¿Quién eres tú?
Ramera,...
Consideraciones previas para estudiar sobre la ramera,...
En hebreo ramera se escribe como זֹנָה pero también se traduce para hacer relación a la fornicación, ver Oseas 4:15. También en otros pasajes se utiliza la palabra hebrea זֹנָה para indicar ramera ver Gén. 34:31. También se utiliza זוֹנָה para indicar ramera pero también se utiliza para señalar a las prostitutas ver Jer. 3:3,…
¿Cuál es el carácter de la
ramera,…?
¿La ramera no quiere
avergonzarse,...?
“3Por
esta causa las aguas
fueron detenidas y faltó la lluvia tardía. Te has mostrado como una
prostituta,
y no has querido avergonzarte.”
(Jer. 3:3)
¿Se echan fácilmente, y tuerce
su camino...?
“20Porque
desde muy atrás rompiste tu yugo y tus ataduras, y dijiste: No
serviré. Con todo eso, sobre todo collado alto y
debajo de todo árbol frondoso te
echabas como
ramera.
21Te
planté de
vid escogida, simiente verdadera toda ella; ¿cómo, pues, te me has
vuelto sarmiento de vid extraña?
22Aunque te laves con lejía, y amontones jabón sobre
ti, la mancha de tu pecado permanecerá aún delante de mí, dijo
Jesús el Señor. 23¿Cómo
puedes decir: No soy inmunda, nunca anduve tras los baales?
Mira tú proceder en el valle, conoce lo
que has hecho, dromedaria
ligera que tuerce su camino,
24asna montés acostumbrada al desierto, que en su
ardor olfatea el viento. De su lujuria,
¿quién la detendrá? Todos los que la buscaren no se fatigarán,
porque en el
tiempo de su celo la
hallarán. 25Guarda
tus pies de andar descalzos, y tu garganta de la sed. Mas
dijiste: No hay remedio en ninguna manera, porque a extraños he
amado, y tras ellos he de ir.”
(Jer. 2:20-25)
¿La mujer ramera es hermosa,...?
“25No
codicies su hermosura en tu corazón,
Ni ella te prenda con sus ojos; 26Porque a causa de la
mujer
ramera el hombre es reducido a un
bocado de pan; Y
la mujer caza la
preciosa alma del varón.” (Prov. 6:25-26)
¿Su corazón es inconstante,...?
“30¡Cuán inconstante es tu corazón, dice Jesús el Señor,
habiendo hecho todas estas cosas,
obras de una
ramera
desvergonzada, 31edificando tus lugares
altos en toda cabeza de camino, y haciendo tus altares en todas las
plazas! Y no fuiste semejante
a ramera,
en que menospreciaste la paga, 32sino como
mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a ajenos.
33A todas las
rameras les dan dones;
mas tú diste tus dones a todos tus enamorados; y les diste
presentes, para que de todas partes se
llegasen a ti en tus fornicaciones. 34Y ha
sucedido contigo, en tus fornicaciones,
lo
contrario de las demás mujeres: porque
ninguno te ha solicitado para fornicar, y tú das la paga, en lugar
de recibirla; por esto has sido diferente.” (Eze.
16.30-34)
¿Seduce a las naciones con su
fornicación, y a los pueblos con sus hechizos...? “1¡Ay
de ti, ciudad sanguinaria, toda llena de
mentira y de rapiña,
sin apartarte del pillaje! 2Chasquido de látigo, y
fragor de ruedas, caballo
atropellador, y carro que salta;
3jinete
enhiesto, y resplandor de espada, y resplandor de lanza; y multitud
de muertos, y multitud de cadáveres; cadáveres sin fin, y en sus
cadáveres tropezarán,
4a
causa de la multitud de las fornicaciones de
la ramera de hermosa gracia,
maestra en
hechizos, que seduce a las
naciones con
sus fornicaciones, y a
los pueblos con sus hechizos” (Nah.
3:1-4)
¿En el tiempo de celo la ramera
es hallada, sin fatigarse, y va tras extraños...?
“20Porque
desde muy atrás rompiste tu yugo y tus ataduras, y dijiste: No
serviré. Con todo eso, sobre todo collado alto y debajo de todo
árbol frondoso te echabas como
ramera.
