la unción de su Dios está sobre él. Yo Jesús. 13Tomará por esposa a una mujer virgen. 14No tomará viuda, ni repudiada, ni infame ni ramera, sino tomará de su pueblo una virgen por mujer, 15para que no profane su descendencia en sus pueblos; porque yo Jesús soy el que los santifico.” (Lev. 21:10-15)

¿No Hay que codiciar la hermosura de la mujer ramera,...?

25No codicies su hermosura en tu corazón, Ni ella te prenda con sus ojos; 26Porque a causa de la mujer ramera el hombre es reducido a un bocado de pan; Y la mujer caza la preciosa alma del varón.” (Prov. 6:25-26)

¿No hay que dar los miembros de uno a una ramera,...?

15¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? De ningún modo. 16¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne.” (1Cor. 6:15-16)

¿Quiénes van tras la ramera?

¿Los simples sin entendimiento van tras rameras,...?6Porque mirando yo por la ventana de mi casa, Por mi celosía, 7Vi entre los simples, Consideré entre los jóvenes, A un joven falto de entendimiento, 8El cual pasaba por la calle, junto a la esquina, E iba camino a la casa de ella, 9A la tarde del día, cuando ya oscurecía, En la oscuridad y tinieblas de la noche. 10Cuando he aquí, una mujer le sale al encuentro, Con atavío de ramera y astuta de corazón. 11Alborotadora y rencillosa, Sus pies no pueden estar en casa; 12Unas veces está en la calle, otras veces en las plazas, Acechando por todas las esquinas. 13Se asió de él, y le besó. Con semblante descarado le dijo: 14Sacrificios de paz había prometido, Hoy he pagado mis votos; 15Por tanto, he salido a encontrarte, Buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado. 16He adornado mi cama con colchas Recamadas con cordoncillo de Egipto; 17He perfumado mi cámara Con mirra, áloes y canela. 18Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana; Alegrémonos en amores. 19Porque el marido no está en casa; Se ha ido a un largo viaje. 20La bolsa de dinero llevó en su mano; El día señalado volverá a su casa. 21Lo rindió con la suavidad de sus muchas palabras, Le obligó con la zalamería de sus labios. 22Al punto se marchó tras ella, Como va el buey al degolladero, Y como el necio a las prisiones para ser castigado; 23Como el ave que se apresura a la red, Y no sabe que es contra su vida, Hasta que la saeta traspasa su corazón. 24Ahora pues, hijos, oídme, Y estad atentos a las razones de mi boca. 25No se aparte tu corazón a sus caminos; No yerres en sus veredas. 26Porque a muchos ha hecho caer heridos, Y aun los más fuertes han sido muertos por ella. 27Camino al Selo es su casa, que conduce a las cámaras de la muerte.  (Prov. 7:6-27)

¿Cuál es el origen de las rameras,...?

¿Puede un pueblo que era fiel,… convertirse en ramera,…?

21¿Cómo te has convertido en ramera, oh ciudad fiel? Llena estuvo de justicia, en ella habitó la equidad; pero ahora, los homicidas. 22Tu plata se ha convertido en escorias, tu vino está mezclado con agua. 23Tus príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones; todos aman el soborno, y van tras las recompensas; no hacen justicia al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda.” (Isa. 1:21-23)

20Porque desde muy atrás rompiste tu yugo y tus ataduras, y dijiste: No serviré. Con todo eso, sobre todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso te echabas como ramera. 21Te planté de vid escogida, simiente verdadera toda ella; ¿cómo, pues, te me has vuelto sarmiento de vid extraña? 22Aunque te laves con lejía, y amontones jabón sobre ti, la mancha de tu pecado permanecerá aún delante de mí, dijo Jesús el Señor. 23¿Cómo puedes decir: No soy inmunda, nunca anduve tras los baales? Mira tú proceder en el valle, conoce lo que has hecho, dromedaria ligera que tuerce su camino, 24asna montés acostumbrada al desierto, que en su ardor olfatea el viento. De su lujuria, ¿quién la detendrá? Todos los que la buscaren no se fatigarán, porque en el tiempo de su celo la hallarán. 25Guarda tus pies de andar descalzos, y tu garganta de la sed. Mas dijiste: No hay remedio en ninguna manera, porque a extraños he amado, y tras ellos he de ir.” (Jer. 2:20-25)

¿Cómo se llega a caer con la ramera,...?

