¿Serán los ídolos de plata y oro cosa repugnante,
cuando Jesús se levante para castigar la tierra en el día de su ira?
“14Tocarán trompeta,
y prepararán todas las cosas, y no habrá quien vaya a la batalla; porque mi ira está sobre toda la multitud. 15De
fuera espada, de dentro pestilencia y hambre; el que esté en el
campo morirá a espada, y al que esté
en la ciudad lo consumirá el hambre y la pestilencia. 16Y los
que escapen de ellos huirán y estarán sobre los
montes como palomas de los
valles, gimiendo todos, cada uno por su
iniquidad. 17Toda mano se debilitará, y toda rodilla será débil como el agua.
18Se ceñirán también de cilicio,
y les cubrirá terror; en todo rostro
habrá vergüenza,
y todas sus cabezas estarán rapadas.
19Arrojarán su plata en las calles, y su oro será desechado; ni su
plata ni su
oro podrá librarlos en el día del furor de
Jesús; no saciarán su alma,
ni llenarán sus entrañas, porque ha sido tropiezo para su maldad. 20Por
cuanto convirtieron la gloria de su ornamento
en soberbia, e hicieron de ello las imágenes de sus abominables ídolos,
por eso se lo convertí en cosa repugnante.
21En mano de extraños la entregué para ser
saqueada, y será presa de los impíos de la tierra, y la profanarán. 22Y
apartaré de ellos mi rostro, y será violado mi lugar secreto; pues entrarán en
él invasores y lo profanarán.” (Eze. 7:14-22) “12Porque día de Jesús de los ejércitos vendrá sobre
todo soberbio y altivo, sobre todo enaltecido, y será abatido; 13sobre
todos los cedros del Líbano altos y
erguidos, y sobre todas las encinas de Basán;
14sobre todos los montes altos,
y sobre todos los collados elevados;
15sobre toda torre alta, y
sobre todo muro fuerte; 16sobre
todas las naves de Tarsis, y sobre
todas las pinturas preciadas. 17La altivez
del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y solo
Jesús será exaltado en aquel día.
18Y quitará totalmente los ídolos. 19Y se
meterán en las cavernas
de las peñas y en las aberturas de la
tierra, por la presencia temible de
Jesús, y por el resplandor de su majestad, cuando él se levante
para castigar la tierra. 20Aquel día arrojará el hombre a los topos y murciélagos sus ídolos
de plata y sus ídolos de oro, que le hicieron para que adorase, 21y
se meterá en las hendiduras de las rocas y en las cavernas de las peñas, por la
presencia formidable de Jesús, y por el resplandor de su majestad, cuando se levante para castigar la tierra.
22Dejaos del hombre, cuyo aliento está en su nariz; porque ¿de qué es él
estimado?” (Isa. 2:12-22)