La ley

 

12Bienaventurado el hombre a quien tú, JAH, corriges, y en tu ley lo instruyes,

13Para hacerle descansar en los días de aflicción, en tanto que para el impío se cava el hoyo.” (Sal. 94:12-13)

 

165Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo.” (Sal. 119:165)

 

¿Qué encontramos en la ley,…?

 

17He aquí, tú tienes el sobrenombre de judío, y te apoyas en la ley, y te glorías en Dios, 18y conoces su voluntad, e instruido por la ley apruebas lo mejor, 19y confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas, 20instructor de los indoctos, maestro de niños, que tienes en la ley la forma de la ciencia y de la verdad.” (Rom. 2:17-20) En la ley encontramos la forma de la ciencia y de la verdad,…

 

¿En la ley encontramos maravillas,…? 18Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley.” (Sal. 119:18)

 

¿En la ley encontramos como debemos comportarnos con las personas,… y como ellos tienen que comportarse con nosotros,…?11Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? 12Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.” (Mat. 7:11-12)

 

¿En la ley encontramos los mandamientos de Dios,…?35Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: 36Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? 37Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38Este es el primero y grande mandamiento. 39Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.” (Mat. 22:35-39)

 

¿En la ley se encuentra escrito de Cristo,…?44Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.” (Luc. 24:44) “23El que me aborrece a , también a mi Padre aborrece. 24Si yo no hubiese hecho entre ellos obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora han visto y han aborrecido a y a mi Padre. 25Pero esto es para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Sin causa me aborrecieron.” (Juan 15:23-25)

 

¿La ley contiene justicia, misericordia y fe,…?23¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.” (Mat. 23:23)

 

¿Qué es la ley,…?

 

¿La ley es nuestra vida,…? 46y les dijo: Aplicad vuestro corazón a todas las palabras que yo os testifico hoy, para que las mandéis a vuestros hijos, a fin de que cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley. 47Porque no os es cosa vana; es vuestra vida, y por medio de esta ley haréis prolongar vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para tomar posesión de ella.” (Deut. 32:46-47)        

 

¿La ley de Jesús es perfecta que convierte el alma,…? 7La ley de Jesús es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jesús es fiel, que hace sabio al sencillo.” (Sal. 19:7)

 

¿La ley es la verdad,…?142Tu justicia es justicia eterna, y tu ley la verdad.” (Sal. 119:142)

 

¿La ley es santa,…?12De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.” (Rom. 7:12)

 

¿La ley es espiritual,…?14Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.” (Rom. 7:14)

 

¿La ley es buena,…?15Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. 16Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.” (Rom. 7:115-16) “8Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente; 9conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, 10para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina, 11según el glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado.” (1Tim. 1:8-11)

 

¿Qué no es la ley,…?

 

¿La ley no es pecado,…?7¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.” (Rom. 7:7)

 

¿Qué tiene la ley,…?

 

¿La ley tiene obras que se escriben en el corazón de las personas,…?12Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; 13porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. 14Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 15mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, 16en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.” (Rom. 2:12-16)

 

¿Qué es lo más importante de la ley,…?

 

23¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.” (Mat. 23:23)

 

¿Qué es la ley del sabio y para qué sirve,…?

 

14La ley del sabio es manantial de vida para apartarse de los lazos de la muerte.” (Prov. 13:14)

 

¿Qué es el cumplimiento de la ley,…?

 

8No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. 9Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 10El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.” (Rom. 13:8-10)

 

¿Qué valor tiene la ley,…?

 

72Mejor me es la ley de tu boca que millares de oro y plata.” (Sal. 119:72)

 

¿Qué tipos de ley podemos encontrar,…?

 

Leyes para el mercado,…16Entonces Abraham se convino con Efrón, y pesó Abraham a Efrón el dinero que dijo, en presencia de los hijos de Het, cuatrocientos siclos de plata, de buena ley entre mercaderes.” (Gén. 23:16)

 

Leyes de Dios,… 4Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente, 5por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes.” (Gén. 26:5)

 

Leyes de príncipes,… 25Y ellos respondieron: La vida nos has dado; hallemos gracia en ojos de nuestro señor, y seamos siervos de Faraón. 26Entonces José lo puso por ley hasta hoy sobre la tierra de Egipto, señalando para Faraón el quinto, excepto sólo la tierra de los sacerdotes, que no fue de Faraón.” (Gen. 47:25-26)

 

Leyes de los que gobiernan los pueblos,… 5De este lado del Jordán, en tierra de Moab, resolvió Moisés declarar esta ley, diciendo: 6Jesús nuestro Dios nos habló en Horeb, diciendo: Habéis estado bastante tiempo en este monte. 7Volveos e id al monte del amorreo y a todas sus comarcas, en el Arabá, en el monte, en los valles, en el Neguev, y junto a la costa del mar, a la tierra del cananeo, y al Líbano, hasta el gran río, el río Eufrates. 8Mirad, yo os he entregado la tierra; entrad y poseed la tierra que Jesús juró a vuestros padres Abraham, Isaac y Jacob, que les daría a ellos y a su descendencia después de ellos.” (Deut. 1:5-8)

 

Leyes de la naturaleza,… 24Porque él mira hasta los fines de la tierra, y ve cuanto hay bajo los cielos. 25Al dar peso al viento, y poner las aguas por medida; 26Cuando él dio ley a la lluvia, y camino al relámpago de los truenos,” (Job. 28:24-26) “23Vino palabra de Jesús a Jeremías, diciendo: 24¿No has echado de ver lo que habla este pueblo, diciendo: Dos familias que Jesús escogiera ha desechado? Y han tenido en poco a mi pueblo, hasta no tenerlo más por nación. 25Así ha dicho Jesús: Si no permanece mi pacto con el día y la noche, si yo no he puesto las leyes del cielo y la tierra, 26también desecharé la descendencia de Jacob, y de David mi siervo, para no tomar de su descendencia quien sea señor sobre la posteridad de Abraham, de Isaac y de Jacob. Porque haré volver sus cautivos, y tendré de ellos misericordia.” (Jer. 33:23-26)

 

Leyes de clemencia,…10Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas. 26Abre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia está en su lengua.” (Prov. 31:26)

 

La ley de Dios y la ley del pecado,…21Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en . 22Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; 23pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. 24¡Miserable de ! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? 25Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.” (Rom. 7:21-25)

 

¿Qué tienen las leyes,…?

 

     ¿La ley tiene estatutos y juicios,…?8Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?” (Deut. 4:8)

 

¿La ley tiene la verdad,…?142Tu justicia es justicia eterna, y tu ley la verdad.” (Sal. 119:142)

 

¿Toda la ley depende de dos mandamientos,…?34Entonces los fariseos, oyendo que había hecho callar a los saduceos, se juntaron a una. 35Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: 36Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? 37Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38Este es el primero y grande mandamiento. 39Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.” (Mat. 22:34-39)

 

¿Qué Leyes mando Dios a cumplir,…?

 

         Los diez mandamientos,… o la ley real

 

1Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: 2Yo soy Jesús tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. 3No tendrás dioses ajenos delante de . 4No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 5No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jesús tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 6y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. 7No tomarás el nombre de Jesús tu Dios en vano;  porque no dará por inocente Jesús al que tomare su nombre en vano. 8Acuérdate del día de sábado para santificarlo. 9Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; 10más el séptimo día es sábado para Jesús tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. 11Porque en seis días hizo Jesús los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jesús bendijo el día de sábado y lo santificó. 12Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jesús tu Dios te da. 13No matarás. 14No cometerás adulterio. 15No hurtarás. 16No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. 17No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.” (Exo. 20:1-17)

 

7No tendrás dioses ajenos delante de . 8No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 9No te inclinarás a ellas ni las servirás; porque yo soy Jesús tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 10y que hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. 11No tomarás el nombre de Jesús tu Dios en vano; porque Jesús no dará por inocente al que tome su nombre en vano. 12Guardarás el día de sábado para santificarlo, como Jesús tu Dios te ha mandado. 13Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; 14mas el séptimo día es sábado a Jesús tu Dios; ninguna obra harás , ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que descanse tu siervo y tu sierva como . 15Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jesús tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jesús tu Dios te ha mandado que guardes el día de sábado. 16Honra a tu padre y a tu madre, como Jesús tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jesús tu Dios te da. 17No matarás. 18No cometerás adulterio. 19No hurtarás. 20No dirás falso testimonio contra tu prójimo. 21No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni desearás la casa de tu prójimo, ni su tierra, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.” (Deut. 5:7-21)

 

8Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis; 9pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores. 10Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. 11Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley. 12Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad. 13Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio.” (Sant. 2:8-13) Obsérvese que aquí el apóstol Santiago se refiere a los diez mandamientos como la ley real,…

 

         Leyes sobre la idolatría

 

7No tendrás dioses ajenos delante de . 8No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 9No te inclinarás a ellas ni las servirás; porque yo soy Jesús tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 10y que hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.” (Exo. 20:7-10)

 

15Maldito el hombre que hiciere escultura o imagen de fundición, abominación a Jesús, obra de mano de artífice, y la pusiere en oculto. Y todo el pueblo responderá y dirá: Amén.” (Deut. 27:15)

 

Consecuencias de ir a servir los ídolos de las naciones

 

16Porque vosotros sabéis cómo habitamos en la tierra de Egipto, y cómo hemos pasado por en medio de las naciones por las cuales habéis pasado; 17y habéis visto sus abominaciones y sus ídolos de madera y piedra, de plata y oro, que tienen consigo. 18No sea que haya entre vosotros varón o mujer, o familia o tribu, cuyo corazón se aparte hoy de Jesús nuestro Dios, para ir a servir a los dioses de esas naciones; no sea que haya en medio de vosotros raíz que produzca hiel y ajenjo, 19y suceda que al oír las palabras de esta maldición, él se bendiga en su corazón, diciendo: Tendré paz, aunque ande en la dureza de mi corazón, a fin de que con la embriaguez quite la sed. 20No querrá Jesús perdonarlo, sino que entonces humeará la ira de Jesús y su celo sobre el tal hombre, y se asentará sobre él toda maldición escrita en este libro, y Jesús borrará su nombre de debajo del cielo; 21y lo apartará Jesús de todas las tribus de Israel para mal, conforme a todas las maldiciones del pacto escrito en este libro de la ley. 22Y dirán las generaciones venideras, vuestros hijos que se levanten después de vosotros, y el extranjero que vendrá de lejanas tierras, cuando vieren las plagas de aquella tierra, y sus enfermedades de que Jesús la habrá hecho enfermar 23(azufre y sal, abrasada toda su tierra; no será sembrada, ni producirá, ni crecerá en ella hierba alguna, como sucedió en la destrucción de Sodoma y de Gomorra, de Adma y de Zeboim, las cuales Jesús destruyó en su furor y en su ira); 24más aún, todas las naciones dirán: ¿Por qué hizo esto Jesús a esta tierra? ¿Qué significa el ardor de esta gran ira? 25Y responderán: Por cuanto dejaron el pacto de Jesús el Dios de sus padres, que él concertó con ellos cuando los sacó de la tierra de Egipto, 26y fueron y sirvieron a dioses ajenos, y se inclinaron a ellos, dioses que no conocían, y que ninguna cosa les habían dado. 27Por tanto, se encendió la ira de Jesús contra esta tierra, para traer sobre ella todas las maldiciones escritas en este libro; 28y Jesús los desarraigó de su tierra con ira, con furor y con grande indignación, y los arrojó a otra tierra, como hoy se ve.” (Deut. 29:16-28)

 

         Leyes sobre el día sábado,…

 

8Acuérdate del día de sábado para santificarlo. 9Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; 10más el séptimo día es sábado para Jesús tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. 11Porque en seis días hizo Jesús los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jesús bendijo el día de sábado y lo santificó” (Éxo 20:8-11)

 

3Entonces Jesús habló a los intérpretes de la ley y a los fariseos, diciendo: ¿Es lícito sanar en el día de sábado? 4Mas ellos callaron. Y él, tomándole, le sanó, y le despidió. 5Y dirigiéndose a ellos, dijo: ¿Quién de vosotros, si su asno o su buey cae en algún pozo, no lo sacará inmediatamente, aunque sea en día de sábado? 6Y no le podían replicar a estas cosas.” (Luc. 14:3-6)

 

23Si recibe el hombre la circuncisión en el día de sábado, para que la ley de Moisés no sea quebrantada, ¿os enojáis conmigo porque en el día de sábado sané completamente a un hombre? 24No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.” (Juan 7:23-24)

 

         Leyes sobre las bestias

 

21Maldito el que se ayuntare con cualquier bestia. Y dirá todo el pueblo: Amén.” (Deut. 27:21)

 

19Cualquiera que cohabitare con bestia, morirá.” (Deut. 15:21)

 

8¿Digo esto sólo como hombre? ¿No dice esto también la ley? 9Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes, 10o lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto. 11Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material?” (1Cor. 9:8-11)

 

Leyes sobre las bestias y las aves y de todo ser viviente que se mueve en las aguas y de los que se arrastran en la tierra,… en cuanto a la comida,…

 