¿El dejar a Dios e ir tras lo que no es Dios,… a pesar que Dios les sacie puede llevarle a casa de rameras,…?7¿Cómo te he de perdonar por esto? Sus hijos me dejaron, y juraron por lo que no es Dios. Los sacié, y adulteraron, y en casa de rameras se juntaron en compañías.” (Jer. 5:7)

¿El ser sin entendimiento,… puede ser causa para ir tras rameras?14No castigaré a vuestras hijas cuando forniquen, ni a vuestras nueras cuando adulteren; porque ellos mismos se van con rameras, y con malas mujeres sacrifican; por tanto, el pueblo sin entendimiento caerá.” (Oseas 4:14)

¿Cuando se es simple y falto de entendimiento, se puede caer con rameras,...?6Porque mirando yo por la ventana de mi casa, Por mi celosía, 7Vi entre los simples, Consideré entre los jóvenes, A un joven falto de entendimiento, 8El cual pasaba por la calle, junto a la esquina, E iba camino a la casa de ella, 9A la tarde del día, cuando ya oscurecía, En la oscuridad y tinieblas de la noche. 10Cuando he aquí, una mujer le sale al encuentro, Con atavío de ramera y astuta de corazón. 11Alborotadora y rencillosa, Sus pies no pueden estar en casa; 12Unas veces está en la calle, otras veces en las plazas, Acechando por todas las esquinas. 13Se asió de él, y le besó. Con semblante descarado le dijo: 14Sacrificios de paz había prometido, Hoy he pagado mis votos; 15Por tanto, he salido a encontrarte, Buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado. 16He adornado mi cama con colchas Recamadas con cordoncillo de Egipto; 17He perfumado mi cámara Con mirra, áloes y canela. 18Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana; Alegrémonos en amores. 19Porque el marido no está en casa; Se ha ido a un largo viaje. 20La bolsa de dinero llevó en su mano; El día señalado volverá a su casa. 21Lo rindió con la suavidad de sus muchas palabras, Le obligó con la zalamería de sus labios. 22Al punto se marchó tras ella, Como va el buey al degolladero, Y como el necio a las prisiones para ser castigado; 23Como el ave que se apresura a la red, Y no sabe que es contra su vida, Hasta que la saeta traspasa su corazón. 24Ahora pues, hijos, oídme, Y estad atentos a las razones de mi boca. 25No se aparte tu corazón a sus caminos; No yerres en sus veredas. 26Porque a muchos ha hecho caer heridos, Y aun los más fuertes han sido muertos por ella. 27Camino al Selo es su casa, que conduce a las cámaras de la muerte.  (Prov. 7:6-27)

¿Cómo no caer con la mujer ramera,…?

¿No dejar a Dios e ir tras lo que no es Dios,… ,…?7¿Cómo te he de perdonar por esto? Sus hijos me dejaron, y juraron por lo que no es Dios. Los sacié, y adulteraron, y en casa de rameras se juntaron en compañías.” (Jer. 5:7)

¿Tener entendimiento,…?14No castigaré a vuestras hijas cuando forniquen, ni a vuestras nueras cuando adulteren; porque ellos mismos se van con rameras, y con malas mujeres sacrifican; por tanto, el pueblo sin entendimiento caerá.” (Oseas 4:14)