21Te
planté de
vid escogida, simiente verdadera toda ella; ¿cómo, pues, te me has
vuelto sarmiento de vid extraña?
22Aunque te laves con lejía, y amontones jabón sobre
ti, la mancha de tu pecado permanecerá aún delante de mí, dijo
Jesús el Señor. 23¿Cómo
puedes decir: No soy inmunda, nunca anduve tras los baales?
Mira tú proceder en el valle, conoce lo
que has hecho, dromedaria ligera que tuerce su camino, 24asna
montés acostumbrada al desierto, que en su ardor olfatea el
viento. De su lujuria, ¿quién la
detendrá? Todos los que la buscaren no se fatigarán,
porque
en el
tiempo
de su
celo
la hallarán. 25Guarda
tus pies de andar descalzos, y tu garganta de la sed. Mas
dijiste: No hay remedio en ninguna manera, porque a extraños he
amado, y tras ellos he de ir.”
(Jer. 2:20-25)
¿La ramera mezcla el vino con agua, ama el soborno, y va tras la recompensa, y no hacen justicia,...?
“21¿Cómo
te has convertido
en ramera,
oh
ciudad fiel?
Llena estuvo de justicia, en ella habitó la
equidad; pero ahora,
los
homicidas.
22Tu
plata se ha convertido
en escorias,
tu vino
está
mezclado con agua.
23Tus príncipes,
prevaricadores y compañeros de
ladrones;
todos aman el soborno, y van tras las recompensas; no
hacen
justicia al
huérfano, ni llega a ellos
la
causa de la viuda. (Isa.
1:21-23)
“1No
te alegres, oh
Israel, hasta saltar de gozo
como los pueblos, pues has fornicado apartándote de tu Dios; amaste
salario de ramera en todas las eras
de trigo.” (Oseas 9:1)
¿La ramera no menosprecia la
paga,...? “30¡Cuán inconstante es tu
corazón, dice Jesús el Señor,
habiendo hecho todas estas cosas,
obras de una
ramera
desvergonzada, 31edificando tus lugares
altos en toda cabeza de camino, y haciendo tus altares en todas las
plazas! Y no fuiste semejante
a ramera,
en que menospreciaste la paga, 32sino como
mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a ajenos.
33A todas las
rameras les dan dones;
mas tú diste tus dones a todos tus enamorados; y les diste
presentes, para que de todas partes se
llegasen a ti en tus fornicaciones. 34Y ha
sucedido contigo, en tus fornicaciones,
lo
contrario de las demás mujeres: porque
ninguno te ha solicitado para fornicar, y tú das la paga, en lugar
de recibirla; por esto has sido diferente.” (Eze.
16.30-34)
“27Porque
abismo profundo es
la ramera, Y
pozo angosto la
extraña.” (Prov. 23:27)
¿No hay que ir tras la
ramera,…?
¿El
sacerdote
No tiene
que casarse con mujer ramera?
“7Con
mujer ramera o
infame
no se casarán, ni
con
mujer repudiada de su marido;
porque el sacerdote
es santo a su Dios.” (Lev. 21:7)
“10Y
el sumo sacerdote entre sus
hermanos, sobre cuya cabeza fue derramado
el
aceite de la unción, y que fue consagrado para llevar las
vestiduras,
no descubrirá su cabeza, ni rasgará sus
vestidos, 11ni entrará donde haya alguna
persona muerta; ni por su padre ni por su madre se
contaminará.
12Ni
saldrá del santuario, ni profanará el santuario de su
Dios; porque la consagración por el aceite de la unción de su Dios
está sobre él. Yo Jesús. 13Tomará por esposa a
una mujer virgen.
14No
tomará viuda, ni repudiada, ni infame ni
ramera, sino tomará
de
su pueblo
una virgen por mujer, 15para que no profane su
descendencia en sus pueblos; porque yo Jesús soy el que los
santifico.” (Lev. 21:10-15)
¿No Hay que codiciar la hermosura de la mujer ramera,...?