1Habló Jesús a Moisés y a Aarón, diciéndoles: 2Hablad a los hijos de Israel y decidles: Estos son los animales que comeréis de entre todos los animales que hay sobre la tierra. 3De entre los animales, todo el que tiene pezuña hendida y que rumia, éste comeréis. 4Pero de los que rumian o que tienen pezuña, no comeréis éstos: el camello, porque rumia pero no tiene pezuña hendida, lo tendréis por inmundo. 5También el conejo, porque rumia, pero no tiene pezuña, lo tendréis por inmundo. 6Asimismo la liebre, porque rumia, pero no tiene pezuña, la tendréis por inmunda. 7También el cerdo, porque tiene pezuñas, y es de pezuñas hendidas, pero no rumia, lo tendréis por inmundo. 8De la carne de ellos no comeréis, ni tocaréis su cuerpo muerto; los tendréis por inmundos. 9Esto comeréis de todos los animales que viven en las aguas: todos los que tienen aletas y escamas en las aguas del mar, y en los ríos, estos comeréis. 10Pero todos los que no tienen aletas ni escamas en el mar y en los ríos, así de todo lo que se mueve como de toda cosa viviente que está en las aguas, los tendréis en abominación. 11Os serán, pues, abominación; de su carne no comeréis, y abominaréis sus cuerpos muertos. 12Todo lo que no tuviere aletas y escamas en las aguas, lo tendréis en abominación. 13Y de las aves, éstas tendréis en abominación; no se comerán, serán abominación: el águila, el quebrantahuesos, el azor, 14el gallinazo, el milano según su especie; 15todo cuervo según su especie; 16el avestruz, la lechuza, la gaviota, el gavilán según su especie; 17el búho, el somormujo, el ibis, 18el calamón, el pelícano, el buitre, 19la cigüeña, la garza según su especie, la abubilla y el murciélago. 20Todo insecto alado que anduviere sobre cuatro patas, tendréis en abominación. 21Pero esto comeréis de todo insecto alado que anda sobre cuatro patas, que tuviere piernas además de sus patas para saltar con ellas sobre la tierra; 22estos comeréis de ellos: la langosta según su especie, el langostín según su especie, el argol según su especie, y el hagab según su especie. 23Todo insecto alado que tenga cuatro patas, tendréis en abominación. 24Y por estas cosas seréis inmundos; cualquiera que tocare sus cuerpos muertos será inmundo hasta la noche, 25y cualquiera que llevare algo de sus cadáveres lavará sus vestidos, y será inmundo hasta la noche. 26Todo animal de pezuña, pero que no tiene pezuña hendida, ni rumia, tendréis por inmundo; y cualquiera que los tocare será inmundo. 27Y de todos los animales que andan en cuatro patas, tendréis por inmundo a cualquiera que ande sobre sus garras; y todo el que tocare sus cadáveres será inmundo hasta la noche. 28Y el que llevare sus cadáveres, lavará sus vestidos, y será inmundo hasta la noche; los tendréis por inmundos. 29Y tendréis por inmundos a estos animales que se mueven sobre la tierra: la comadreja, el ratón, la rana según su especie, 30el erizo, el cocodrilo, el lagarto, la lagartija y el camaleón. 31Estos tendréis por inmundos de entre los animales que se mueven, y cualquiera que los tocare cuando estuvieren muertos será inmundo hasta la noche. 32Y todo aquello sobre que cayere algo de ellos después de muertos, será inmundo; sea cosa de madera, vestido, piel, saco, sea cualquier instrumento con que se trabaja, será metido en agua, y quedará inmundo hasta la noche; entonces quedará limpio. 33Toda vasija de barro dentro de la cual cayere alguno de ellos será inmunda, así como todo lo que estuviere en ella, y quebraréis la vasija. 34Todo alimento que se come, sobre el cual cayere el agua de tales vasijas, será inmundo; y toda bebida que hubiere en esas vasijas será inmunda. 35Todo aquello sobre que cayere algo del cadáver de ellos será inmundo; el horno u hornillos se derribarán; son inmundos, y por inmundos los tendréis. 36Con todo, la fuente y la cisterna donde se recogen aguas serán limpias; mas lo que hubiere tocado en los cadáveres será inmundo. 37Y si cayere algo de los cadáveres sobre alguna semilla que se haya de sembrar, será limpia. 38Mas si se hubiere puesto agua en la semilla, y cayere algo de los cadáveres sobre ella, la tendréis por inmunda. 39Y si algún animal que tuviereis para comer muriere, el que tocare su cadáver será inmundo hasta la noche. 40Y el que comiere del cuerpo muerto, lavará sus vestidos y será inmundo hasta la noche; asimismo el que sacare el cuerpo muerto, lavará sus vestidos y será inmundo hasta la noche. 41Y todo reptil que se arrastra sobre la tierra es abominación; no se comerá. 42Todo lo que anda sobre el pecho, y todo lo que anda sobre cuatro o más patas, de todo animal que se arrastra sobre la tierra, no lo comeréis, porque es abominación. 43No hagáis abominables vuestras personas con ningún animal que se arrastra, ni os contaminéis con ellos, ni seáis inmundos por ellos. 44Porque yo soy Jesús vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo; así que no contaminéis vuestras personas con ningún animal que se arrastre sobre la tierra. 45Porque yo soy Jesús, que os hago subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios: seréis, pues, santos, porque yo soy santo. 46Esta es la ley acerca de las bestias, y las aves, y todo ser viviente que se mueve en las aguas, y todo animal que se arrastra sobre la tierra, 47para hacer diferencia entre lo inmundo y lo limpio, y entre los animales que se pueden comer y los animales que no se pueden comer.” (Lev. 11:1-47)

 

3Nada abominable comerás. 4Estos son los animales que podréis comer: el buey, la oveja, la cabra, 5el ciervo, la gacela, el corzo, la cabra montés, el íbice, el antílope y el carnero montés. 6Y todo animal de pezuñas, que tiene hendidura de dos uñas, y que rumiare entre los animales, ese podréis comer. 7Pero estos no comeréis, entre los que rumian o entre los que tienen pezuña hendida: camello, liebre y conejo; porque rumian, mas no tienen pezuña hendida, serán inmundos; 8ni cerdo, porque tiene pezuña hendida, mas no rumia; os será inmundo. De la carne de éstos no comeréis, ni tocaréis sus cuerpos muertos. 9De todo lo que está en el agua, de estos podréis comer: todo lo que tiene aleta y escama. 10Mas todo lo que no tiene aleta y escama, no comeréis; inmundo será. 11Toda ave limpia podréis comer. 12Y estas son de las que no podréis comer: el águila, el quebrantahuesos, el azor, 13el gallinazo, el milano según su especie, 14todo cuervo según su especie, 15el avestruz, la lechuza, la gaviota y el gavilán según sus especies, 16el búho, el ibis, el calamón, 17el pelícano, el buitre, el somormujo, 18la cigüeña, la garza según su especie, la abubilla y el murciélago. 19Todo insecto alado será inmundo; no se comerá. 20Toda ave limpia podréis comer. 21Ninguna cosa mortecina comeréis; al extranjero que está en tus poblaciones la darás, y él podrá comerla; o véndela a un extranjero, porque tú eres pueblo santo a Jesús tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.” (Deut. 14:3-21)

 

Leyes cuando alguien muere,…

 

14Esta es la ley para cuando alguno muera en la tienda: cualquiera que entre en la tienda, y todo el que esté en ella, será inmundo siete días. 15Y toda vasija abierta, cuya tapa no esté bien ajustada, será inmunda; 16y cualquiera que tocare algún muerto a espada sobre la faz del campo, o algún cadáver, o hueso humano, o sepulcro, siete días será inmundo. 17Y para el inmundo tomarán de la ceniza de la vaca quemada de la expiación, y echarán sobre ella agua corriente en un recipiente; 18y un hombre limpio tomará hisopo, y lo mojará en el agua, y rociará sobre la tienda, sobre todos los muebles, sobre las personas que allí estuvieren, y sobre aquel que hubiere tocado el hueso, o el asesinado, o el muerto, o el sepulcro. 19Y el limpio rociará sobre el inmundo al tercero y al séptimo día; y cuando lo haya purificado al día séptimo, él lavará luego sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será limpio a la noche. 20Y el que fuere inmundo, y no se purificare, la tal persona será cortada de entre la congregación, por cuanto contaminó el tabernáculo de Jesús; no fue rociada sobre él el agua de la purificación; es inmundo. 21Les será estatuto perpetuo; también el que rociare el agua de la purificación lavará sus vestidos; y el que tocare el agua de la purificación será inmundo hasta la noche. 22Y todo lo que el inmundo tocare, será inmundo; y la persona que lo tocare será inmunda hasta la noche.” (Núm. 19:14-22)

 

5Cuando hermanos habitaren juntos, y muriere alguno de ellos, y no tuviere hijo, la mujer del muerto no se casará fuera con hombre extraño; su cuñado se llegará a ella, y la tomará por su mujer, y hará con ella parentesco. 6Y el primogénito que ella diere a luz sucederá en el nombre de su hermano muerto, para que el nombre de éste no sea borrado de Israel. 7Y si el hombre no quisiere tomar a su cuñada, irá entonces su cuñada a la puerta, a los ancianos, y dirá: Mi cuñado no quiere suscitar nombre en Israel a su hermano; no quiere emparentar conmigo. 8Entonces los ancianos de aquella ciudad lo harán venir, y hablarán con él; y si él se levantare y dijere: No quiero tomarla, 9se acercará entonces su cuñada a él delante de los ancianos, y le quitará el calzado del pie, y le escupirá en el rostro, y hablará y dirá: Así será hecho al varón que no quiere edificar la casa de su hermano. 10Y se le dará este nombre en Israel: La casa del descalzado.” (Deut. 25:5-10)

 

         Leyes sobre el casamiento y el matrimonio y la virginidad,…

 

1Cuando Jesús tu Dios te haya introducido en la tierra en la cual entrarás para tomarla, y haya echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, al gergeseo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, siete naciones mayores y más poderosas que , 2y Jesús tu Dios las haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruirás del todo; no harás con ellas alianza, ni tendrás de ellas misericordia. 3Y no emparentarás con ellas; no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo. 4Porque desviará a tu hijo de en pos de , y servirán a dioses ajenos; y el furor de Jesús se encenderá sobre vosotros, y te destruirá pronto. 5Mas así habéis de hacer con ellos: sus altares destruiréis, y quebraréis sus estatuas, y destruiréis sus imágenes de Asera, y quemaréis sus esculturas en el fuego.” (Deut. 7:1-5)

 

10Cuando salieres a la guerra contra tus enemigos, y Jesús tu Dios los entregare en tu mano, y tomares de ellos cautivos, 11y vieres entre los cautivos a alguna mujer hermosa, y la codiciares, y la tomares para ti por mujer, 12la meterás en tu casa; y ella rapará su cabeza, y cortará sus uñas, 13y se quitará el vestido de su cautiverio, y se quedará en tu casa; y llorará a su padre y a su madre un mes entero; y después podrás llegarte a ella, y tú serás su marido, y ella será tu mujer. 14Y si no te agradare, la dejarás en libertad; no la venderás por dinero, ni la tratarás como esclava, por cuanto la humillaste.” (Deut. 21:10-14)

 

15Si un hombre tuviere dos mujeres, la una amada y la otra aborrecida, y la amada y la aborrecida le hubieren dado hijos, y el hijo primogénito fuere de la aborrecida; 16en el día que hiciere heredar a sus hijos lo que tuviere, no podrá dar el derecho de primogenitura al hijo de la amada con preferencia al hijo de la aborrecida, que es el primogénito; 17mas al hijo de la aborrecida reconocerá como primogénito, para darle el doble de lo que correspondiere a cada uno de los demás; porque él es el principio de su vigor, y suyo es el derecho de la primogenitura.” (Deut. 21:15-17)

 

13Cuando alguno tomare mujer, y después de haberse llegado a ella la aborreciere, 14y le atribuyere faltas que den que hablar, y dijere: A esta mujer tomé, y me llegué a ella, y no la hallé virgen; 15entonces el padre de la joven y su madre tomarán y sacarán las señales de la virginidad de la doncella a los ancianos de la ciudad, en la puerta; 16y dirá el padre de la joven a los ancianos: Yo di mi hija a este hombre por mujer, y él la aborrece; 17y he aquí, él le atribuye faltas que dan que hablar, diciendo: No he hallado virgen a tu hija; pero ved aquí las señales de la virginidad de mi hija. Y extenderán la vestidura delante de los ancianos de la ciudad. 18Entonces los ancianos de la ciudad tomarán al hombre y lo castigarán; 19y le multarán en cien piezas de plata, las cuales darán al padre de la joven, por cuanto esparció mala fama sobre una virgen de Israel; y la tendrá por mujer, y no podrá despedirla en todos sus días. 20Mas si resultare ser verdad que no se halló virginidad en la joven, 21entonces la sacarán a la puerta de la casa de su padre, y la apedrearán los hombres de su ciudad, y morirá, por cuanto hizo vileza en Israel fornicando en casa de su padre; así quitarás el mal de en medio de ti.” (Deut. 22:13-21)

 

22Si fuere sorprendido alguno acostado con una mujer casada con marido, ambos morirán, el hombre que se acostó con la mujer, y la mujer también; así quitarás el mal de Israel.” (Deut. 22:22)