¿Dejar la simpleza,...?6Porque mirando yo por la ventana de mi casa, Por mi celosía, 7Vi entre los simples, Consideré entre los jóvenes, A un joven falto de entendimiento, 8El cual pasaba por la calle, junto a la esquina, E iba camino a la casa de ella, 9A la tarde del día, cuando ya oscurecía, En la oscuridad y tinieblas de la noche. 10Cuando he aquí, una mujer le sale al encuentro, Con atavío de ramera y astuta de corazón. 11Alborotadora y rencillosa, Sus pies no pueden estar en casa; 12Unas veces está en la calle, otras veces en las plazas, Acechando por todas las esquinas. 13Se asió de él, y le besó. Con semblante descarado le dijo: 14Sacrificios de paz había prometido, Hoy he pagado mis votos; 15Por tanto, he salido a encontrarte, Buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado. 16He adornado mi cama con colchas Recamadas con cordoncillo de Egipto; 17He perfumado mi cámara Con mirra, áloes y canela. 18Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana; Alegrémonos en amores. 19Porque el marido no está en casa; Se ha ido a un largo viaje. 20La bolsa de dinero llevó en su mano; El día señalado volverá a su casa. 21Lo rindió con la suavidad de sus muchas palabras, Le obligó con la zalamería de sus labios. 22Al punto se marchó tras ella, Como va el buey al degolladero, Y como el necio a las prisiones para ser castigado; 23Como el ave que se apresura a la red, Y no sabe que es contra su vida, Hasta que la saeta traspasa su corazón. 24Ahora pues, hijos, oídme, Y estad atentos a las razones de mi boca. 25No se aparte tu corazón a sus caminos; No yerres en sus veredas. 26Porque a muchos ha hecho caer heridos, Y aun los más fuertes han sido muertos por ella. 27Camino al Selo es su casa, que conduce a las cámaras de la muerte.  (Prov. 7:6-27)

¿Cómo comportarse con la ramera,...?

17No haya ramera de entre las hijas de Israel, ni haya sodomita de entre los hijos de Israel. 18No traerás la paga de una ramera ni el precio de un perro a la casa de Jesús tu Dios por ningún voto; porque abominación es a Jesús tu Dios tanto lo uno como lo otro.” (Deut 23:17-18)

¿No hay que codiciar la hermosura de la mujer ramera,...?25No codicies su hermosura en tu corazón, Ni ella te prenda con sus ojos; 26Porque a causa de la mujer ramera el hombre es reducido a un bocado de pan; Y la mujer caza la preciosa alma del varón.” (Prov. 6:25-26)

¿Se puede perdonar la vida a una mujer ramera, y porque causa,…? 17Y será la ciudad anatema a Jesús, con todas las cosas que están en ella; solamente Rahab la ramera vivirá, con todos los que estén en casa con ella, por cuanto escondió a los mensajeros que enviamos. 18Pero vosotros guardaos del anatema; ni toquéis, ni toméis alguna cosa del anatema, no sea que hagáis anatema el campamento de Israel, y lo turbéis. 19Más toda la plata y el oro, y los utensilios de bronce y de hierro, sean consagrados a Jesús, y entren en el tesoro de Jesús. 20Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, gritó con gran vocerío, y el muro se derrumbó. El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno derecho hacia adelante, y la tomaron. 21Y destruyeron a filo de espada todo lo que en la ciudad había; hombres y mujeres, jóvenes y viejos, hasta los bueyes, las ovejas, y los asnos. 22Mas Josué dijo a los dos hombres que habían reconocido la tierra: Entrad en casa de la mujer ramera, y haced salir de allí a la mujer y a todo lo que fuere suyo, como lo jurasteis. 23Y los espías entraron y sacaron a Rahab, a su padre, a su madre, a sus hermanos y todo lo que era suyo; y también sacaron a toda su parentela, y los pusieron fuera del campamento de Israel. 24Y consumieron con fuego la ciudad, y todo lo que en ella había; solamente pusieron en el tesoro de la casa de Jesús la plata y el oro, y los utensilios de bronce y de hierro. 25Mas Josué salvó la vida a Rahab la ramera, y a la casa de su padre, y a todo lo que ella tenía; y habitó ella entre los israelitas hasta hoy, por cuanto escondió a los mensajeros que Josué había enviado a reconocer a Jericó.” (Jos. 6:17-25)

¿Como comportarse con los que frecuentan rameras,...?