“25No
codicies su hermosura en tu corazón,
Ni ella te prenda con sus ojos; 26Porque a causa de la
mujer
ramera el hombre es reducido a un
bocado de pan; Y
la mujer caza la preciosa alma
del varón.” (Prov. 6:25-26)
“15¿No
sabéis que
vuestros cuerpos son miembros
de Cristo? ¿Quitaré, pues,
los miembros de Cristo y
los haré miembros de una ramera? De
ningún modo. 16¿O
no sabéis que el que se une con una ramera,
es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una
sola carne.” (1Cor. 6:15-16)
¿Puede un pueblo que era fiel,… convertirse en ramera,…?
“21¿Cómo
te has convertido en ramera,
oh ciudad fiel?
Llena estuvo de justicia,
en ella habitó la equidad;
pero ahora, los homicidas.
22Tu plata
se ha convertido en escorias, tu
vino está mezclado con
agua.
23Tus príncipes,
prevaricadores y compañeros de
ladrones; todos aman el
soborno, y
van tras las recompensas; no hacen
justicia al huérfano, ni llega a
ellos la causa de la viuda.”
(Isa. 1:21-23)
“20Porque
desde muy atrás rompiste tu yugo
y tus ataduras,
y dijiste: No serviré. Con todo eso, sobre todo
collado
alto y debajo de todo árbol
frondoso te echabas como ramera.
21Te planté de vid escogida,
simiente
verdadera toda ella; ¿cómo, pues, te me has vuelto sarmiento de
vid extraña?
22Aunque
te laves con
lejía, y amontones jabón
sobre ti, la mancha de tu pecado permanecerá aún delante de mí, dijo
Jesús el Señor. 23¿Cómo
puedes decir: No soy inmunda, nunca anduve tras los baales?
Mira tú proceder en el valle, conoce lo
que has hecho, dromedaria ligera que tuerce su camino, 24asna
montés acostumbrada al desierto, que en su ardor olfatea el
viento. De su lujuria, ¿quién la detendrá?
Todos los que la buscaren no se fatigarán,
porque en el
tiempo
de su celo la hallarán.
25Guarda tus pies
de andar descalzos, y tu garganta
de la sed.
Mas dijiste: No hay remedio en ninguna manera, porque a
extraños
he amado, y tras ellos he de ir.”
(Jer. 2:20-25)
¿Cómo se llega a caer con la ramera,...?
¿El dejar a Dios e ir tras lo que no es
Dios,… a pesar que Dios les sacie puede llevarle a casa de
rameras,…?
“7¿Cómo te he de perdonar por esto?
Sus
hijos
me dejaron, y juraron por lo que no es
Dios.
Los
sacié, y adulteraron, y en casa
de rameras
se juntaron en
compañías.” (Jer. 5:7)
¿El ser sin entendimiento,… puede ser causa
para ir tras rameras? “14No castigaré a vuestras
hijas
cuando forniquen, ni a vuestras nueras cuando adulteren; porque
ellos mismos se van con rameras,
y con malas mujeres
sacrifican; por tanto, el pueblo sin entendimiento caerá.” (Oseas 4:14)
¿Cuando se es simple y falto de
entendimiento, se puede caer con rameras,...? “6Porque
mirando yo por la ventana de mi casa, Por mi celosía, 7Vi
entre los simples,
Consideré entre los jóvenes, A
un
joven falto de entendimiento, 8El cual pasaba
por la calle, junto a la esquina,
E
iba camino a la casa de ella, 9A la
tarde del día, cuando ya oscurecía, En la oscuridad y tinieblas de
la noche. 10Cuando he aquí,
una
mujer le sale al encuentro, Con
atavío de ramera y
astuta de corazón. 11Alborotadora
y rencillosa, Sus pies
no pueden estar en casa;
12Unas veces está en la
calle,
otras veces en las plazas,
Acechando por todas las esquinas.
13Se asió de él, y
le besó. Con semblante descarado
le dijo: 14Sacrificios de paz
había prometido, Hoy he pagado mis votos; 15Por tanto, he
salido a encontrarte, Buscando diligentemente tu
rostro, y te he hallado. 16He
adornado mi cama
con colchas
Recamadas con cordoncillo
de Egipto; 17He
perfumado mi cámara Con mirra, áloes y canela. 18Ven,
embriaguémonos de amores hasta la
mañana; Alegrémonos en amores.
19Porque
el marido
no está en casa;
Se ha ido a un
largo viaje.
