Los ídolos de Egipto temblarán delante de él

 

Veamos que son por ídolos y que les puede hacer temblar,…

 

¿Cuáles son ídolos?

 

5Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos; Pero Jesús hizo los cielos.” (Sal. 96:5)  “4Los ídolos de ellos son plata y oro, Obra de manos de hombres. 5Tienen boca, mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven; 6Orejas tienen, mas no oyen; Tienen narices, mas no huelen; 7Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no andan; No hablan con su garganta. 8Semejantes a ellos son los que los hacen, Y cualquiera que confía en ellos.” (Sal. 115:4-8)

 

¿Cuándo serán vueltos atrás y en extremo confundidos los que confían en ídolos, y dicen a las imágenes de fundición: Vosotros sois nuestros dioses?

 

14Desde el siglo he callado, he guardado silencio, y me he detenido; daré voces como la que está de parto; asolaré y devoraré juntamente. 15Convertiré en soledad montes y collados, haré secar toda su hierba; los ríos tornaré en islas, y secaré los estanques. 16Y guiaré a los ciegos (sus siervos son ciegos Isa. 49:19) por camino que no sabían, les haré andar por sendas que no habían conocido; delante de ellos cambiaré las tinieblas en luz, y lo escabroso en llanura. Estas cosas les haré, y no los desampararé. 17Serán vueltos atrás y en extremo confundidos los que confían en ídolos, y dicen a las imágenes de fundición: Vosotros sois nuestros dioses.” (Isa. 42:14-17) ¿Por qué son en extremo confundidos los que confían en ídolos? 9Los formadores de imágenes de talla, todos ellos son vanidad, y lo más precioso de ellos para nada es útil; y ellos mismos son testigos para su confusión, de que los ídolos no ven ni entienden. 10¿Quién formó un dios, o quién fundió una imagen que para nada es de provecho? 11He aquí que todos los suyos serán avergonzados, porque los artífices mismos son hombres. Todos ellos se juntarán, se presentarán, se asombrarán, y serán avergonzados a una. 12El herrero toma la tenaza, trabaja en las ascuas, le da forma con los martillos, y trabaja en ello con la fuerza de su brazo; luego tiene hambre, y le faltan las fuerzas; no bebe agua, y se desmaya. 13El carpintero tiende la regla, lo señala con almagre, lo labra con los cepillos, le da figura con el compás, lo hace en forma de varón, a semejanza de hombre hermoso, para tenerlo en casa. 14Corta cedros, y toma ciprés y encina, que crecen entre los árboles del bosque; planta pino, que se críe con la lluvia. 15De él se sirve luego el hombre para quemar, y toma de ellos para calentarse; enciende también el horno, y cuece panes; hace además un dios, y lo adora; fabrica un ídolo, y se arrodilla delante de él. 16Parte del leño quema en el fuego; con parte de él come carne, prepara un asado, y se sacia; después se calienta, y dice: ¡Oh! me he calentado, he visto el fuego; 17y hace del sobrante un dios, un ídolo suyo; se postra delante de él, lo adora, y le ruega diciendo: Líbrame, porque mi dios eres tú. 18No saben ni entienden; porque cerrados están sus ojos para no ver, y su corazón para no entender. 19No discurre para consigo, no tiene sentido ni entendimiento para decir: Parte de esto quemé en el fuego, y sobre sus brasas cocí pan, asé carne, y la comí. ¿Haré del resto de él una abominación? ¿Me postraré delante de un tronco de árbol? 20De ceniza se alimenta; su corazón engañado le desvía, para que no libre su alma, ni diga: ¿No es pura mentira lo que tengo en mi mano derecha” (Isa. 44:9-20; Ver además Jer. 10:14-16)

 

¿Cuándo Jesús quitará totalmente los ídolos y que acontecerá en ese día con los ídolos y quien será solo exaltado en aquel día?