¿Puede encontrar perdón de su padre,… el que ha gastado sus bienes con rameras,…?

11También dijo: Un hombre tenía dos hijos; 12y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. 13No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. 14Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. 15Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. 16Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. 17Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! 18Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. 19Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. 20Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. 21Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. 22Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. 23Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; 24porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse. 25Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas; 26y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. 27Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano. 28Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. 29Más él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. 30Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo. 31Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. 32Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.” (Luc. 15:11-32)

¿Cómo dejar de ser ramera,...?

¿Para dejar de ser ramera hay que guardar sus pies de andar descalzos, y su garganta de la sed,...? 20Porque desde muy atrás rompiste tu yugo y tus ataduras, y dijiste: No serviré. Con todo eso, sobre todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso te echabas como ramera. 21Te planté de vid escogida, simiente verdadera toda ella; ¿cómo, pues, te me has vuelto sarmiento de vid extraña? 22Aunque te laves con lejía, y amontones jabón sobre ti, la mancha de tu pecado permanecerá aún delante de mí, dijo Jesús el Señor. 23¿Cómo puedes decir: No soy inmunda, nunca anduve tras los baales? Mira tú proceder en el valle, conoce lo que has hecho, dromedaria ligera que tuerce su camino, 24asna montés acostumbrada al desierto, que en su ardor olfatea el viento. De su lujuria, ¿quién la detendrá? Todos los que la buscaren no se fatigarán, porque en el tiempo de su celo la hallarán. 25Guarda tus pies de andar descalzos, y tu garganta de la sed. Mas dijiste: No hay remedio en ninguna manera, porque a extraños he amado, y tras ellos he de ir.” (Jer. 2:20-25)