20La
bolsa de dinero llevó en su
mano; El día señalado volverá a su casa. 21Lo
rindió con la suavidad de sus
muchas palabras, Le obligó con la zalamería de sus
labios.
22Al
punto se marchó tras ella, Como va el buey al
degolladero, Y como el necio a las prisiones para ser castigado;
23Como el ave que se apresura a la red, Y no sabe que es
contra su vida, Hasta que la saeta traspasa su corazón. 24Ahora
pues, hijos, oídme, Y estad atentos a las razones de mi boca.
25No se aparte tu corazón a sus caminos; No yerres en sus
veredas. 26Porque
a muchos ha hecho caer heridos, Y aun los más fuertes han sido
muertos por ella. 27Camino al
Selo es su
casa, que conduce a las cámaras de
la muerte.”
(Prov. 7:6-27)
¿Cómo no caer
con la mujer ramera,…?
¿No dejar a Dios e ir tras lo que no es
Dios,… ,…?
“7¿Cómo te he de perdonar por esto?
Sus
hijos
me dejaron, y juraron por lo que no es
Dios.
Los
sacié, y adulteraron, y en casa
de rameras
se juntaron en
compañías.” (Jer. 5:7)
¿Tener entendimiento,…? “14No castigaré a vuestras
hijas
cuando forniquen, ni a vuestras nueras cuando adulteren; porque
ellos mismos se van con rameras,
y con malas mujeres
sacrifican; por tanto, el pueblo sin entendimiento caerá.” (Oseas 4:14)
¿Dejar la simpleza,...?
“6Porque mirando yo por la ventana de mi casa, Por mi
celosía, 7Vi entre
los simples,
Consideré entre los jóvenes, A
un
joven falto de entendimiento, 8El cual pasaba
por la calle, junto a la esquina,
E
iba camino a la casa de ella, 9A la
tarde del día, cuando ya oscurecía, En la oscuridad y tinieblas de
la noche. 10Cuando he aquí,
una
mujer le sale al encuentro, Con
atavío de ramera y
astuta de corazón. 11Alborotadora
y rencillosa, Sus pies
no pueden estar en casa;
12Unas veces está en la
calle,
otras veces en las plazas,
Acechando por todas las esquinas.
13Se asió de él, y
le besó. Con semblante descarado
le dijo: 14Sacrificios de paz
había prometido, Hoy he pagado mis votos; 15Por tanto, he
salido a encontrarte, Buscando diligentemente tu
rostro, y te he hallado. 16He
adornado mi cama
con colchas
Recamadas con cordoncillo
de Egipto; 17He
perfumado mi cámara Con mirra, áloes y canela. 18Ven,
embriaguémonos de amores hasta la
mañana; Alegrémonos en amores.
19Porque
el marido
no está en casa;
Se ha ido a un
largo viaje.
20La
bolsa de dinero llevó en su
mano; El día señalado volverá a su casa. 21Lo
rindió con la suavidad de sus
muchas palabras, Le obligó con la zalamería de sus
labios.
22Al
punto se marchó tras ella, Como va el buey al
degolladero, Y como el necio a las prisiones para ser castigado;
23Como el ave que se apresura a la red, Y no sabe que es
contra su vida, Hasta que la saeta traspasa su corazón. 24Ahora
pues, hijos, oídme, Y estad atentos a las razones de mi boca.
25No se aparte tu corazón a sus caminos; No yerres en sus
veredas. 26Porque
a muchos ha hecho caer heridos, Y aun los más fuertes han sido
muertos por ella. 27Camino al
Selo es su
casa, que conduce a las cámaras de
la muerte.”
(Prov. 7:6-27)
¿Cómo comportarse con la ramera,...?
“17No
haya
ramera
de
entre las hijas de Israel,
ni haya
sodomita de entre
los
hijos de Israel. 18No
traerás la paga de
una ramera
ni el precio de un perro a la casa
de Jesús tu Dios por ningún voto; porque
abominación es a Jesús tu Dios tanto lo uno como lo otro.”
(Deut 23:17-18)
¿No hay que codiciar la
hermosura de la mujer ramera,...? “25No
codicies su hermosura
en
tu corazón,
Ni
ella te prenda con sus ojos;
26Porque a causa de
la
mujer ramera
el
hombre
es reducido a un bocado de pan;
Y la
mujer
caza la preciosa
alma del
varón.”
