Dispersadas las ovejas

 

¿Quiénes dispersan las ovejas del rebaño de Jesús y quien recoge el remante de las ovejas de donde fueron echadas y les hace volver a su morada?

 

1¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño! dice Jesús. 2Por tanto, así ha dicho Jesús Dios de Israel a los pastores que apacientan mi pueblo: Vosotros dispersasteis mis ovejas, y las espantasteis, y no las habéis cuidado. He aquí que yo castigo la maldad de vuestras obras, dice Jesús. 3Y yo mismo recogeré el remanente de mis ovejas de todas las tierras adonde las eché, y las haré volver a sus moradas; y crecerán y se multiplicarán...  7Por tanto, he aquí que vienen días, dice Jesús, en que no dirán más: Vive Jesús que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto, 8sino: Vive Jesús que hizo subir y trajo la descendencia de la casa de Israel de tierra del norte, y de todas las tierras adonde yo los había echado; y habitarán en su tierra.” (Jer. 23:1-7) ¿Quiénes dispersaron a Israel y quien le vuelve a traer a su morada y que acontece en aquellos días, con la maldad de Israel y los pecados de Judá?17Rebaño descarriado es Israel; leones lo dispersaron; el rey de Asiría lo devoró primero, Nabucodonosor rey de Babilonia lo deshuesó después. 18Por tanto, así ha dicho Jesús de los ejércitos, Dios de Israel: Yo castigo al rey de Babilonia y a su tierra, como castigué al rey de Asiría. 19Y volveré a traer a Israel a su morada, y pacerá en el Carmelo y en Basán; y en el monte de Efraín y en Galaad se saciará su alma. 20En aquellos días y en aquel tiempo, dice Jesús, la maldad de Israel será buscada, y no aparecerá; y los pecados de Judá, y no se hallarán; porque perdonaré a los que yo hubiere dejado.” (Jer. 50:17-20) ¿El no dispersar las ovejas significa fortalecer las manos del malo para que no se convierta de su maldad?14Y en los profetas de Jerusalén he visto torpezas; cometían adulterios, y andaban en mentiras, y fortalecían las manos de los malos, para que ninguno se convirtiese de su maldad; me fueron todos ellos como Sodoma, y sus moradores como Gomorra. 15Por tanto, así ha dicho Jesús de los ejércitos contra aquellos profetas: He aquí que yo les hago comer ajenjos, y les haré beber agua de hiel; porque de los profetas de Jerusalén salió la hipocresía sobre toda la tierra. 16Así ha dicho Jesús de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jesús. 17Dicen atrevidamente a los que me irritan: Jesús dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: No vendrá mal sobre vosotros. 18Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jesús, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó? 19He aquí que la tempestad de Jesús saldrá con furor; y la tempestad que está preparada caerá sobre la cabeza de los malos. 20No se apartará el furor de Jesús hasta que lo haya hecho, y hasta que haya cumplido los pensamientos de su corazón; en los postreros días lo entenderéis cumplidamente.” (Jer. 23:14-15; Ver además Eze. 22:13-15)

 

® ¿Cómo fueron las ovejas dispersadas por los pastores y serán siempre apacentadas las ovejas por los pastores y siempre les serán por comida,…? 

 

1Vino a mí palabra de Jesús, diciendo: 2Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jesús el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños? 3Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, más no apacentáis a las ovejas. 4No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia. 5Y andan errantes por falta de pastor, y son presa de todas las fieras del campo, y se han dispersado. 6Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y en toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las buscase, ni quien preguntase por ellas. 7Por tanto, pastores, oíd palabra de Jesús: 8Vivo yo, ha dicho Jesús el Señor, que por cuanto mi rebaño fue para ser robado, y mis ovejas fueron para ser presa de todas las fieras del campo, sin pastor; ni mis pastores buscaron mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos, y no apacentaron mis ovejas; 9por tanto, oh pastores, oíd palabra de Jesús. 10Así ha dicho Jesús el Señor: He aquí, yo estoy contra los pastores; y demandaré mis ovejas de su mano, y les haré dejar de apacentar las ovejas; ni los pastores se apacentarán más a sí mismos, pues yo libraré mis ovejas de sus bocas, y no les serán más por comida. (Eze. 34:1-10 ver además Eze. 34:10-16)

 

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