 

23Si hubiere una muchacha virgen desposada con alguno, y alguno la hallare en la ciudad, y se acostare con ella; 24entonces los sacaréis a ambos a la puerta de la ciudad, y los apedrearéis, y morirán; la joven porque no dio voces en la ciudad, y el hombre porque humilló a la mujer de su prójimo; así quitarás el mal de en medio de ti. 25Mas si un hombre hallare en el campo a la joven desposada, y la forzare aquel hombre, acostándose con ella, morirá solamente el hombre que se acostó con ella; 26mas a la joven no le harás nada; no hay en ella culpa de muerte; pues como cuando alguno se levanta contra su prójimo y le quita la vida, así es en este caso. 27Porque él la halló en el campo; dio voces la joven desposada, y no hubo quien la librase.” (Deut. 22:23-24)

 

28Cuando algún hombre hallare a una joven virgen que no fuere desposada, y la tomare y se acostare con ella, y fueren descubiertos; 29entonces el hombre que se acostó con ella dará al padre de la joven cincuenta piezas de plata, y ella será su mujer, por cuanto la humilló; no la podrá despedir en todos sus días.” (Deut. 22:28-29)

 

30Ninguno tomará la mujer de su padre, ni profanará el lecho de su padre.” (Deut. 22:30)

 

1Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá de su casa. 2Y salida de su casa, podrá ir y casarse con otro hombre. 3Pero si la aborreciere este último, y le escribiere carta de divorcio, y se la entregare en su mano, y la despidiere de su casa; o si hubiere muerto el postrer hombre que la tomó por mujer, 4no podrá su primer marido, que la despidió, volverla a tomar para que sea su mujer, después que fue envilecida; porque es abominación delante de Jesús, y no has de pervertir la tierra que Jesús tu Dios te da por heredad.” (Deut. 24:1-4)

 

5Cuando alguno fuere recién casado, no saldrá a la guerra, ni en ninguna cosa se le ocupará; libre estará en su casa por un año, para alegrar a la mujer que tomó.” (Deut. 24:5)

 

Leyes sobre los celos,…

 

11También Jesús habló a Moisés, diciendo: 12Habla a los hijos de Israel y diles: Si la mujer de alguno se descarriare, y le fuere infiel, 13y alguno cohabitare con ella, y su marido no lo hubiese visto por haberse ella amancillado ocultamente, ni hubiere testigo contra ella, ni ella hubiere sido sorprendida en el acto; 14si viniere sobre él espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer, habiéndose ella amancillado; o viniere sobre él espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer, no habiéndose ella amancillado; 15entonces el marido traerá su mujer al sacerdote, y con ella traerá su ofrenda, la décima parte de un efa de harina de cebada; no echará sobre ella aceite, ni pondrá sobre ella incienso, porque es ofrenda de celos, ofrenda recordativa, que trae a la memoria el pecado. 16Y el sacerdote hará que ella se acerque y se ponga delante de Jesús. 17Luego tomará el sacerdote del agua santa en un vaso de barro; tomará también el sacerdote del polvo que hubiere en el suelo del tabernáculo, y lo echará en el agua. 18Y hará el sacerdote estar en pie a la mujer delante de Jesús, y descubrirá la cabeza de la mujer, y pondrá sobre sus manos la ofrenda recordativa, que es la ofrenda de celos; y el sacerdote tendrá en la mano las aguas amargas que acarrean maldición. 19Y el sacerdote la conjurará y le dirá: Si ninguno ha dormido contigo, y si no te has apartado de tu marido a inmundicia, libre seas de estas aguas amargas que traen maldición; 20mas si te has descarriado de tu marido y te has amancillado, y ha cohabitado contigo alguno fuera de tu marido 21(el sacerdote conjurará a la mujer con juramento de maldición, y dirá a la mujer): Jesús te haga maldición y execración en medio de tu pueblo, haciendo Jesús que tu muslo caiga y que tu vientre se hinche; 22y estas aguas que dan maldición entren en tus entrañas, y hagan hinchar tu vientre y caer tu muslo. Y la mujer dirá: Amén, amén. 23El sacerdote escribirá estas maldiciones en un libro, y las borrará con las aguas amargas; 24y dará a beber a la mujer las aguas amargas que traen maldición; y las aguas que obran maldición entrarán en ella para amargar. 25Después el sacerdote tomará de la mano de la mujer la ofrenda de los celos, y la mecerá delante de Jesús, y la ofrecerá delante del altar. 26Y tomará el sacerdote un puñado de la ofrenda en memoria de ella, y lo quemará sobre el altar, y después dará a beber las aguas a la mujer. 27Le dará, pues, a beber las aguas; y si fuere inmunda y hubiere sido infiel a su marido, las aguas que obran maldición entrarán en ella para amargar, y su vientre se hinchará y caerá su muslo; y la mujer será maldición en medio de su pueblo. 28Mas si la mujer no fuere inmunda, sino que estuviere limpia, ella será libre, y será fecunda. 29Esta es la ley de los celos, cuando la mujer cometiere infidelidad contra su marido, y se amancillare; 30o del marido sobre el cual pasare espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer; la presentará entonces delante de Jesús, y el sacerdote ejecutará en ella toda esta ley. 31El hombre será libre de iniquidad, y la mujer llevará su pecado.” (Núm. 5:11-31)

 

Leyes sobre las rameras y sodomitas

 

17No haya ramera de entre las hijas de Israel, ni haya sodomita de entre los hijos de Israel. 18No traerás la paga de una ramera ni el precio de un perro a la casa de Jesús tu Dios por ningún voto; porque abominación es a Jesús tu Dios tanto lo uno como lo otro.” (Deut. 23:17-18)

 

1y Jesús se fue al monte de los Olivos. 2Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba. 3Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, 4le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. 5Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? 6Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. 7Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. 8E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. 9Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. 10Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? 11Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.” (Juan 8:1-11)

 

         Ley sobre el comportamiento en la congregación,…

 

34vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. 35Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación. 36¿Acaso ha salido de vosotros la palabra de Dios, o sólo a vosotros ha llegado?” (1Cor. 14:34-36)

 

         Leyes sobre los hijos y sus padres,…

 

Leyes sobre los hijos que son contumaces y rebeldes,… 18Si alguno tuviere un hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere a la voz de su padre ni a la voz de su madre, y habiéndole castigado, no les obedeciere; 19entonces lo tomarán su padre y su madre, y lo sacarán ante los ancianos de su ciudad, y a la puerta del lugar donde viva; 20y dirán a los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece a nuestra voz; es glotón y borracho. 21Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán, y morirá; así quitarás el mal de en medio de ti, y todo Israel oirá, y temerá.” (Deut. 21:18-21)

 

                        16Los padres no morirán por los hijos, ni los hijos por los padres; cada uno morirá por su pecado.” (Deut. 24:16)

 

16Maldito el que deshonrare a su padre o a su madre. Y dirá todo el pueblo: Amén.” (Deut. 27:16)

 

20Maldito el que se acostare con la mujer de su padre, por cuanto descubrió el regazo de su padre. Y dirá todo el pueblo: Amén.” (Deut. 27:20)

 

22Maldito el que se acostare con su hermana, hija de su padre, o hija de su madre. Y dirá todo el pueblo: Amén.” (Deut. 27.22)

 

23Maldito el que se acostare con su suegra. Y dirá todo el pueblo: Amén.” (Deut. 27:23)

 

         Leyes sobre ciegos y sordos

 

“14No maldecirás al sordo, y delante del ciego no pondrás tropiezo, sino que tendrás temor de tu Dios. Yo Jesús.” (Lev. 19:14)

 

14No maldecirás al sordo, y delante del ciego no pondrás tropiezo, sino que tendrás temor de tu Dios. Yo Jesús.” (Deut. 27:14)

 

Leyes sobre el flujo,…

 

1Habló Jesús a Moisés y a Aarón, diciendo: 2Hablad a los hijos de Israel y decidles: Cualquier varón, cuando tuviere flujo de semen, será inmundo. 3Y esta será su inmundicia en su flujo: sea que su cuerpo destiló a causa de su flujo, o que deje de destilar a causa de su flujo, él será inmundo. 4Toda cama en que se acostare el que tuviere flujo, será inmunda; y toda cosa sobre que se sentare, inmunda será. 5Y cualquiera que tocare su cama lavará sus vestidos; se lavará también a sí mismo con agua, y será inmundo hasta la noche. 6Y el que se sentare sobre aquello en que se hubiere sentado el que tiene flujo, lavará sus vestidos, se lavará también a sí mismo con agua, y será inmundo hasta la noche. 7Asimismo el que tocare el cuerpo del que tiene flujo, lavará sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la noche. 8Y si el que tiene flujo escupiere sobre el limpio, éste lavará sus vestidos, y después de haberse lavado con agua, será inmundo hasta la noche. 9Y toda montura sobre que cabalgare el que tuviere flujo será inmunda. 10Cualquiera que tocare cualquiera cosa que haya estado debajo de él, será inmundo hasta la noche; y el que la llevare, lavará sus vestidos, y después de lavarse con agua, será inmundo hasta la noche. 11Y todo aquel a quien tocare el que tiene flujo, y no lavare con agua sus manos, lavará sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la noche. 12La vasija de barro que tocare el que tiene flujo será quebrada, y toda vasija de madera será lavada con agua. 13Cuando se hubiere limpiado de su flujo el que tiene flujo, contará siete días desde su purificación, y lavará sus vestidos, y lavará su cuerpo en aguas corrientes, y será limpio. 14Y el octavo día tomará dos tórtolas o dos palominos, y vendrá delante de Jesús a la puerta del tabernáculo de reunión, y los dará al sacerdote; 15y el sacerdote hará del uno ofrenda por el pecado, y del otro holocausto; y el sacerdote le purificará de su flujo delante de Jesús. 16Cuando el hombre tuviere emisión de semen, lavará en agua todo su cuerpo, y será inmundo hasta la noche. 17Y toda vestidura, o toda piel sobre la cual cayere la emisión del semen, se lavará con agua, y será inmunda hasta la noche. 18Y cuando un hombre yaciere con una mujer y tuviere emisión de semen, ambos se lavarán con agua, y serán inmundos hasta la noche. 19Cuando la mujer tuviere flujo de sangre, y su flujo fuere en su cuerpo, siete días estará apartada; y cualquiera que la tocare será inmundo hasta la noche. 20Todo aquello sobre que ella se acostare mientras estuviere separada, será inmundo; también todo aquello sobre que se sentare será inmundo. 21Y cualquiera que tocare su cama, lavará sus vestidos, y después de lavarse con agua, será inmundo hasta la noche. 22También cualquiera que tocare cualquier mueble sobre que ella se hubiere sentado, lavará sus vestidos; se lavará luego a sí mismo con agua, y será inmundo hasta la noche. 23Y lo que estuviere sobre la cama, o sobre la silla en que ella se hubiere sentado, el que lo tocare será inmundo hasta la noche. 24Si alguno durmiere con ella, y su menstruo fuere sobre él, será inmundo por siete días; y toda cama sobre que durmiere, será inmunda. 25Y la mujer, cuando siguiere el flujo de su sangre por muchos días fuera del tiempo de su costumbre, o cuando tuviere flujo de sangre más de su costumbre, todo el tiempo de su flujo será inmunda como en los días de su costumbre. 26Toda cama en que durmiere todo el tiempo de su flujo, le será como la cama de su costumbre; y todo mueble sobre que se sentare, será inmundo, como la impureza de su costumbre. 27Cualquiera que tocare esas cosas será inmundo; y lavará sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la noche. 28Y cuando fuere libre de su flujo, contará siete días, y después será limpia. 29Y el octavo día tomará consigo dos tórtolas o dos palominos, y los traerá al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de reunión; 30y el sacerdote hará del uno ofrenda por el pecado, y del otro holocausto; y la purificará el sacerdote delante de Jesús del flujo de su impureza. 31Así apartaréis de sus impurezas a los hijos de Israel, a fin de que no mueran por sus impurezas por haber contaminado mi tabernáculo que está entre ellos. 32Esta es la ley para el que tiene flujo, y para el que tiene emisión de semen, viniendo a ser inmundo a causa de ello; 33y para la que padece su costumbre, y para el que tuviere flujo, sea varón o mujer, y para el hombre que durmiere con mujer inmunda.” (Lev. 15:1-33)

 

Leyes sobre la plaga de la lepra, la tiña, el empeine y la calvicie,…

 