(Prov. 6:25-26)
¿Se puede perdonar la vida a una mujer ramera,
y porque causa,…?
“17Y
será
la ciudad
anatema a Jesús,
con todas las cosas que están en ella; solamente
Rahab la
ramera vivirá, con todos los que estén en casa con ella,
por cuanto escondió a los mensajeros que enviamos. 18Pero
vosotros guardaos del anatema; ni toquéis, ni toméis alguna cosa del
anatema, no sea que hagáis anatema el campamento de Israel, y lo
turbéis. 19Más toda la plata y el oro, y los utensilios
de bronce y de hierro, sean consagrados a Jesús, y entren en el
tesoro de Jesús. 20Entonces el pueblo gritó, y los
sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció que cuando el pueblo
hubo oído el sonido de la bocina, gritó con gran vocerío, y el muro
se derrumbó. El pueblo subió luego a la ciudad, cada uno derecho
hacia adelante, y la tomaron. 21Y
destruyeron a filo de espada
todo lo que en la ciudad
había;
hombres y mujeres,
jóvenes y
viejos,
hasta los bueyes,
las ovejas,
y los asnos.
22Mas Josué
dijo a los dos hombres
que habían reconocido la tierra: Entrad en casa de la mujer
ramera, y
haced salir de allí a la mujer
y a todo lo que fuere suyo, como lo jurasteis. 23Y
los espías entraron y sacaron a Rahab, a su padre, a su madre, a sus
hermanos y todo lo que era suyo; y también sacaron a toda su
parentela, y los pusieron fuera del campamento de Israel. 24Y
consumieron con fuego la ciudad, y todo lo que en ella había;
solamente pusieron en el tesoro de la casa de Jesús la plata y el
oro, y los utensilios de bronce y de hierro. 25Mas
Josué salvó la vida a Rahab la ramera, y a la casa de su padre, y a
todo lo que ella tenía; y habitó ella entre los israelitas hasta
hoy, por cuanto escondió a los mensajeros que Josué había enviado a
reconocer a Jericó.”
(Jos. 6:17-25)
¿
¿Puede encontrar perdón de su padre,… el que ha gastado sus
bienes con rameras,…?
“11También
dijo:
Un hombre tenía dos
hijos; 12y
el menor de ellos dijo a su padre:
Padre,
dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los
bienes.
13No muchos días
después, juntándolo todo el hijo
menor, se fue lejos a una provincia
apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.
14Y
cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran
hambre en
aquella provincia,
y comenzó a faltarle. 15Y fue y se arrimó a uno de los
ciudadanos de aquella tierra,
el cual le envió a su hacienda para que apacentase
cerdos.
16Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían
los cerdos,
pero nadie le daba. 17Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos
jornaleros
en casa
de mi padre
tienen abundancia de pan,
y yo aquí perezco de hambre!
18Me levantaré e iré a mi
padre, y le diré:
Padre, he
pecado contra el cielo
y contra ti.
19Ya no soy digno de ser llamado tu
hijo;
hazme como a uno de tus jornaleros.
20Y levantándose, vino a su
padre. Y cuando aún estaba lejos, lo
vio su padre,
y fue movido a
misericordia,
y corrió, y se echó sobre su cuello,
y le besó.
21Y el hijo
le dijo: Padre,
he pecado contra el cielo
y contra ti,
y ya no soy digno de ser llamado tu
hijo.
22Pero el padre
dijo a sus siervos:
Sacad el mejor vestido,
y vestidle; y poned un anillo
en su mano, y calzado en sus pies. 23Y traed el
becerro
gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; 24porque
este mi hijo
muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y
comenzaron a regocijarse. 25Y su
hijo mayor
estaba en el campo;
y cuando vino, y llegó cerca de la
casa, oyó la música y las danzas;
26y llamando a uno de los
criados, le preguntó qué era
aquello. 27Él le dijo: Tu
hermano ha
venido; y tu padre
ha hecho matar el becerro
gordo, por haberle recibido bueno y sano. 28Entonces se
enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su
padre, y le rogaba que entrase. 29Más
él, respondiendo, dijo al padre:
He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y
nunca me has dado ni un cabrito
para gozarme con mis amigos.