 

12Porque día de Jesús de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, sobre todo enaltecido, y será abatido; 13sobre todos los cedros del Líbano altos y erguidos, y sobre todas las encinas de Basán; 14sobre todos los montes altos, y sobre todos los collados elevados; 15sobre toda torre alta, y sobre todo muro fuerte; 16sobre todas las naves de Tarsis, y sobre todas las pinturas preciadas. 17La altivez del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y solo Jesús será exaltado en aquel día. 18Y quitará totalmente los ídolos. 19Y se meterán en las cavernas de las peñas y en las aberturas de la tierra, por la presencia temible de Jesús, y por el resplandor de su majestad, cuando él se levante para castigar la tierra. 20Aquel día arrojará el hombre a los topos y murciélagos sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que le hicieron para que adorase, 21y se meterá en las hendiduras de las rocas y en las cavernas de las peñas, por la presencia formidable de Jesús, y por el resplandor de su majestad, cuando se levante para castigar la tierra.” (Isa. 2:12-21) Veamos otra cita de las Sagradas Escrituras para ver cuando Jesús quita totalmente los ídolos 4Porque Jesús me dijo a mí de esta manera: Como el león y el cachorro de león ruge sobre la presa, y si se reúne cuadrilla de pastores contra él, no lo espantarán sus voces, ni se acobardará por el tropel de ellos; Así Jesús de los ejércitos descenderá a pelear sobre el monte de Sion, y sobre su collado. 5Como las aves que vuelan, así amparará Jesús de los ejércitos a Jerusalén, amparando, librando, preservando y salvando. 6Volved a aquel contra quien se rebelaron profundamente los hijos de Israel. 7Porque en aquel día arrojará el hombre sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que para vosotros han hecho vuestras manos pecadoras. 8Entonces caerá Asiría por espada no de varón, y la consumirá espada no de hombre; y huirá de la presencia de la espada, y sus jóvenes serán tributarios. 9Y de miedo pasará su fortaleza, y sus príncipes, con pavor, dejarán sus banderas, dice Jesús, cuyo fuego está en Sion, y su horno en Jerusalén.” (Isa. 31:4-9)

 

¿Los ídolos salvan, quien puede salvar?

 

20Reuníos, y venid; juntaos todos los sobrevivientes de entre las naciones. No tienen conocimiento aquellos que erigen el madero de su ídolo, y los que ruegan a un dios que no salva. 21Proclamad, y hacedlos acercarse, y entren todos en consulta; ¿quién hizo oír esto desde el principio, y lo tiene dicho desde entonces, sino yo Jesús? Y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí. 22Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más. 23Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua. 24Y se dirá de mí: Ciertamente en Jesús está la justicia y la fuerza; a él vendrán, y todos los que contra él se enardecen serán avergonzados” (Isa. 45:20-24 ver además 1Cor. 8:4; 1Cor. 10:19-22; 2Cor. 6:16-18; 1Tes. 1:9)

 

¿Por qué no hay que clamar a los ídolos y porque hay que confiar en Jesús?

 

13Cuando clames, que te libren tus ídolos; pero a todos ellos llevará el viento, un soplo los arrebatará; mas el que en mí confía tendrá la tierra por heredad, y poseerá mi santo monte.” (Isa. 57:13; 1Juan 5:21) ¿El pueblo de Jesús que pregunta a los ídolos de madera y el leño le responde, tras ello está espíritu de fornicación haciéndoles errar?12Mi pueblo a su ídolo de madera pregunta, y el leño le responde; porque espíritu de fornicaciones lo hizo errar, y dejaron a su Dios para fornicar.” (Oseas 4:12)

 

¿Por qué no dar nuestro dinero al servicio de los ídolos,… y de los que les sirven?

 