1Habló Jesús a Moisés y a Aarón, diciendo: 2Cuando el hombre tuviere en la piel de su cuerpo hinchazón, o erupción, o mancha blanca, y hubiere en la piel de su cuerpo como llaga de lepra, será traído a Aarón el sacerdote o a uno de sus hijos los sacerdotes. 3Y el sacerdote mirará la llaga en la piel del cuerpo; si el pelo en la llaga se ha vuelto blanco, y pareciere la llaga más profunda que la piel de la carne, llaga de lepra es; y el sacerdote le reconocerá, y le declarará inmundo. 4Y si en la piel de su cuerpo hubiere mancha blanca, pero que no pareciere más profunda que la piel, ni el pelo se hubiere vuelto blanco, entonces el sacerdote encerrará al llagado por siete días. 5Y al séptimo día el sacerdote lo mirará; y si la llaga conserva el mismo aspecto, no habiéndose extendido en la piel, entonces el sacerdote le volverá a encerrar por otros siete días. 6Y al séptimo día el sacerdote le reconocerá de nuevo; y si parece haberse oscurecido la llaga, y que no ha cundido en la piel, entonces el sacerdote lo declarará limpio: era erupción; y lavará sus vestidos, y será limpio. 7Pero si se extendiere la erupción en la piel después que él se mostró al sacerdote para ser limpio, deberá mostrarse otra vez al sacerdote. 8Y si reconociéndolo el sacerdote ve que la erupción se ha extendido en la piel, lo declarará inmundo: es lepra. 9Cuando hubiere llaga de lepra en el hombre, será traído al sacerdote. 10Y éste lo mirará, y si apareciere tumor blanco en la piel, el cual haya mudado el color del pelo, y se descubre asimismo la carne viva, 11es lepra crónica en la piel de su cuerpo; y le declarará inmundo el sacerdote, y no le encerrará, porque es inmundo. 12Mas si brotare la lepra cundiendo por la piel, de modo que cubriere toda la piel del llagado desde la cabeza hasta sus pies, hasta donde pueda ver el sacerdote, 13entonces éste le reconocerá; y si la lepra hubiere cubierto todo su cuerpo, declarará limpio al llagado; toda ella se ha vuelto blanca, y él es limpio. 14Mas el día que apareciere en él la carne viva, será inmundo. 15Y el sacerdote mirará la carne viva, y lo declarará inmundo. Es inmunda la carne viva; es lepra. 16Mas cuando la carne viva cambiare y se volviere blanca, entonces vendrá al sacerdote, 17y el sacerdote mirará; y si la llaga se hubiere vuelto blanca, el sacerdote declarará limpio al que tenía la llaga, y será limpio. 18Y cuando en la piel de la carne hubiere divieso, y se sanare, 19y en el lugar del divieso hubiere una hinchazón, o una mancha blanca rojiza, será mostrado al sacerdote. 20Y el sacerdote mirará; y si pareciere estar más profunda que la piel, y su pelo se hubiere vuelto blanco, el sacerdote lo declarará inmundo; es llaga de lepra que se originó en el divieso. 21Y si el sacerdote la considerare, y no apareciere en ella pelo blanco, ni fuere más profunda que la piel, sino oscura, entonces el sacerdote le encerrará por siete días; 22y si se fuere extendiendo por la piel, entonces el sacerdote lo declarará inmundo; es llaga. 23Pero si la mancha blanca se estuviere en su lugar, y no se hubiere extendido, es la cicatriz del divieso, y el sacerdote lo declarará limpio. 24Asimismo cuando hubiere en la piel del cuerpo quemadura de fuego, y hubiere en lo sanado del fuego mancha blanquecina, rojiza o blanca, 25el sacerdote la mirará; y si el pelo se hubiere vuelto blanco en la mancha, y ésta pareciere ser más profunda que la piel, es lepra que salió en la quemadura; y el sacerdote lo declarará inmundo, por ser llaga de lepra. 26Mas si el sacerdote la mirare, y no apareciere en la mancha pelo blanco, ni fuere más profunda que la piel, sino que estuviere oscura, le encerrará el sacerdote por siete días. 27Y al séptimo día el sacerdote la reconocerá; y si se hubiere ido extendiendo por la piel, el sacerdote lo declarará inmundo; es llaga de lepra. 28Pero si la mancha se estuviere en su lugar, y no se hubiere extendido en la piel, sino que estuviere oscura, es la cicatriz de la quemadura; el sacerdote lo declarará limpio, porque señal de la quemadura es. 29Y al hombre o mujer que le saliere llaga en la cabeza, o en la barba, 30el sacerdote mirará la llaga; y si pareciere ser más profunda que la piel, y el pelo de ella fuere amarillento y delgado, entonces el sacerdote le declarará inmundo; es tiña, es lepra de la cabeza o de la barba. 31Mas cuando el sacerdote hubiere mirado la llaga de la tiña, y no pareciere ser más profunda que la piel, ni hubiere en ella pelo negro, el sacerdote encerrará por siete días al llagado de la tiña; 32y al séptimo día el sacerdote mirará la llaga; y si la tiña no pareciere haberse extendido, ni hubiere en ella pelo amarillento, ni pareciere la tiña más profunda que la piel, 33entonces le hará que se rasure, pero no rasurará el lugar afectado; y el sacerdote encerrará por otros siete días al que tiene la tiña. 34Y al séptimo día mirará el sacerdote la tiña; y si la tiña no hubiere cundido en la piel, ni pareciere ser más profunda que la piel, el sacerdote lo declarará limpio; y lavará sus vestidos y será limpio. 35Pero si la tiña se hubiere ido extendiendo en la piel después de su purificación, 36entonces el sacerdote la mirará; y si la tiña hubiere cundido en la piel, no busque el sacerdote el pelo amarillento; es inmundo. 37Mas si le pareciere que la tiña está detenida, y que ha salido en ella el pelo negro, la tiña está sanada; él está limpio, y limpio lo declarará el sacerdote. 38Asimismo cuando el hombre o la mujer tuviere en la piel de su cuerpo manchas, manchas blancas, 39el sacerdote mirará, y si en la piel de su cuerpo aparecieren manchas blancas algo oscurecidas, es empeine que brotó en la piel; está limpia la persona. 40Y el hombre, cuando se le cayere el cabello, es calvo, pero limpio. 41Y si hacia su frente se le cayere el cabello, es calvo por delante, pero limpio. 42Mas cuando en la calva o en la antecalva hubiere llaga blanca rojiza, lepra es que brota en su calva o en su antecalva. 43Entonces el sacerdote lo mirará, y si pareciere la hinchazón de la llaga blanca rojiza en su calva o en su antecalva, como el parecer de la lepra de la piel del cuerpo, 44leproso es, es inmundo, y el sacerdote lo declarará luego inmundo; en su cabeza tiene la llaga. 45Y el leproso en quien hubiere llaga llevará vestidos rasgados y su cabeza descubierta, y embozado pregonará: ¡Inmundo! ¡Inmundo! 46Todo el tiempo que la llaga estuviere en él, será inmundo; estará impuro, y habitará solo; fuera del campamento será su morada. 47Cuando en un vestido hubiere plaga de lepra, ya sea vestido de lana, o de lino, 48o en urdimbre o en trama de lino o de lana, o en cuero, o en cualquiera obra de cuero; 49y la plaga fuere verdosa, o rojiza, en vestido o en cuero, en urdimbre o en trama, o en cualquiera obra de cuero; plaga es de lepra, y se ha de mostrar al sacerdote. 50Y el sacerdote mirará la plaga, y encerrará la cosa plagada por siete días. 51Y al séptimo día mirará la plaga; y si se hubiere extendido la plaga en el vestido, en la urdimbre o en la trama, en el cuero, o en cualquiera obra que se hace de cuero, lepra maligna es la plaga; inmunda será. 52Será quemado el vestido, la urdimbre o trama de lana o de lino, o cualquiera obra de cuero en que hubiere tal plaga, porque lepra maligna es; al fuego será quemada. 53Y si el sacerdote mirare, y no pareciere que la plaga se haya extendido en el vestido, en la urdimbre o en la trama, o en cualquiera obra de cuero, 54entonces el sacerdote mandará que laven donde está la plaga, y lo encerrará otra vez por siete días. 55Y el sacerdote mirará después que la plaga fuere lavada; y si pareciere que la plaga no ha cambiado de aspecto, aunque no se haya extendido la plaga, inmunda es; la quemarás al fuego; es corrosión penetrante, esté lo raído en el derecho o en el revés de aquella cosa. 56Mas si el sacerdote la viere, y pareciere que la plaga se ha oscurecido después que fue lavada, la cortará del vestido, del cuero, de la urdimbre o de la trama. 57Y si apareciere de nuevo en el vestido, la urdimbre o trama, o en cualquiera cosa de cuero, extendiéndose en ellos, quemarás al fuego aquello en que estuviere la plaga. 58Pero el vestido, la urdimbre o la trama, o cualquiera cosa de cuero que lavares, y que se le quitare la plaga, se lavará segunda vez, y entonces será limpia. 59Esta es la ley para la plaga de la lepra del vestido de lana o de lino, o de urdimbre o de trama, o de cualquiera cosa de cuero, para que sea declarada limpia o inmunda.” (Lev. 13:1-59)

 

1Y habló Jesús a Moisés, diciendo: 2Esta será la ley para el leproso cuando se limpiare: Será traído al sacerdote, 3y éste saldrá fuera del campamento y lo examinará; y si ve que está sana la plaga de la lepra del leproso, 4el sacerdote mandará luego que se tomen para el que se purifica dos avecillas vivas, limpias, y madera de cedro, grana e hisopo. 5Y mandará el sacerdote matar una avecilla en un vaso de barro sobre aguas corrientes. 6Después tomará la avecilla viva, el cedro, la grana y el hisopo, y los mojará con la avecilla viva en la sangre de la avecilla muerta sobre las aguas corrientes; 7y rociará siete veces sobre el que se purifica de la lepra, y le declarará limpio; y soltará la avecilla viva en el campo. 8Y el que se purifica lavará sus vestidos, y raerá todo su pelo, y se lavará con agua, y será limpio; y después entrará en el campamento, y morará fuera de su tienda siete días. 9Y el séptimo día raerá todo el pelo de su cabeza, su barba y las cejas de sus ojos y todo su pelo, y lavará sus vestidos, y lavará su cuerpo en agua, y será limpio. 10El día octavo tomará dos corderos sin defecto, y una cordera de un año sin tacha, y tres décimas de efa de flor de harina para ofrenda amasada con aceite, y un log de aceite. 11Y el sacerdote que le purifica presentará delante de Jesús al que se ha de limpiar, con aquellas cosas, a la puerta del tabernáculo de reunión; 12y tomará el sacerdote un cordero y lo ofrecerá por la culpa, con el log de aceite, y lo mecerá como ofrenda mecida delante de Jesús. 13Y degollará el cordero en el lugar donde se degüella el sacrificio por el pecado y el holocausto, en el lugar del santuario; porque como la víctima por el pecado, así también la víctima por la culpa es del sacerdote; es cosa muy sagrada. 14Y el sacerdote tomará de la sangre de la víctima por la culpa, y la pondrá el sacerdote sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho. 15Asimismo el sacerdote tomará del log de aceite, y lo echará sobre la palma de su mano izquierda, 16y mojará su dedo derecho en el aceite que tiene en su mano izquierda, y esparcirá del aceite con su dedo siete veces delante de Jesús. 17Y de lo que quedare del aceite que tiene en su mano, pondrá el sacerdote sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho, encima de la sangre del sacrificio por la culpa. 18Y lo que quedare del aceite que tiene en su mano, lo pondrá sobre la cabeza del que se purifica; y hará el sacerdote expiación por él delante de Jesús. 19Ofrecerá luego el sacerdote el sacrificio por el pecado, y hará expiación por el que se ha de purificar de su inmundicia; y después degollará el holocausto, 20y hará subir el sacerdote el holocausto y la ofrenda sobre el altar. Así hará el sacerdote expiación por él, y será limpio. 21Mas si fuere pobre, y no tuviere para tanto, entonces tomará un cordero para ser ofrecido como ofrenda mecida por la culpa, para reconciliarse, y una décima de efa de flor de harina amasada con aceite para ofrenda, y un log de aceite, 22y dos tórtolas o dos palominos, según pueda; uno será para expiación por el pecado, y el otro para holocausto. 23Al octavo día de su purificación traerá estas cosas al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de reunión, delante de Jesús. 24Y el sacerdote tomará el cordero de la expiación por la culpa, y el log de aceite, y los mecerá el sacerdote como ofrenda mecida delante de Jesús. 25Luego degollará el cordero de la culpa, y el sacerdote tomará de la sangre de la culpa, y la pondrá sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho. 26Y el sacerdote echará del aceite sobre la palma de su mano izquierda; 27y con su dedo derecho el sacerdote rociará del aceite que tiene en su mano izquierda, siete veces delante de Jesús. 28También el sacerdote pondrá del aceite que tiene en su mano sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho, en el lugar de la sangre de la culpa. 29Y lo que sobre del aceite que el sacerdote tiene en su mano, lo pondrá sobre la cabeza del que se purifica, para reconciliarlo delante de Jesús. 30Asimismo ofrecerá una de las tórtolas o uno de los palominos, según pueda. 31Uno en sacrificio de expiación por el pecado, y el otro en holocausto, además de la ofrenda; y hará el sacerdote expiación por el que se ha de purificar, delante de Jesús. 32Esta es la ley para el que hubiere tenido plaga de lepra, y no tuviere más para su purificación. 33Habló también Jesús a Moisés y a Aarón, diciendo: 34Cuando hayáis entrado en la tierra de Canaán, la cual yo os doy en posesión, si pusiere yo plaga de lepra en alguna casa de la tierra de vuestra posesión, 35vendrá aquel de quien fuere la casa y dará aviso al sacerdote, diciendo: Algo como plaga ha aparecido en mi casa. 36Entonces el sacerdote mandará desocupar la casa antes que entre a mirar la plaga, para que no sea contaminado todo lo que estuviere en la casa; y después el sacerdote entrará a examinarla. 37Y examinará la plaga; y si se vieren manchas en las paredes de la casa, manchas verdosas o rojizas, las cuales parecieren más profundas que la superficie de la pared, 38el sacerdote saldrá de la casa a la puerta de ella, y cerrará la casa por siete días. 39Y al séptimo día volverá el sacerdote, y la examinará; y si la plaga se hubiere extendido en las paredes de la casa, 40entonces mandará el sacerdote, y arrancarán las piedras en que estuviere la plaga, y las echarán fuera de la ciudad en lugar inmundo. 41Y hará raspar la casa por dentro alrededor, y derramarán fuera de la ciudad, en lugar inmundo, el barro que rasparen. 42Y tomarán otras piedras y las pondrán en lugar de las piedras quitadas; y tomarán otro barro y recubrirán la casa. 43Y si la plaga volviere a brotar en aquella casa, después que hizo arrancar las piedras y raspar la casa, y después que fue recubierta, 44entonces el sacerdote entrará y la examinará; y si pareciere haberse extendido la plaga en la casa, es lepra maligna en la casa; inmunda es. 45Derribará, por tanto, la tal casa, sus piedras, sus maderos y toda la mezcla de la casa; y sacarán todo fuera de la ciudad a lugar inmundo. 46Y cualquiera que entrare en aquella casa durante los días en que la mandó cerrar, será inmundo hasta la noche. 47Y el que durmiere en aquella casa, lavará sus vestidos; también el que comiere en la casa lavará sus vestidos. 48Mas si entrare el sacerdote y la examinare, y viere que la plaga no se ha extendido en la casa después que fue recubierta, el sacerdote declarará limpia la casa, porque la plaga ha desaparecido. 49Entonces tomará para limpiar la casa dos avecillas, y madera de cedro, grana e hisopo; 50y degollará una avecilla en una vasija de barro sobre aguas corrientes. 51Y tomará el cedro, el hisopo, la grana y la avecilla viva, y los mojará en la sangre de la avecilla muerta y en las aguas corrientes, y rociará la casa siete veces. 52Y purificará la casa con la sangre de la avecilla, con las aguas corrientes, con la avecilla viva, la madera de cedro, el hisopo y la grana. 53Luego soltará la avecilla viva fuera de la ciudad sobre la faz del campo. Así hará expiación por la casa, y será limpia. 54Esta es la ley acerca de toda plaga de lepra y de tiña, 55y de la lepra del vestido, y de la casa, 56y acerca de la hinchazón, y de la erupción, y de la mancha blanca, 57para enseñar cuándo es inmundo, y cuándo limpio. Esta es la ley tocante a la lepra.” (Lev. 14:1-56)