30Pero cuando vino este tu
hijo, que ha consumido tus
bienes con
rameras,
has hecho matar para él el becerro
gordo. 31Él entonces le dijo:
Hijo, tú
siempre estás conmigo, y todas mis
cosas son tuyas. 32Mas
era necesario hacer fiesta
y regocijarnos, porque este tu
hermano era muerto, y ha revivido;
se había perdido, y es hallado.”
(Luc. 15:11-32)
¿La qué es ramera de hermosa
gracia, Dios le pone como estiércol
entre otras cosas,...?
“1¡Ay
de ti, ciudad sanguinaria, toda llena de
mentira y de rapiña,
sin apartarte del pillaje! 2Chasquido de látigo, y
fragor de ruedas, caballo
atropellador, y carro que salta;
3jinete
enhiesto, y resplandor de espada, y resplandor de lanza; y multitud
de muertos, y multitud de cadáveres; cadáveres sin fin, y en sus
cadáveres tropezarán,
4a
causa de la multitud de las fornicaciones de
la ramera de hermosa gracia,
maestra en
hechizos, que seduce a las
naciones con
sus fornicaciones, y a
los pueblos con sus hechizos.
5Heme aquí contra ti, dice
Jesús de los ejércitos, y
descubriré tus
faldas en tu rostro, y mostraré a
las naciones
tu desnudez, y a los reinos
tu vergüenza. 6Y echaré sobre ti inmundicias,
y te
afrentaré, y te pondré como
estiércol. 7Todos los que te vieren se
apartarán de ti, y dirán:
Nínive es
asolada; ¿quién se compadecerá de ella? ¿Dónde te buscaré
consoladores? 8¿Eres tú mejor que
Tebas, que estaba asentada junto al Nilo, rodeada de
aguas, cuyo baluarte era el mar, y aguas por muro? 9Etiopía
era su fortaleza, también Egipto, y eso sin límite;
Fut
y Libia fueron sus ayudadores. 10Sin embargo
ella fue llevada en cautiverio; también sus pequeños fueron
estrellados en las encrucijadas de todas las calles, y sobre sus
varones echaron suertes, y todos sus grandes fueron aprisionados con
grillos. 11Tú también serás embriagada, y serás encerrada;
tú también buscarás refugio a causa del enemigo. 12Todas
tus
fortalezas serán
cual higueras con brevas, que si las
sacuden, caen en la boca del que las ha de comer. 13He
aquí,
tu pueblo será
como mujeres
en medio de ti; las puertas de tu tierra se abrirán de
par en par a tus enemigos;
fuego consumirá tus cerrojos.
14Provéete de
agua para el asedio, refuerza
tus fortalezas;
entra en
el lodo, pisa el
barro,
refuerza el horno.
15Allí te
consumirá
el fuego, te talará la espada, te
devorará como pulgón; multiplícate como
langosta, multiplícate como el
langostón. Multiplicaste
tus
mercaderes más que las estrellas del
cielo; la
langosta hizo presa, y voló.
17Tus príncipes serán como
langostas, y tus grandes como
nubes de langostas que se sientan en vallados en día de
frío;
salido el sol se van, y no se conoce el
lugar donde están. 18Durmieron tus pastores,
oh
rey de Asiría, reposaron tus valientes;
tu
pueblo se derramó por los montes,
y no hay quien lo junte. 19No hay medicina
para tu quebradura; tu herida es incurable; todos los que oigan tu
fama
batirán las manos sobre ti,
porque ¿sobre quién no pasó continuamente tu maldad?” (Nah. 3:1-19)
¿Pueden las rameras caminar al reino de los cielos, si creen
lo que dice Dios,…?
¿Cuál es la sentencia contra la gran ramera,…?