35Por tanto, ramera, oye palabra de Jesús. 36Así ha dicho Jesús el Señor: Por cuanto han sido descubiertas tus desnudeces en tus fornicaciones, y tu confusión ha sido manifestada a tus enamorados, y a los ídolos de tus abominaciones, y en la sangre de tus hijos, los cuales les diste; 37por tanto, he aquí que yo reuniré a todos tus enamorados con los cuales tomaste placer, y a todos los que amaste, con todos los que aborreciste; y los reuniré alrededor de ti y les descubriré tu desnudez, y ellos verán toda tu desnudez. 38Y yo te juzgaré por las leyes de las adúlteras, y de las que derraman sangre; y traeré sobre ti sangre de ira y de celos. 39Y te entregaré en manos de ellos; y destruirán tus lugares altos, y derribarán tus altares, y te despojarán de tus ropas, se llevarán tus hermosas alhajas, y te dejarán desnuda y descubierta. 40Y harán subir contra ti muchedumbre de gente, y te apedrearán, y te atravesarán con sus espadas. 41Quemarán tus casas a fuego, y harán en ti juicios en presencia de muchas mujeres; y así haré que dejes de ser ramera, y que ceses de prodigar tus dones. 42Y saciaré mi ira sobre ti, y se apartará de ti mi celo, y descansaré y no me enojaré más. 43Por cuanto no te acordaste de los días de tu juventud, y me provocaste a ira en todo esto, por eso, he aquí yo también traeré tu camino sobre tu cabeza, dice Jesús el Señor; pues ni aun has pensado sobre toda tu lujuria. 44He aquí, todo el que usa de refranes te aplicará a ti el refrán que dice: Cual la madre, tal la hija. 45Hija eres tú de tu madre, que desechó a su marido y a sus hijos; y hermana eres tú de tus hermanas, que desecharon a sus maridos y a sus hijos; vuestra madre fue hetea, y vuestro padre amorreo. 46Y tu hermana mayor es Samaria, ella y sus hijas, que habitan al norte de ti; y tu hermana menor es Sodoma con sus hijas, la cual habita al sur de ti. 47Ni aun anduviste en sus caminos, ni hiciste según sus abominaciones; antes, como si esto fuera poco y muy poco, te corrompiste más que ellas en todos tus caminos. 48Vivo yo, dice Jesús el Señor, que Sodoma tu hermana y sus hijas no han hecho como hiciste tú y tus hijas. 49He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso. 50Y se llenaron de soberbia, e hicieron abominación delante de mí, y cuando lo vi las quité. 51Y Samaria no cometió ni la mitad de tus pecados; porque tú multiplicaste tus abominaciones más que ellas, y has justificado a tus hermanas con todas las abominaciones que tú hiciste. 52Tú también, que juzgaste a tus hermanas, lleva tu vergüenza en los pecados que tú hiciste, más abominables que los de ellas; más justas son que tú; avergüénzate, pues, tú también, y lleva tu confusión, por cuanto has justificado a tus hermanas. 53Yo, pues, haré volver a sus cautivos, los cautivos de Sodoma y de sus hijas, y los cautivos de Samaria y de sus hijas, y haré volver los cautivos de tus cautiverios entre ellas, 54para que lleves tu confusión, y te avergüences de todo lo que has hecho, siendo tú motivo de consuelo para ellas. 55Y tus hermanas, Sodoma con sus hijas y Samaria con sus hijas, volverán a su primer estado; tú también y tus hijas volveréis a vuestro primer estado. 56No era tu hermana Sodoma digna de mención en tu boca en el tiempo de tus soberbias, 57antes que tu maldad fuese descubierta. Así también ahora llevas tú la afrenta de las hijas de Siria y de todas las hijas de los filisteos, las cuales por todos lados te desprecian. 58Sufre tú el castigo de tu lujuria y de tus abominaciones, dice Jesús. 59Pero más ha dicho Jesús el Señor: ¿Haré yo contigo como tú hiciste, que menospreciaste el juramento para invalidar el pacto? 60Antes yo tendré memoria de mi pacto que concerté contigo en los días de tu juventud, y estableceré contigo un pacto sempiterno. 61Y te acordarás de tus caminos y te avergonzarás, cuando recibas a tus hermanas, las mayores que tú y las menores que tú, las cuales yo te daré por hijas, mas no por tu pacto, 62sino por mi pacto que yo confirmaré contigo; y sabrás que yo soy Jesús; 63para que te acuerdes y te avergüences, y nunca más abras la boca, a causa de tu vergüenza, cuando yo perdone todo lo que hiciste, dice Jesús el Señor.” (Eze. 16:35-63)