 

Leyes sobre los nazareos y los que nacen,…

 

13Esta es, pues, la ley del nazareo el día que se cumpliere el tiempo de su nazareato: Vendrá a la puerta del tabernáculo de reunión, 14y ofrecerá su ofrenda a Jesús, un cordero de un año sin tacha en holocausto, y una cordera de un año sin defecto en expiación, y un carnero sin defecto por ofrenda de paz. 15Además un canastillo de tortas sin levadura, de flor de harina amasada con aceite, y hojaldres sin levadura untada con aceite, y su ofrenda y sus libaciones. 16Y el sacerdote lo ofrecerá delante de Jesús, y hará su expiación y su holocausto; 17y ofrecerá el carnero en ofrenda de paz a Jesús, con el canastillo de los panes sin levadura; ofrecerá asimismo el sacerdote su ofrenda y sus libaciones. 18Entonces el nazareo raerá a la puerta del tabernáculo de reunión su cabeza consagrada, y tomará los cabellos de su cabeza consagrada y los pondrá sobre el fuego que está debajo de la ofrenda de paz. 19Después tomará el sacerdote la espaldilla cocida del carnero, una torta sin levadura del canastillo, y una hojaldre sin levadura, y las pondrá sobre las manos del nazareo, después que fuere raída su cabeza consagrada; 20y el sacerdote mecerá aquello como ofrenda mecida delante de Jesús, lo cual será cosa santa del sacerdote, además del pecho mecido y de la espaldilla separada; después el nazareo podrá beber vino. 21Esta es la ley del nazareo que hiciere voto de su ofrenda a Jesús por su nazareato, además de lo que sus recursos le permitieren; según el voto que hiciere, así hará, conforme a la ley de su nazareato.” (Núm. 6:13-21)

 

23(como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abriere la matriz será llamado santo al Señor), 24y para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Señor: Un par de tórtolas, o dos palominos.” (Luc. 2:23-24)

 

Leyes sobre la restitución,…

 

16Si alguno engañare a una doncella que no fuere desposada, y durmiere con ella, deberá dotarla y tomarla por mujer. 17Si su padre no quisiere dársela, él le pesará plata conforme a la dote de las vírgenes. 18A la hechicera no dejarás que viva. 19Cualquiera que cohabitare con bestia, morirá. 20El que ofreciere sacrificio a dioses excepto solamente a Jesús, será muerto. 21Y al extranjero no engañarás ni angustiarás, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto. 22A ninguna viuda ni huérfano afligiréis. 23Porque si llegas a afligirles, y ellos clamaren a , ciertamente oiré yo su clamor; 24y mi furor se encenderá, y os mataré a espada, y vuestras mujeres serán viudas, y huérfanos vuestros hijos. 25Cuando prestares dinero a uno de mi pueblo, al pobre que está contigo, no te portarás con él como logrero, ni le impondrás usura. 26Si tomares en prenda el vestido de tu prójimo, a la puesta del sol se lo devolverás. 27Porque sólo eso es su cubierta, es su vestido para cubrir su cuerpo. ¿En qué dormirá? Y cuando él clamare a , yo le oiré, porque soy misericordioso. 28No injuriarás a los jueces, ni maldecirás al príncipe de tu pueblo. 29No demorarás la primicia de tu cosecha ni de tu lagar. Me darás el primogénito de tus hijos.30Lo mismo harás con el de tu buey y de tu oveja; siete días estará con su madre, y al octavo día me lo darás. 31Y me seréis varones santos. No comeréis carne destrozada por las fieras en el campo; a los perros la echaréis.” (Exo. 22:16-31) “7Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jesús tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu hermano pobre, 8sino abrirás a él tu mano liberalmente, y en efecto le prestarás lo que necesite. 9Guárdate de tener en tu corazón pensamiento perverso, diciendo: Cerca está el año séptimo, el de la remisión, y mires con malos ojos a tu hermano menesteroso para no darle; porque él podrá clamar contra ti a Jesús, y se te contará por pecado. 10Sin falta le darás, y no serás de mezquino corazón cuando le des; porque por ello te bendecirá Jesús tu Dios en todos tus hechos, y en todo lo que emprendas. 11Porque no faltarán menesterosos en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra.” (Deut. 15:7-11)

 

19No exigirás de tu hermano interés de dinero, ni interés de comestibles, ni de cosa alguna de que se suele exigir interés. 20Del extraño podrás exigir interés, mas de tu hermano no lo exigirás, para que te bendiga Jesús tu Dios en toda obra de tus manos en la tierra adónde vas para tomar posesión de ella.” (Deut. 23:19-20)

 

10Cuando entregares a tu prójimo alguna cosa prestada, no entrarás en su casa para tomarle prenda. 11Te quedarás fuera, y el hombre a quien prestaste te sacará la prenda. 12Y si el hombre fuere pobre, no te acostarás reteniendo aún su prenda. 13Sin falta le devolverás la prenda cuando el sol se ponga, para que pueda dormir en su ropa, y te bendiga; y te será justicia delante de Jesús tu Dios.” (Deut. 24:10-13)

 

17No torcerás el derecho del extranjero ni del huérfano, ni tomarás en prenda la ropa de la viuda, 18sino que te acordarás que fuiste siervo en Egipto, y que de allí te rescató Jesús tu Dios; por tanto, yo te mando que hagas esto.” (Deut. 24:17-18)

 

1No admitirás falso rumor. No te concertarás con el impío para ser testigo falso. 2No seguirás a los muchos para hacer mal, ni responderás en litigio inclinándote a los más para hacer agravios; 3ni al pobre distinguirás en su causa. 4Si encontrares el buey de tu enemigo o su asno extraviado, vuelve a llevárselo. 5Si vieres el asno del que te aborrece caído debajo de su carga, ¿le dejarás sin ayuda? Antes bien le ayudarás a levantarlo. 6No pervertirás el derecho de tu mendigo en su pleito. 7De palabra de mentira te alejarás, y no matarás al inocente y justo; porque yo no justificaré al impío. 8No recibirás presente; porque el presente ciega a los que ven, y pervierte las palabras de los justos. 9Y no angustiarás al extranjero; porque vosotros sabéis cómo es el alma del extranjero, ya que extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. 10Seis años sembrarás tu tierra, y recogerás su cosecha; 11mas el séptimo año la dejarás libre, para que coman los pobres de tu pueblo; y de lo que quedare comerán las bestias del campo; así harás con tu viña y con tu olivar. 12Seis días trabajarás, y al séptimo día reposarás, para que descanse tu buey y tu asno, y tome refrigerio el hijo de tu sierva, y el extranjero. 13Y todo lo que os he dicho, guardadlo. Y nombre de otros dioses no mentaréis, ni se oirá de vuestra boca.” (Exo. 23:1-13)

 

17Maldito el que redujere el límite de su prójimo. Y dirá todo el pueblo: Amén.” (Deut. 27:17)

 

19Maldito el que pervirtiere el derecho del extranjero, del huérfano y de la viuda. Y dirá todo el pueblo: Amén.” (Deut. 27:19)

 

25Maldito el que recibiere soborno para quitar la vida al inocente. Y dirá todo el pueblo: Amén.” (Deut. 27:26)

 

         Ley sobre los esclavos,…

 

1Estas son las leyes que les propondrás. 2Si comprares siervo hebreo, seis años servirá; mas al séptimo saldrá libre, de balde. 3Si entró solo, solo saldrá; si tenía mujer, saldrá él y su mujer con él. 4Si su amo le hubiere dado mujer, y ella le diere hijos o hijas, la mujer y sus hijos serán de su amo, y él saldrá solo. 5Y si el siervo dijere: Yo amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos, no saldré libre; 6entonces su amo lo llevará ante los jueces, y le hará estar junto a la puerta o al poste; y su amo le horadará la oreja con lesna, y será su siervo para siempre.” (Exo. 21:1-6)

 

15No entregarás a su señor el siervo que se huyere a ti de su amo. 16Morará contigo, en medio de ti, en el lugar que escogiere en alguna de tus ciudades, donde a bien tuviere; no le oprimirás.” (Deut. 23:15-16)

 

                   Leyes sobre responsabilidades de amos y dueños,…

 

26Si alguno hiriere el ojo de su siervo, o el ojo de su sierva, y lo dañare, le dará libertad por razón de su ojo. 27Y si hiciere saltar un diente de su siervo, o un diente de su sierva, por su diente le dejará ir libre. 28Si un buey acorneare a hombre o a mujer, y a causa de ello muriere, el buey será apedreado, y no será comida su carne; mas el dueño del buey será absuelto. 29Pero si el buey fuere acorneador desde tiempo atrás, y a su dueño se le hubiere notificado, y no lo hubiere guardado, y matare a hombre o mujer, el buey será apedreado, y también morirá su dueño. 30Si le fuere impuesto precio de rescate, entonces dará por el rescate de su persona cuanto le fuere impuesto. 31Haya acorneado a hijo, o haya acorneado a hija, conforme a este juicio se hará con él. 32Si el buey acorneare a un siervo o a una sierva, pagará su dueño treinta siclos de plata, y el buey será apedreado. 33Y si alguno abriere un pozo, o cavare cisterna, y no la cubriere, y cayere allí buey o asno, 34el dueño de la cisterna pagará el daño, resarciendo a su dueño, y lo que fue muerto será suyo. 35Y si el buey de alguno hiriere al buey de su prójimo de modo que muriere, entonces venderán el buey vivo y partirán el dinero de él, y también partirán el buey muerto. 36Mas si era notorio que el buey era acorneador desde tiempo atrás, y su dueño no lo hubiere guardado, pagará buey por buey, y el buey muerto será suyo.” (Exo. 21:26-36)

 

12Si se vendiere a ti tu hermano hebreo o hebrea, y te hubiere servido seis años, al séptimo le despedirás libre. 13Y cuando lo despidieres libre, no le enviarás con las manos vacías. 14Le abastecerás liberalmente de tus ovejas, de tu era y de tu lagar; le darás de aquello en que Jesús te hubiere bendecido. 15Y te acordarás de que fuiste siervo en la tierra de Egipto, y que Jesús tu Dios te rescató; por tanto yo te mando esto hoy. 16Si él te dijere: No te dejaré; porque te ama a ti y a tu casa, y porque le va bien contigo; 17entonces tomarás una lesna, y horadarás su oreja contra la puerta, y será tu siervo para siempre; así también harás a tu criada. 18No te parezca duro cuando le enviares libre, pues por la mitad del costo de un jornalero te sirvió seis años; y Jesús tu Dios te bendecirá en todo cuanto hicieres.” (Deut. 15:12-18)