Nuestro Dios está en los cielos; Todo lo que quiso ha hecho. 4Los ídolos de ellos son plata y oro, Obra de manos de hombres. 5Tienen boca, mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven; 6Orejas tienen, mas no oyen; Tienen narices, mas no huelen; 7Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no andan; No hablan con su garganta. 8Semejantes a ellos son los que los hacen, Y cualquiera que confía en ellos.” (Sal. 115:3-8; Sal 135:15-18) “5¿A quién me asemejáis, y me igualáis, y me comparáis, para que seamos semejantes? 6Sacan oro de la bolsa, y pesan plata con balanzas, alquilan un platero para hacer un dios de ello; se postran y adoran. 7Se lo echan sobre los hombros, lo llevan, y lo colocan en su lugar; allí se está, y no se mueve de su sitio. Le gritan, y tampoco responde, ni libra de la tribulación. 8Acordaos de esto, y tened vergüenza; volved en vosotros, prevaricadores. 9Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, 10que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero; 11que llamo desde el oriente al ave, y de tierra lejana al varón de mi consejo. Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré. 12Oídme, duros de corazón, que estáis lejos de la justicia: 13Haré que se acerque mi justicia; no se alejará, y mi salvación no se detendrá. Y pondré salvación en Sion, y mi gloria en Israel.” (Isa. 46:5-12) “1Oíd la palabra que Jesús ha hablado sobre vosotros, oh casa de Israel. 2Así dijo Jesús: No aprendáis el camino de las naciones, ni de las señales del cielo tengáis temor, aunque las naciones las teman. 3Porque las costumbres de los pueblos son vanidad; porque leño del bosque cortaron, obra de manos de artífice con buril. 4Con plata y oro lo adornan; con clavos y martillo lo afirman para que no se mueva. 5Derechos están como palmera, y no hablan; son llevados, porque no pueden andar. No tengáis temor de ellos, porque ni pueden hacer mal, ni para hacer bien tienen poder.” (Jer 10:1-5) 18¿De qué sirve la escultura que esculpió el que la hizo? ¿La estatua de fundición que enseña mentira, para que haciendo imágenes mudas confíe el hacedor en su obra? 19¡Ay del que dice al palo: Despiértate; y a la piedra muda: Levántate! ¿Podrá él enseñar? He aquí está cubierto de oro y plata, y no hay espíritu dentro de él. 20Mas Jesús está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra.” (Habacuc. 2:18-20)

 

¿Serán los ídolos de plata y oro cosa repugnante, cuando Jesús se levante para castigar la tierra en el día de su ira?

 

14Tocarán trompeta, y prepararán todas las cosas, y no habrá quien vaya a la batalla; porque mi ira está sobre toda la multitud. 15De fuera espada, de dentro pestilencia y hambre; el que esté en el campo morirá a espada, y al que esté en la ciudad lo consumirá el hambre y la pestilencia. 16Y los que escapen de ellos huirán y estarán sobre los montes como palomas de los valles, gimiendo todos, cada uno por su iniquidad. 17Toda mano se debilitará, y toda rodilla será débil como el agua. 18Se ceñirán también de cilicio, y les cubrirá terror; en todo rostro habrá vergüenza, y todas sus cabezas estarán rapadas. 19Arrojarán su plata en las calles, y su oro será desechado; ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día del furor de Jesús; no saciarán su alma, ni llenarán sus entrañas, porque ha sido tropiezo para su maldad. 20Por cuanto convirtieron la gloria de su ornamento en soberbia, e hicieron de ello las imágenes de sus abominables ídolos, por eso se lo convertí en cosa repugnante. 21En mano de extraños la entregué para ser saqueada, y será presa de los impíos de la tierra, y la profanarán. 22Y apartaré de ellos mi rostro, y será violado mi lugar secreto; pues entrarán en él invasores y lo profanarán.” (Eze. 7:14-22) “12Porque día de Jesús de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, sobre todo enaltecido, y será abatido; 13sobre todos los cedros del Líbano altos y erguidos, y sobre todas las encinas de Basán; 14sobre todos los montes altos, y sobre todos los collados elevados; 15sobre toda torre alta, y sobre todo muro fuerte; 16sobre todas las naves de Tarsis, y sobre todas las pinturas preciadas. 17La altivez del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y solo Jesús será exaltado en aquel día. 18Y quitará totalmente los ídolos. 19Y se meterán en las cavernas de las peñas y en las aberturas de la tierra, por la presencia temible de Jesús, y por el resplandor de su majestad, cuando él se levante para castigar la tierra. 20Aquel día arrojará el hombre a los topos y murciélagos sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que le hicieron para que adorase, 21y se meterá en las hendiduras de las rocas y en las cavernas de las peñas, por la presencia formidable de Jesús, y por el resplandor de su majestad, cuando se levante para castigar la tierra. 22Dejaos del hombre, cuyo aliento está en su nariz; porque ¿de qué es él estimado?” (Isa. 2:12-22)

 

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