Consecuencias de ser ramera

¿La qué es ramera de hermosa gracia, Dios le pone como estiércol entre otras cosas,...? 1¡Ay de ti, ciudad sanguinaria, toda llena de mentira y de rapiña, sin apartarte del pillaje! 2Chasquido de látigo, y fragor de ruedas, caballo atropellador, y carro que salta; 3jinete enhiesto, y resplandor de espada, y resplandor de lanza; y multitud de muertos, y multitud de cadáveres; cadáveres sin fin, y en sus cadáveres tropezarán, 4a causa de la multitud de las fornicaciones de la ramera de hermosa gracia, maestra en hechizos, que seduce a las naciones con sus fornicaciones, y a los pueblos con sus hechizos. 5Heme aquí contra ti, dice Jesús de los ejércitos, y descubriré tus faldas en tu rostro, y mostraré a las naciones tu desnudez, y a los reinos tu vergüenza. 6Y echaré sobre ti inmundicias, y te afrentaré, y te pondré como estiércol. 7Todos los que te vieren se apartarán de ti, y dirán: Nínive es asolada; ¿quién se compadecerá de ella? ¿Dónde te buscaré consoladores? 8¿Eres tú mejor que Tebas, que estaba asentada junto al Nilo, rodeada de aguas, cuyo baluarte era el mar, y aguas por muro? 9Etiopía era su fortaleza, también Egipto, y eso sin límite; Fut y Libia fueron sus ayudadores. 10Sin embargo ella fue llevada en cautiverio; también sus pequeños fueron estrellados en las encrucijadas de todas las calles, y sobre sus varones echaron suertes, y todos sus grandes fueron aprisionados con grillos. 11Tú también serás embriagada, y serás encerrada; tú también buscarás refugio a causa del enemigo. 12Todas tus fortalezas serán cual higueras con brevas, que si las sacuden, caen en la boca del que las ha de comer. 13He aquí, tu pueblo será como mujeres en medio de ti; las puertas de tu tierra se abrirán de par en par a tus enemigos; fuego consumirá tus cerrojos. 14Provéete de agua para el asedio, refuerza tus fortalezas; entra en el lodo, pisa el barro, refuerza el horno. 15Allí te consumirá el fuego, te talará la espada, te devorará como pulgón; multiplícate como langosta, multiplícate como el langostón. Multiplicaste tus mercaderes más que las estrellas del cielo; la langosta hizo presa, y voló. 17Tus príncipes serán como langostas, y tus grandes como nubes de langostas que se sientan en vallados en día de frío; salido el sol se van, y no se conoce el lugar donde están. 18Durmieron tus pastores, oh rey de Asiría, reposaron tus valientes; tu pueblo se derramó por los montes, y no hay quien lo junte. 19No hay medicina para tu quebradura; tu herida es incurable; todos los que oigan tu fama batirán las manos sobre ti, porque ¿sobre quién no pasó continuamente tu maldad?” (Nah. 3:1-19)

¿El que tiene frente de ramera hace detener las aguas,...? 3Por esta causa las aguas han sido detenidas, y faltó la lluvia tardía; y has tenido frente de ramera, y no quisiste tener vergüenza.” (Jer. 3:3)

¿Pueden las rameras caminar al reino de los cielos, si creen lo que dice Dios,…? 28Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña. 29Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. 30Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue. 31¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios. 32Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle.” (Mat. 21:28-32)