 

         Leyes sobre el trabajo

 

24Cuando entres en la viña de tu prójimo, podrás comer uvas hasta saciarte; mas no pondrás en tu cesto. 25Cuando entres en la mies de tu prójimo, podrás arrancar espigas con tu mano; mas no aplicarás hoz a la mies de tu prójimo.” (Deut. 23:24-25)

 

6No tomarás en prenda la muela del molino, ni la de abajo ni la de arriba; porque sería tomar en prenda la vida del hombre.” (Deut. 24:6)

 

14No oprimirás al jornalero pobre y menesteroso, ya sea de tus hermanos o de los extranjeros que habitan en tu tierra dentro de tus ciudades. 15En su día le darás su jornal, y no se pondrá el sol sin dárselo; pues es pobre, y con él sustenta su vida; para que no clame contra ti a Jesús, y sea en ti pecado” (Deut. 24:14-15)

 

19Cuando siegues tu mies en tu campo, y olvides alguna gavilla en el campo, no volverás para recogerla; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda; para que te bendiga Jesús tu Dios en toda obra de tus manos. 20Cuando sacudas tus olivos, no recorrerás las ramas que hayas dejado tras de ti; serán para el extranjero, para el huérfano y para la viuda. 21Cuando vendimies tu viña, no rebuscarás tras de ti; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda. 22Y acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto; por tanto, yo te mando que hagas esto.” (Deut. 24:19-22)

 

4No pondrás bozal al buey cuando trillare.” (Deut. 25:4)

 

13No tendrás en tu bolsa pesa grande y pesa chica, 14ni tendrás en tu casa efa grande y efa pequeño. 15Pesa exacta y justa tendrás; efa cabal y justo tendrás, para que tus días sean prolongados sobre la tierra que Jesús tu Dios te da. 16Porque abominación es a Jesús tu Dios cualquiera que hace esto, y cualquiera que hace injusticia.” (Deut. 25:13-16)

 

         Leyes sobre los ladrones

 

7Cuando fuere hallado alguno que hubiere hurtado a uno de sus hermanos los hijos de Israel, y le hubiere esclavizado, o le hubiere vendido, morirá el tal ladrón, y quitarás el mal de en medio de ti.” (Deut. 24:7)

 

         Leyes sobre los botines,…

 

21Y el sacerdote Eleazar dijo a los hombres de guerra que venían de la guerra: Esta es la ordenanza de la ley que Jesús ha mandado a Moisés: 22Ciertamente el oro y la plata, el bronce, hierro, estaño y plomo, 23todo lo que resiste el fuego, por fuego lo haréis pasar, y será limpio, bien que en las aguas de purificación habrá de purificarse; y haréis pasar por agua todo lo que no resiste el fuego. 24Además lavaréis vuestros vestidos el séptimo día, y así seréis limpios; y después entraréis en el campamento.” (Núm. 31:21-24)

 

         Leyes sobre los sentenciados a muerte,…

        

22Si alguno hubiere cometido algún crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo colgareis en un madero, 23no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Jesús tu Dios te da por heredad.” (Deut. 21:22-23)

 

         Leyes sobre los pleitos,…

 

1Si hubiere pleito entre algunos, y acudieren al tribunal para que los jueces los juzguen, éstos absolverán al justo, y condenarán al culpable. 2Y si el delincuente mereciere ser azotado, entonces el juez le hará echar en tierra, y le hará azotar en su presencia; según su delito será el número de azotes. 3Se podrá dar cuarenta azotes, no más; no sea que, si lo hirieren con muchos azotes más que éstos, se sienta tu hermano envilecido delante de tus ojos.” (Deut. 25:1-3)

 

11Si algunos riñeren uno con otro, y se acercare la mujer de uno para librar a su marido de mano del que le hiere, y alargando su mano asiere de sus partes vergonzosas, 12le cortarás entonces la mano; no la perdonarás.” (Deut. 25:11-12)

 

         Leyes sobre la guerra,…

 

1Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, si vieres caballos y carros, y un pueblo más grande que , no tengas temor de ellos, porque Jesús tu Dios está contigo, el cual te sacó de tierra de Egipto. 2Y cuando os acerquéis para combatir, se pondrá en pie el sacerdote y hablará al pueblo, 3y les dirá: Oye, Israel, vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos; no desmaye vuestro corazón, no temáis, ni os azoréis, ni tampoco os desalentéis delante de ellos; 4porque Jesús vuestro Dios va con vosotros, para pelear por vosotros contra vuestros enemigos, para salvaros. 5Y los oficiales hablarán al pueblo, diciendo: ¿Quién ha edificado casa nueva, y no la ha estrenado? Vaya, y vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla, y algún otro la estrene. 6¿Y quién ha plantado viña, y no ha disfrutado de ella? Vaya, y vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla, y algún otro la disfrute. 7¿Y quién se ha desposado con mujer, y no la ha tomado? Vaya, y vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla, y algún otro la tome. 8Y volverán los oficiales a hablar al pueblo, y dirán: ¿Quién es hombre medroso y pusilánime? Vaya, y vuélvase a su casa, y no apoque el corazón de sus hermanos, como el corazón suyo. 9Y cuando los oficiales acaben de hablar al pueblo, entonces los capitanes del ejército tomarán el mando a la cabeza del pueblo. 10Cuando te acerques a una ciudad para combatirla, le intimarás la paz. 11Y si respondiere: Paz, y te abriere, todo el pueblo que en ella fuere hallado te será tributario, y te servirá. 12Mas si no hiciere paz contigo, y emprendiere guerra contigo, entonces la sitiarás. 13Luego que Jesús tu Dios la entregue en tu mano, herirás a todo varón suyo a filo de espada. 14Solamente las mujeres y los niños, y los animales, y todo lo que haya en la ciudad, todo su botín tomarás para ti; y comerás del botín de tus enemigos, los cuales Jesús tu Dios te entregó. 15Así harás a todas las ciudades que estén muy lejos de ti, que no sean de las ciudades de estas naciones. 16Pero de las ciudades de estos pueblos que Jesús tu Dios te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida, 17sino que los destruirás completamente: al heteo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, como Jesús tu Dios te ha mandado; 18para que no os enseñen a hacer según todas sus abominaciones que ellos han hecho para sus dioses, y pequéis contra Jesús vuestro Dios. 19Cuando sities a alguna ciudad, peleando contra ella muchos días para tomarla, no destruirás sus árboles metiendo hacha en ellos, porque de ellos podrás comer; y no los talarás, porque el árbol del campo no es hombre para venir contra ti en el sitio. 20Mas el árbol que sepas que no lleva fruto, podrás destruirlo y talarlo, para construir baluarte contra la ciudad que te hace la guerra, hasta sojuzgarla.” (Deut. 20:1-20)

 

9Cuando salieres a campaña contra tus enemigos, te guardarás de toda cosa mala. 10Si hubiere en medio de ti alguno que no fuere limpio, por razón de alguna impureza acontecida de noche, saldrá fuera del campamento, y no entrará en él. 11Pero al caer la noche se lavará con agua, y cuando se hubiere puesto el sol, podrá entrar en el campamento. 12Tendrás un lugar fuera del campamento adonde salgas; 13tendrás también entre tus armas una estaca; y cuando estuvieres allí fuera, cavarás con ella, y luego al volverte cubrirás tu excremento; 14porque Jesús tu Dios anda en medio de tu campamento, para librarte y para entregar a tus enemigos delante de ti; por tanto, tu campamento ha de ser santo, para que él no vea en ti cosa inmunda, y se vuelva de en pos de ti.” (Deut. 23:9-14)

 

5Cuando alguno fuere recién casado, no saldrá a la guerra, ni en ninguna cosa se le ocupará; libre estará en su casa por un año, para alegrar a la mujer que tomó.” (Deut. 24:5)

 

         Ley sobre actos de violencia,…

 

12El que hiriere a alguno, haciéndole así morir, él morirá. 13Más el que no pretendía herirlo, sino que Dios lo puso en sus manos, entonces yo te señalaré lugar al cual ha de huir. 14Pero si alguno se ensoberbeciere contra su prójimo y lo matare con alevosía, de mi altar lo quitarás para que muera. 15El que hiriere a su padre o a su madre, morirá. 16Asimismo el que robare una persona y la vendiere, o si fuere hallada en sus manos, morirá. 17Igualmente el que maldijere a su padre o a su madre, morirá. 18Además, si algunos riñeren, y uno hiriere a su prójimo con piedra o con el puño, y éste no muriere, pero cayere en cama; 19si se levantare y anduviere fuera sobre su báculo, entonces será absuelto el que lo hirió; solamente le satisfará por lo que estuvo sin trabajar, y hará que le curen. 20Y si alguno hiriere a su siervo o a su sierva con palo, y muriere bajo su mano, será castigado; 21más si sobreviviere por un día o dos, no será castigado, porque es de su propiedad. 22Si algunos riñeren, e hirieren a mujer embarazada, y ésta abortare, pero sin haber muerte, serán penados conforme a lo que les impusiere el marido de la mujer y juzgaren los jueces. 23Mas si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida, 24ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, 25quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe.” (Exo. 21:12-25)

 

15No se tomará en cuenta a un solo testigo contra ninguno en cualquier delito ni en cualquier pecado, en relación con cualquiera ofensa cometida. Sólo por el testimonio de dos o tres testigos se mantendrá la acusación. 16Cuando se levantare testigo falso contra alguno, para testificar contra él, 17entonces los dos litigantes se presentarán delante de Jesús, y delante de los sacerdotes y de los jueces que hubiere en aquellos días. 18Y los jueces inquirirán bien; y si aquel testigo resultare falso, y hubiere acusado falsamente a su hermano, 19entonces haréis a él como él pensó hacer a su hermano; y quitarás el mal de en medio de ti. 20Y los que quedaren oirán y temerán, y no volverán a hacer más una maldad semejante en medio de ti. 21Y no le compadecerás; vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.” (Deut. 19:15-21)

 

9Habló Jesús a Moisés, diciendo: 10Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis pasado al otro lado del Jordán a la tierra de Canaán, 11os señalaréis ciudades, ciudades de refugio tendréis, donde huya el homicida que hiriere a alguno de muerte sin intención. 12Y os serán aquellas ciudades para refugiarse del vengador, y no morirá el homicida hasta que entre en juicio delante de la congregación. 13De las ciudades, pues, que daréis, tendréis seis ciudades de refugio. 14Tres ciudades daréis a este lado del Jordán, y tres ciudades daréis en la tierra de Canaán, las cuales serán ciudades de refugio. 15Estas seis ciudades serán de refugio para los hijos de Israel, y para el extranjero y el que more entre ellos, para que huya allá cualquiera que hiriere de muerte a otro sin intención. 16Si con instrumento de hierro lo hiriere y muriere, homicida es; el homicida morirá. 17Y si con piedra en la mano, que pueda dar muerte, lo hiriere y muriere, homicida es; el homicida morirá. 18Y si con instrumento de palo en la mano, que pueda dar muerte, lo hiriere y muriere, homicida es; el homicida morirá. 19El vengador de la sangre, él dará muerte al homicida; cuando lo encontrare, él lo matará. 20Y si por odio lo empujó, o echó sobre él alguna cosa por asechanzas, y muere; 21o por enemistad lo hirió con su mano, y murió, el heridor morirá; es homicida; el vengador de la sangre matará al homicida cuando lo encontrare. 22Mas si casualmente lo empujó sin enemistades, o echó sobre él cualquier instrumento sin asechanzas, 23o bien, sin verlo hizo caer sobre él alguna piedra que pudo matarlo, y muriere, y él no era su enemigo, ni procuraba su mal; 24entonces la congregación juzgará entre el que causó la muerte y el vengador de la sangre conforme a estas leyes; 25y la congregación librará al homicida de mano del vengador de la sangre, y la congregación lo hará volver a su ciudad de refugio, en la cual se había refugiado; y morará en ella hasta que muera el sumo sacerdote, el cual fue ungido con el aceite santo. 26Mas si el homicida saliere fuera de los límites de su ciudad de refugio, en la cual se refugió, 27y el vengador de la sangre le hallare fuera del límite de la ciudad de su refugio, y el vengador de la sangre matare al homicida, no se le culpará por ello; 28pues en su ciudad de refugio deberá aquél habitar hasta que muera el sumo sacerdote; y después que haya muerto el sumo sacerdote, el homicida volverá a la tierra de su posesión. 29Estas cosas os serán por ordenanza de derecho por vuestras edades, en todas vuestras habitaciones. 30Cualquiera que diere muerte a alguno, por dicho de testigos morirá el homicida; mas un solo testigo no hará fe contra una persona para que muera. 31Y no tomaréis precio por la vida del homicida, porque está condenado a muerte; indefectiblemente morirá. 32Ni tampoco tomaréis precio del que huyó a su ciudad de refugio, para que vuelva a vivir en su tierra, hasta que muera el sumo sacerdote. 33Y no contaminaréis la tierra donde estuviereis; porque esta sangre amancillará la tierra, y la tierra no será expiada de la sangre que fue derramada en ella, sino por la sangre del que la derramó. 34No contaminéis, pues, la tierra donde habitáis, en medio de la cual yo habito; porque yo Jesús habito en medio de los hijos de Israel.” (Núm. 35:9-34) Obsérvese que esta ley pertenece a las ordenanzas de Dios,…