1Vino entonces uno de los
siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo
diciéndome:
Ven acá, y te mostraré la sentencia contra
la gran ramera,
la que está sentada sobre muchas
aguas; 2con
la cual han fornicado los
reyes de la tierra, y los
moradores de la
tierra se han embriagado con el
vino de su fornicación. 3Y me llevó en el Espíritu al
desierto;
y vi a una
mujer
sentada sobre una bestia
escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete
cabezas y
diez cuernos. 4Y
la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro,
de piedras preciosas y de perlas, y
tenía en la mano
un cáliz
de oro
lleno de abominaciones y de la inmundicia de su
fornicación; 5y
en su frente un nombre escrito, un misterio:
BABILONIA
LA GRANDE, LA MADRE
DE LAS RAMERAS
Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA. 6Vi a la mujer ebria
de la sangre
de los santos, y de la sangre
de los mártires de Jesús;
y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro. 7Y
el ángel me dijo: ¿Por qué te asombras? Yo te diré el misterio de la
mujer, y de la bestia que la trae, la cual tiene las siete cabezas y
los diez cuernos. 8La bestia que has visto, era, y no
es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores
de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la
fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la
bestia que era y no es, y será. 9Esto, para la mente
que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes, sobre los
cuales se sienta la mujer, 10y son siete reyes. Cinco
de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando
venga, es necesario que dure breve tiempo. 11La bestia
que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y
va a la perdición. 12Y los diez cuernos que has visto,
son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora
recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia. 13Estos
tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la
bestia. 14Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los
vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que
están con él son llamados y elegidos y fieles. 15Me
dijo también: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son
pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas. 16Y los diez
cuernos que viste en la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la
dejarán desolada y desnuda; y devorarán sus carnes, y la quemarán
con fuego; 17porque Dios ha puesto en sus corazones el
ejecutar lo que él quiso: ponerse de acuerdo, y dar su reino a la
bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios. 18Y
la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes
de la tierra.” (Apoc. 17:1-18)
Consecuencias de juntarse a la ramera
"El que se junta a ramera es reducido a un bocado de pan,...?
25No
codicies su hermosura en tu corazón, Ni ella te prenda con
sus ojos; 26Porque a
causa de la mujer
ramera el
hombre
es reducido a un
bocado de
pan; Y
la mujer caza la
preciosa alma del varón.” (Prov. 6:25-26)
¿El que se junta a ramera se
hace un cuerpo con ella,...? “13Las
viandas para el vientre, y el vientre para las viandas; pero tanto
al uno como a las otras destruirá Dios.
Pero el cuerpo no es para
la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo.
14Y Dios, que levantó al Señor,
también a nosotros nos levantará con su poder. 15¿No
sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré,
pues, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? De
ningún modo.
16¿O no sabéis que el que se une con una
ramera, es
un cuerpo
con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne. 17Pero
el que se une al Señor,
un espíritu
es con él.
18Huid de la fornicación. Cualquier otro
pecado que
el hombre
cometa, está fuera del cuerpo;
más el que fornica, contra su propio
cuerpo
peca. 19¿O
ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual
está en vosotros, el cual tenéis de Dios,
y que no sois vuestros? 20Porque habéis sido comprados
por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en
vuestro espíritu, los cuales son de Dios.” (1Cor. 6:13-19)
¿Pierde sus bienes,...?
“3El hombre que
ama la sabiduría alegra a su
padre;
Mas el que frecuenta
rameras
perderá los bienes.” (Prov. 29:3)
¿Dios les castiga, destruyendo sus muros, especialmente a los que el les sacia,...?
“7¿Cómo
te he de perdonar por esto?
Sus hijos me dejaron, y juraron
por lo que no es Dios.
Los sacié, y adulteraron, y
en
casa de rameras se juntaron en compañías. 8Como
caballos bien alimentados, cada cual relinchaba tras
la mujer de su prójimo. 9¿No
había de castigar esto? dijo Jesús. De una nación como esta, ¿no se
había de vengar mi alma? 10Escalad
sus
muros y destruid, pero no
del todo;
quitad las
almenas de sus muros, porque no son
de Jesús. 11Porque resueltamente se rebelaron
contra mí
la casa de Israel y la casa de Judá,
dice Jesús. 12Negaron a Jesús, y dijeron: El no es, y
no vendrá mal sobre nosotros,
ni veremos espada ni hambre;
13antes los profetas
serán como viento,
porque no hay en ellos
palabra;
así se hará a ellos.”
(Jer. 5:7-13)
“14No
castigaré a vuestras hijas
cuando forniquen, ni a vuestras
nueras cuando adulteren; porque
ellos mismos se van con rameras,
y con malas mujeres
sacrifican; por tanto, el pueblo sin entendimiento caerá.” (Oseas 4:14)
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