35Por tanto, ramera, oye palabra de Jesús. 36Así ha dicho Jesús el Señor: Por cuanto han sido descubiertas tus desnudeces en tus fornicaciones, y tu confusión ha sido manifestada a tus enamorados, y a los ídolos de tus abominaciones, y en la sangre de tus hijos, los cuales les diste; 37por tanto, he aquí que yo reuniré a todos tus enamorados con los cuales tomaste placer, y a todos los que amaste, con todos los que aborreciste; y los reuniré alrededor de ti y les descubriré tu desnudez, y ellos verán toda tu desnudez. 38Y yo te juzgaré por las leyes de las adúlteras, y de las que derraman sangre; y traeré sobre ti sangre de ira y de celos. 39Y te entregaré en manos de ellos; y destruirán tus lugares altos, y derribarán tus altares, y te despojarán de tus ropas, se llevarán tus hermosas alhajas, y te dejarán desnuda y descubierta. 40Y harán subir contra ti muchedumbre de gente, y te apedrearán, y te atravesarán con sus espadas. 41Quemarán tus casas a fuego, y harán en ti juicios en presencia de muchas mujeres; y así haré que dejes de ser ramera, y que ceses de prodigar tus dones. 42Y saciaré mi ira sobre ti, y se apartará de ti mi celo, y descansaré y no me enojaré más. 43Por cuanto no te acordaste de los días de tu juventud, y me provocaste a ira en todo esto, por eso, he aquí yo también traeré tu camino sobre tu cabeza, dice Jesús el Señor; pues ni aun has pensado sobre toda tu lujuria. 44He aquí, todo el que usa de refranes te aplicará a ti el refrán que dice: Cual la madre, tal la hija. 45Hija eres tú de tu madre, que desechó a su marido y a sus hijos; y hermana eres tú de tus hermanas, que desecharon a sus maridos y a sus hijos; vuestra madre fue hetea, y vuestro padre amorreo. 46Y tu hermana mayor es Samaria, ella y sus hijas, que habitan al norte de ti; y tu hermana menor es Sodoma con sus hijas, la cual habita al sur de ti. 47Ni aun anduviste en sus caminos, ni hiciste según sus abominaciones; antes, como si esto fuera poco y muy poco, te corrompiste más que ellas en todos tus caminos. 48Vivo yo, dice Jesús el Señor, que Sodoma tu hermana y sus hijas no han hecho como hiciste tú y tus hijas. 49He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso. 50Y se llenaron de soberbia, e hicieron abominación delante de mí, y cuando lo vi las quité. 51Y Samaria no cometió ni la mitad de tus pecados; porque tú multiplicaste tus abominaciones más que ellas, y has justificado a tus hermanas con todas las abominaciones que tú hiciste. 52Tú también, que juzgaste a tus hermanas, lleva tu vergüenza en los pecados que tú hiciste, más abominables que los de ellas; más justas son que tú; avergüénzate, pues, tú también, y lleva tu confusión, por cuanto has justificado a tus hermanas. 53Yo, pues, haré volver a sus cautivos, los cautivos de Sodoma y de sus hijas, y los cautivos de Samaria y de sus hijas, y haré volver los cautivos de tus cautiverios entre ellas, 54para que lleves tu confusión, y te avergüences de todo lo que has hecho, siendo tú motivo de consuelo para ellas. 55Y tus hermanas, Sodoma con sus hijas y Samaria con sus hijas, volverán a su primer estado; tú también y tus hijas volveréis a vuestro primer estado. 56No era tu hermana Sodoma digna de mención en tu boca en el tiempo de tus soberbias, 57antes que tu maldad fuese descubierta. Así también ahora llevas tú la afrenta de las hijas de Siria y de todas las hijas de los filisteos, las cuales por todos lados te desprecian. 58Sufre tú el castigo de tu lujuria y de tus abominaciones, dice Jesús. 59Pero más ha dicho Jesús el Señor: ¿Haré yo contigo como tú hiciste, que menospreciaste el juramento para invalidar el pacto? 60Antes yo tendré memoria de mi pacto que concerté contigo en los días de tu juventud, y estableceré contigo un pacto sempiterno. 61Y te acordarás de tus caminos y te avergonzarás, cuando recibas a tus hermanas, las mayores que tú y las menores que tú, las cuales yo te daré por hijas, mas no por tu pacto, 62sino por mi pacto que yo confirmaré contigo; y sabrás que yo soy Jesús; 63para que te acuerdes y te avergüences, y nunca más abras la boca, a causa de tu vergüenza, cuando yo perdone todo lo que hiciste, dice Jesús el Señor.” (Eze. 16:35-63)

¿Cuál es la sentencia contra la gran ramera,…?

1Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas; 2con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación. 3Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos. 4Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; 5y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA. 6Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro. 7Y el ángel me dijo: ¿Por qué te asombras? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la cual tiene las siete cabezas y los diez cuernos. 8La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será. 9Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer, 10y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo. 11La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición. 12Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia. 13Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia. 14Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles. 15Me dijo también: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas. 16Y los diez cuernos que viste en la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda; y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego; 17porque Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que él quiso: ponerse de acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios. 18Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra.” (Apoc. 17:1-18)

Consecuencias de juntarse a la ramera

"El que se junta a ramera es reducido a un bocado de pan,...? 25No codicies su hermosura en tu corazón, Ni ella te prenda con sus ojos; 26Porque a causa de la mujer ramera el hombre es reducido a un bocado de pan; Y la mujer caza la preciosa alma del varón.” (Prov. 6:25-26)