 

24Maldito el que hiriere a su prójimo ocultamente. Y dirá todo el pueblo: Amén.” (Deut. 27:24)

 

         Leyes sobre los excluidos de la congregación,…

 

1No entrará en la congregación de Jesús el que tenga magullados los testículos, o amputado su miembro viril. 2No entrará bastardo en la congregación de Jesús; ni hasta la décima generación no entrarán en la congregación de Jesús. 3No entrará amonita ni moabita en la congregación de Jesús, ni hasta la décima generación de ellos; no entrarán en la congregación de Jesús para siempre, 4por cuanto no os salieron a recibir con pan y agua al camino, cuando salisteis de Egipto, y porque alquilaron contra ti a Balaam hijo de Beor, de Petor en Mesopotamia, para maldecirte. 5Mas no quiso Jesús tu Dios oír a Balaam; y Jesús tu Dios te convirtió la maldición en bendición, porque Jesús tu Dios te amaba. 6No procurarás la paz de ellos ni su bien en todos los días para siempre.” (Deut. 23:1-6)

 

         Ley de la pascua,…

 

3Y Jesús dijo a Moisés y a Aarón: Esta es la ordenanza de la pascua; ningún extraño comerá de ella. 44Mas todo siervo humano comprado por dinero comerá de ella, después que lo hubieres circuncidado. 45El extranjero y el jornalero no comerán de ella. 46Se comerá en una casa, y no llevarás de aquella carne fuera de ella, ni quebraréis hueso suyo. 47Toda la congregación de Israel lo hará. 48Mas si algún extranjero morare contigo, y quisiere celebrar la pascua para Jesús, séale circuncidado todo varón, y entonces la celebrará, y será como uno de vuestra nación; pero ningún incircunciso comerá de ella. 49La misma ley será para el natural, y para el extranjero que habitare entre vosotros.” (Exo. 12:3-49)

 

¿Ha esta ley de la pascua se le conocía como rito,…?1Jesús habló a Moisés, diciendo: 2Conságrame todo primogénito. Cualquiera que abre matriz entre los hijos de Israel, así de los hombres como de los animales, mío es. 3Y Moisés dijo al pueblo: Tened memoria de este día, en el cual habéis salido de Egipto, de la casa de servidumbre, pues Jesús os ha sacado de aquí con mano fuerte; por tanto, no comeréis leudado. 4Vosotros salís hoy en el mes de Abib. 5Y cuando Jesús te hubiere metido en la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del heveo y del jebuseo, la cual juró a tus padres que te daría, tierra que destila leche y miel, harás esta celebración en este mes. 6Siete días comerás pan sin leudar, y el séptimo día será fiesta para Jesús. 7Por los siete días se comerán los panes sin levadura, y no se verá contigo nada leudado, ni levadura, en todo tu territorio. 8Y lo contarás en aquel día a tu hijo, diciendo: Se hace esto con motivo de lo que Jesús hizo conmigo cuando me sacó de Egipto. 9Y te será como una señal sobre tu mano, y como un memorial delante de tus ojos, para que la ley de Jesús esté en tu boca; por cuanto con mano fuerte te sacó Jesús de Egipto. 10Por tanto, tú guardarás este rito en su tiempo de año en año.” (Exo. 13:1-10)

 

¿La ley de la pascua tenia ritos,…? 1Habló Jesús a Moisés en el desierto de Sinaí, en el segundo año de su salida de la tierra de Egipto, en el mes primero, diciendo: 2Los hijos de Israel celebrarán la pascua a su tiempo. 3El decimocuarto día de este mes, entre las dos tardes, la celebraréis a su tiempo; conforme a todos sus ritos y conforme a todas sus leyes la celebraréis.” (Núm. 9:1-3)

 

         Leyes sobre las primicias

 

1Cuando hayas entrado en la tierra que Jesús tu Dios te da por herencia, y tomes posesión de ella y la habites, 2entonces tomarás de las primicias de todos los frutos que sacares de la tierra que Jesús tu Dios te da, y las pondrás en una canasta, e irás al lugar que Jesús tu Dios escogiere para hacer habitar allí su nombre. 3Y te presentarás al sacerdote que hubiere en aquellos días, y le dirás: Declaro hoy a Jesús tu Dios, que he entrado en la tierra que juró Jesús a nuestros padres que nos daría. 4Y el sacerdote tomará la canasta de tu mano, y la pondrá delante del altar de Jesús tu Dios. 5Entonces hablarás y dirás delante de Jesús tu Dios: Un arameo a punto de perecer fue mi padre, el cual descendió a Egipto y habitó allí con pocos hombres, y allí creció y llegó a ser una nación grande, fuerte y numerosa; 6y los egipcios nos maltrataron y nos afligieron, y pusieron sobre nosotros dura servidumbre. 7Y clamamos a Jesús el Dios de nuestros padres; y Jesús oyó nuestra voz, y vio nuestra aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión; 8y Jesús nos sacó de Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, con grande espanto, y con señales y con milagros; 9y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra, tierra que fluye leche y miel. 10Y ahora, he aquí he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Jesús. Y lo dejarás delante de Jesús tu Dios, y adorarás delante de Jesús tu Dios. 11Y te alegrarás en todo el bien que Jesús tu Dios te haya dado a ti y a tu casa, así tú como el levita y el extranjero que está en medio de ti.” (Deut. 26:1-11)

 

         Leyes sobre los Diezmos,…

 

22Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año. 23Y comerás delante de Jesús tu Dios en el lugar que él escogiere para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados, para que aprendas a temer a Jesús tu Dios todos los días. 24Y si el camino fuere tan largo que no puedas llevarlo, por estar lejos de ti el lugar que Jesús tu Dios hubiere escogido para poner en él su nombre, cuando Jesús tu Dios te bendijere, 25entonces lo venderás y guardarás el dinero en tu mano, y vendrás al lugar que Jesús tu Dios escogiere; 26y darás el dinero por todo lo que deseas, por vacas, por ovejas, por vino, por sidra, o por cualquier cosa que tú deseares; y comerás allí delante de Jesús tu Dios, y te alegrarás y tu familia. 27Y no desampararás al levita que habitare en tus poblaciones; porque no tiene parte ni heredad contigo. 28Al fin de cada tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo guardarás en tus ciudades. 29Y vendrá el levita, que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero, el huérfano y la viuda que hubiere en tus poblaciones, y comerán y serán saciados; para que Jesús tu Dios te bendiga en toda obra que tus manos hicieren.” (Deut. 14:22-29)

 

12Cuando acabes de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda; y comerán en tus aldeas, y se saciarán. 13Y dirás delante de Jesús tu Dios: He sacado lo consagrado de mi casa, y también lo he dado al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, conforme a todo lo que me has mandado; no he transgredido tus mandamientos, ni me he olvidado de ellos. 14No he comido de ello en mi luto, ni he gastado de ello estando yo inmundo, ni de ello he ofrecido a los muertos; he obedecido a la voz de Jesús mi Dios, he hecho conforme a todo lo que me has mandado. 15Mira desde tu morada santa, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel, y a la tierra que nos has dado, como juraste a nuestros padres, tierra que fluye leche y miel.” (Deut. 26:12-15)

 

                   Consecuencias de no obedecer la ley del diezmo,…

 

6Porque yo Jesús no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. 7Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a , y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jesús de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos? 8¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. 9Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. 10Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jesús de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. 11Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jesús de los ejércitos. 12Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jesús de los ejércitos.” (Mal. 3:6-12)

 

Leyes sobre los holocaustos,…

 

8Habló aún Jesús a Moisés, diciendo: 9Manda a Aarón y a sus hijos, y diles: Esta es la ley del holocausto: el holocausto estará sobre el fuego encendido sobre el altar toda la noche, hasta la mañana; el fuego del altar arderá en él. 10Y el sacerdote se pondrá su vestidura de lino, y vestirá calzoncillos de lino sobre su cuerpo; y cuando el fuego hubiere consumido el holocausto, apartará él las cenizas de sobre el altar, y las pondrá junto al altar. 11Después se quitará sus vestiduras y se pondrá otras ropas, y sacará las cenizas fuera del campamento a un lugar limpio. 12Y el fuego encendido sobre el altar no se apagará, sino que el sacerdote pondrá en él leña cada mañana, y acomodará el holocausto sobre él, y quemará sobre él las grosuras de los sacrificios de paz. 13El fuego arderá continuamente en el altar; no se apagará.” (Lev. 6:8-13)

 

Leyes de la ofrendas,…

 

14Esta es la ley de la ofrenda: La ofrecerán los hijos de Aarón delante de Jesús ante el altar. 15Y tomará de ella un puñado de la flor de harina de la ofrenda, y de su aceite, y todo el incienso que está sobre la ofrenda, y lo hará arder sobre el altar por memorial en olor grato a Jesús. 16Y el sobrante de ella lo comerán Aarón y sus hijos; sin levadura se comerá en lugar santo; en el atrio del tabernáculo de reunión lo comerán. 17No se cocerá con levadura; la he dado a ellos por su porción de mis ofrendas encendidas; es cosa santísima, como el sacrificio por el pecado, y como el sacrificio por la culpa. 18Todos los varones de los hijos de Aarón comerán de ella. Estatuto perpetuo será para vuestras generaciones tocante a las ofrendas encendidas para Jesús; toda cosa que tocare en ellas será santificada. 19Habló también Jesús a Moisés, diciendo: 20Esta es la ofrenda de Aarón y de sus hijos, que ofrecerán a Jesús el día que fueren ungidos: la décima parte de un efa de flor de harina, ofrenda perpetua, la mitad a la mañana y la mitad a la tarde. 21En sartén se preparará con aceite; frita la traerás, y los pedazos cocidos de la ofrenda ofrecerás en olor grato a Jesús. 22Y el sacerdote que en lugar de Aarón fuere ungido de entre sus hijos, hará igual ofrenda. Es estatuto perpetuo de Jesús; toda ella será quemada. 23Toda ofrenda de sacerdote será enteramente quemada; no se comerá.” (Lev. 6:14-23) Obsérvese que la ley de los holocaustos es un estatuto

 

Leyes de los sacrificios expiatorios,…

 

24Y habló Jesús a Moisés, diciendo: 25Habla a Aarón y a sus hijos, y diles: Esta es la ley del sacrificio expiatorio: en el lugar donde se degüella el holocausto, será degollada la ofrenda por el pecado delante de Jesús; es cosa santísima. 26El sacerdote que la ofreciere por el pecado, la comerá; en lugar santo será comida, en el atrio del tabernáculo de reunión. 27Todo lo que tocare su carne, será santificado; y si salpicare su sangre sobre el vestido, lavarás aquello sobre que cayere, en lugar santo. 28Y la vasija de barro en que fuere cocida, será quebrada; y si fuere cocida en vasija de bronce, será fregada y lavada con agua. 29Todo varón de entre los sacerdotes la comerá; es cosa santísima. 30Mas no se comerá ninguna ofrenda de cuya sangre se metiere en el tabernáculo de reunión para hacer expiación en el santuario; al fuego será quemada.” (Lev. 6:24-30)

 

1Jesús habló a Moisés y a Aarón, diciendo: 2Esta es la ordenanza de la ley que Jesús ha prescrito, diciendo: Di a los hijos de Israel que te traigan una vaca alazana, perfecta, en la cual no haya falta, sobre la cual no se haya puesto yugo; 3y la daréis a Eleazar el sacerdote, y él la sacará fuera del campamento, y la hará degollar en su presencia. 4Y Eleazar el sacerdote tomará de la sangre con su dedo, y rociará hacia la parte delantera del tabernáculo de reunión con la sangre de ella siete veces; 5y hará quemar la vaca ante sus ojos; su cuero y su carne y su sangre, con su estiércol, hará quemar. 6Luego tomará el sacerdote madera de cedro, e hisopo, y escarlata, y lo echará en medio del fuego en que arde la vaca. 7El sacerdote lavará luego sus vestidos, lavará también su cuerpo con agua, y después entrará en el campamento; y será inmundo el sacerdote hasta la noche. 8Asimismo el que la quemó lavará sus vestidos en agua, también lavará en agua su cuerpo, y será inmundo hasta la noche. 9Y un hombre limpio recogerá las cenizas de la vaca y las pondrá fuera del campamento en lugar limpio, y las guardará la congregación de los hijos de Israel para el agua de purificación; es una expiación. 10Y el que recogió las cenizas de la vaca lavará sus vestidos, y será inmundo hasta la noche; y será estatuto perpetuo para los hijos de Israel, y para el extranjero que mora entre ellos. 11El que tocare cadáver de cualquier persona será inmundo siete días. 12Al tercer día se purificará con aquella agua, y al séptimo día será limpio; y si al tercer día no se purificare, no será limpio al séptimo día. 13Todo aquel que tocare cadáver de cualquier persona, y no se purificare, el tabernáculo de Jesús contaminó, y aquella persona será cortada de Israel; por cuanto el agua de la purificación no fue rociada sobre él, inmundo será, y su inmundicia será sobre él.” (Núm. 19:1-13)