¿El que se junta a ramera se hace un cuerpo con ella,...?13Las viandas para el vientre, y el vientre para las viandas; pero tanto al uno como a las otras destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo. 14Y Dios, que levantó al Señor, también a nosotros nos levantará con su poder. 15¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré, pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? De ningún modo. 16¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne. 17Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él. 18Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; más el que fornica, contra su propio cuerpo peca. 19¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 20Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.” (1Cor. 6:13-19)

¿Pierde sus bienes,...?3El hombre que ama la sabiduría alegra a su padre; Mas el que frecuenta rameras perderá los bienes.” (Prov. 29:3)

¿Dios les castiga, destruyendo sus muros, especialmente a los que el les sacia,...?

7¿Cómo te he de perdonar por esto? Sus hijos me dejaron, y juraron por lo que no es Dios. Los sacié, y adulteraron, y en casa de rameras se juntaron en compañías. 8Como caballos bien alimentados, cada cual relinchaba tras la mujer de su prójimo. 9¿No había de castigar esto? dijo Jesús. De una nación como esta, ¿no se había de vengar mi alma? 10Escalad sus muros y destruid, pero no del todo; quitad las almenas de sus muros, porque no son de Jesús. 11Porque resueltamente se rebelaron contra mí la casa de Israel y la casa de Judá, dice Jesús. 12Negaron a Jesús, y dijeron: El no es, y no vendrá mal sobre nosotros, ni veremos espada ni hambre; 13antes los profetas serán como viento, porque no hay en ellos palabra; así se hará a ellos. (Jer. 5:7-13)

14No castigaré a vuestras hijas cuando forniquen, ni a vuestras nueras cuando adulteren; porque ellos mismos se van con rameras, y con malas mujeres sacrifican; por tanto, el pueblo sin entendimiento caerá.” (Oseas 4:14)

¿La ramera puede causar heridas y muerte,...?6Porque mirando yo por la ventana de mi casa, Por mi celosía, 7Vi entre los simples, Consideré entre los jóvenes, A un joven falto de entendimiento, 8El cual pasaba por la calle, junto a la esquina, E iba camino a la casa de ella, 9A la tarde del día, cuando ya oscurecía, En la oscuridad y tinieblas de la noche. 10Cuando he aquí, una mujer le sale al encuentro, Con atavío de ramera y astuta de corazón. 11Alborotadora y rencillosa, Sus pies no pueden estar en casa; 12Unas veces está en la calle, otras veces en las plazas, Acechando por todas las esquinas. 13Se asió de él, y le besó. Con semblante descarado le dijo: 14Sacrificios de paz había prometido, Hoy he pagado mis votos; 15Por tanto, he salido a encontrarte, Buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado. 16He adornado mi cama con colchas Recamadas con cordoncillo de Egipto; 17He perfumado mi cámara Con mirra, áloes y canela. 18Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana; Alegrémonos en amores. 19Porque el marido no está en casa; Se ha ido a un largo viaje. 20La bolsa de dinero llevó en su mano; El día señalado volverá a su casa. 21Lo rindió con la suavidad de sus muchas palabras, Le obligó con la zalamería de sus labios. 22Al punto se marchó tras ella, Como va el buey al degolladero, Y como el necio a las prisiones para ser castigado; 23Como el ave que se apresura a la red, Y no sabe que es contra su vida, Hasta que la saeta traspasa su corazón. 24Ahora pues, hijos, oídme, Y estad atentos a las razones de mi boca. 25No se aparte tu corazón a sus caminos; No yerres en sus veredas. 26Porque a muchos ha hecho caer heridos, Y aun los más fuertes han sido muertos por ella. 27Camino al Selo es su casa, que conduce a las cámaras de la muerte.  (Prov. 7:6-27)

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