 

Leyes de los sacrificios por la culpa,…

 

1Asimismo esta es la ley del sacrificio por la culpa; es cosa muy santa. 2En el lugar donde degüellan el holocausto, degollarán la víctima por la culpa; y rociará su sangre alrededor sobre el altar. 3Y de ella ofrecerá toda su grosura, la cola, y la grosura que cubre los intestinos, 4los dos riñones, la grosura que está sobre ellos, y la que está sobre los ijares; y con los riñones quitará la grosura de sobre el hígado. 5Y el sacerdote lo hará arder sobre el altar, ofrenda encendida a Jesús; es expiación de la culpa. 6Todo varón de entre los sacerdotes la comerá; será comida en lugar santo; es cosa muy santa. 7Como el sacrificio por el pecado, así es el sacrificio por la culpa; una misma ley tendrán; será del sacerdote que hiciere la expiación con ella. 8Y el sacerdote que ofreciere holocausto de alguno, la piel del holocausto que ofreciere será para él. 9Asimismo toda ofrenda que se cociere en horno, y todo lo que fuere preparado en sartén o en cazuela, será del sacerdote que lo ofreciere. 10Y toda ofrenda amasada con aceite, o seca, será de todos los hijos de Aarón, tanto de uno como de otro.” (Lev. 7:1-10)

 

Leyes de sacrificios de paz y de votos,…

 

11Y esta es la ley del sacrificio de paz que se ofrecerá a Jesús: 12Si se ofreciere en acción de gracias, ofrecerá por sacrificio de acción de gracias tortas sin levadura amasadas con aceite, y hojaldres sin levadura untadas con aceite, y flor de harina frita en tortas amasadas con aceite. 13Con tortas de pan leudo presentará su ofrenda en el sacrificio de acciones de gracias de paz. 14Y de toda la ofrenda presentará una parte por ofrenda elevada a Jesús, y será del sacerdote que rociare la sangre de los sacrificios de paz. 15Y la carne del sacrificio de paz en acción de gracias se comerá en el día que fuere ofrecida; no dejarán de ella nada para otro día. 16Mas si el sacrificio de su ofrenda fuere voto, o voluntario, será comido en el día que ofreciere su sacrificio, y lo que de él quedare, lo comerán al día siguiente; 17y lo que quedare de la carne del sacrificio hasta el tercer día, será quemado en el fuego. 18Si se comiere de la carne del sacrificio de paz al tercer día, el que lo ofreciere no será acepto, ni le será contado; abominación será, y la persona que de él comiere llevará su pecado. 19Y la carne que tocare alguna cosa inmunda, no se comerá; al fuego será quemada. Toda persona limpia podrá comer la carne; 20pero la persona que comiere la carne del sacrificio de paz, el cual es de Jesús, estando inmunda, aquella persona será cortada de entre su pueblo. 21Además, la persona que tocare alguna cosa inmunda, inmundicia de hombre, o animal inmundo, o cualquier abominación inmunda, y comiere la carne del sacrificio de paz, el cual es de Jesús, aquella persona será cortada de entre su pueblo. 22Habló más Jesús a Moisés, diciendo: 23Habla a los hijos de Israel, diciendo: Ninguna grosura de buey ni de cordero ni de cabra comeréis. 24La grosura de animal muerto, y la grosura del que fue despedazado por fieras, se dispondrá para cualquier otro uso, mas no la comeréis. 25Porque cualquiera que comiere grosura de animal, del cual se ofrece a Jesús ofrenda encendida, la persona que lo comiere será cortada de entre su pueblo. 26Además, ninguna sangre comeréis en ningún lugar en donde habitéis, ni de aves ni de bestias. 27Cualquiera persona que comiere de alguna sangre, la tal persona será cortada de entre su pueblo. 28Habló más Jesús a Moisés, diciendo: 29Habla a los hijos de Israel y diles: El que ofreciere sacrificio de paz a Jesús, traerá su ofrenda del sacrificio de paz ante Jesús. 30Sus manos traerán las ofrendas que se han de quemar ante Jesús; traerá la grosura con el pecho; el pecho para que sea mecido como sacrificio mecido delante de Jesús. 31Y la grosura la hará arder el sacerdote en el altar, mas el pecho será de Aarón y de sus hijos. 32Y daréis al sacerdote para ser elevada en ofrenda, la espaldilla derecha de vuestros sacrificios de paz. 33El que de los hijos de Aarón ofreciere la sangre de los sacrificios de paz, y la grosura, recibirá la espaldilla derecha como porción suya. 34Porque he tomado de los sacrificios de paz de los hijos de Israel el pecho que se mece y la espaldilla elevada en ofrenda, y lo he dado a Aarón el sacerdote y a sus hijos, como estatuto perpetuo para los hijos de Israel. 35Esta es la porción de Aarón y la porción de sus hijos, de las ofrendas encendidas a Jesús, desde el día que él los consagró para ser sacerdotes de Jesús, 36la cual mandó Jesús que les diesen, desde el día que él los ungió de entre los hijos de Israel, como estatuto perpetuo en sus generaciones.” (Lev. 7:11-36) Obsérvese que la ley de sacrificios de paz y votos es un estatuto

 

21Cuando haces voto a Jesús tu Dios, no tardes en pagarlo; porque ciertamente lo demandará Jesús tu Dios de ti, y sería pecado en ti. 22Mas cuando te abstengas de prometer, no habrá en ti pecado. 23Pero lo que hubiere salido de tus labios, lo guardarás y lo cumplirás, conforme lo prometiste a Jesús tu Dios, pagando la ofrenda voluntaria que prometiste con tu boca.” (Deut. 23:21-23)

 

¿Qué hay que considerar para guardar las órdenes de las leyes y los estatuados,…?

 

1Habló Jesús a Moisés, diciendo: 2Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles: Santos seréis, porque santo soy yo Jesús vuestro Dios.

 

3Cada uno temerá a su madre y a su padre, Y mis días de sábado guardaréis. Yo Jesús vuestro Dios. 4No os volveréis a los ídolos, ni haréis para vosotros dioses de fundición. Yo Jesús vuestro Dios. 

 

5Y cuando ofreciereis sacrificio de ofrenda de paz a Jesús, ofrecedlo de tal manera que seáis aceptos. 6Será comido el día que lo ofreciereis, y el día siguiente; y lo que quedare para el tercer día, será quemado en el fuego. 7Y si se comiere el día tercero, será abominación; no será acepto, 8y el que lo comiere llevará su delito, por cuanto profanó lo santo de Jesús; y la tal persona será cortada de su pueblo.

 

9Cuando siegues la mies de tu tierra, no segarás hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu tierra segada. 10Y no rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto caído de tu viña; para el pobre y para el extranjero lo dejarás. Yo Jesús vuestro Dios.

 

11No hurtaréis, y no engañaréis ni mentiréis el uno al otro.

 

12Y no juraréis falsamente por mi nombre, profanando así el nombre de tu Dios. Yo Jesús.

 

13No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás.

 

No retendrás el salario del jornalero en tu casa hasta la mañana.

 

14No maldecirás al sordo, y delante del ciego no pondrás tropiezo, sino que tendrás temor de tu Dios. Yo Jesús.

 

15No harás injusticia en el juicio, ni favoreciendo al pobre ni complaciendo al grande; con justicia juzgarás a tu prójimo.

 

16No andarás chismeando entre tu pueblo.

 

No atentarás contra la vida de tu prójimo. Yo Jesús. 

 

17No aborrecerás a tu hermano en tu corazón;

 

Razonarás con tu prójimo, para que no participes de su pecado.

 

18No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jesús. 

 

19Mis estatutos guardarás.

 

No harás ayuntar tu ganado con animales de otra especie;

 

Tu campo no sembrarás con mezcla de semillas, y no te pondrás vestidos con mezcla de hilos. 

 

20Si un hombre yaciere con una mujer que fuere sierva desposada con alguno, y no estuviere rescatada, ni le hubiere sido dada libertad, ambos serán azotados; no morirán, por cuanto ella no es libre. 21Y él traerá a Jesús, a la puerta del tabernáculo de reunión, un carnero en expiación por su culpa. 22Y con el carnero de la expiación lo reconciliará el sacerdote delante de Jesús, por su pecado que cometió; y se le perdonará su pecado que ha cometido. 

 

23Y cuando entréis en la tierra, y plantéis toda clase de árboles frutales, consideraréis como incircunciso lo primero de su fruto; tres años os será incircunciso; su fruto no se comerá. 24Y el cuarto año todo su fruto será consagrado en alabanzas a Jesús. 25Mas al quinto año comeréis el fruto de él, para que os haga crecer su fruto. Yo Jesús vuestro Dios. 

 

26No comeréis cosa alguna con sangre.

 

No seréis agoreros, ni adivinos.

 

27No haréis tonsura en vuestras cabezas, ni dañaréis la punta de vuestra barba. 28Y no haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo Jesús.

 

29No contaminarás a tu hija haciéndola fornicar, para que no se prostituya la tierra y se llene de maldad.

 

30Mis días de sábado guardaréis, y mi santuario tendréis en reverencia. Yo Jesús.

 

31No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo Jesús vuestro Dios.

 

32Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Jesús. 

 

33Cuando el extranjero morare con vosotros en vuestra tierra, no le oprimiréis. 34Como a un natural de vosotros tendréis al extranjero que more entre vosotros, y lo amarás como a ti mismo; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. Yo Jesús vuestro Dios. 

 

35No hagáis injusticia en juicio, en medida de tierra, en peso ni en otra medida.

 

36Balanzas justas, pesas justas y medidas justas tendréis. Yo Jesús vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto.

 

37Guardad, pues, todos mis estatutos y todas mis ordenanzas, y ponedlos por obra. Yo Jesús.” (Lev. 19:1-37)

 

1No haréis para vosotros ídolos, ni escultura, ni os levantaréis estatua, ni pondréis en vuestra tierra piedra pintada para inclinaros a ella; porque yo soy Jesús vuestro Dios. 2Guardad mis días de sábado, y tened en reverencia mi santuario. Yo Jesús.” (Lev. 26:1-2)

 

¿Qué le promedio Dios a Abraham por guardar sus leyes,…?

 

4Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente, 5por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes.” (Gén. 26:5)

 

¿Qué debían hacer los Israelitas para que la ley de Jesús este en su boca,…?

 

1Jesús habló a Moisés, diciendo: 2Conságrame todo primogénito. Cualquiera que abre matriz entre los hijos de Israel, así de los hombres como de los animales, mío es. 3Y Moisés dijo al pueblo: Tened memoria de este día, en el cual habéis salido de Egipto, de la casa de servidumbre, pues Jesús os ha sacado de aquí con mano fuerte; por tanto, no comeréis leudado. 4Vosotros salís hoy en el mes de Abib. 5Y cuando Jesús te hubiere metido en la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del heveo y del jebuseo, la cual juró a tus padres que te daría, tierra que destila leche y miel, harás esta celebración en este mes. 6Siete días comerás pan sin leudar, y el séptimo día será fiesta para Jesús. 7Por los siete días se comerán los panes sin levadura, y no se verá contigo nada leudado, ni levadura, en todo tu territorio. 8Y lo contarás en aquel día a tu hijo, diciendo: Se hace esto con motivo de lo que Jesús hizo conmigo cuando me sacó de Egipto. 9Y te será como una señal sobre tu mano, y como un memorial delante de tus ojos, para que la ley de Jesús esté en tu boca; por cuanto con mano fuerte te sacó Jesús de Egipto. 10Por tanto, tú guardarás este rito en su tiempo de año en año.” (Exo. 13:1-10)

 

¿Qué respondió el pueblo de Israel en los días de Moisés cuando escucho todas leyes dadas por Dios,…?

 

3Y Moisés vino y contó al pueblo todas las palabras de Jesús, y todas las leyes; y todo el pueblo respondió a una voz, y dijo: Haremos todas las palabras que Jesús ha dicho. 4Y Moisés escribió todas las palabras de Jesús, y levantándose de mañana edificó un altar al pie del monte, y doce columnas, según las doce tribus de Israel.” (Éxo. 24:3-4)

 

¿Qué leyes son consideradas como estatutos,…?

 

¿Es la ley de los holocaustos un estatuto,…? 14Esta es la ley de la ofrenda: La ofrecerán los hijos de Aarón delante de Jesús ante el altar. 15Y tomará de ella un puñado de la flor de harina de la ofrenda, y de su aceite, y todo el incienso que está sobre la ofrenda, y lo hará arder sobre el altar por memorial en olor grato a Jesús. 16Y el sobrante de ella lo comerán Aarón y sus hijos; sin levadura se comerá en lugar santo; en el atrio del tabernáculo de reunión lo comerán. 17No se cocerá con levadura; la he dado a ellos por su porción de mis ofrendas encendidas; es cosa santísima, como el sacrificio por el pecado, y como el sacrificio por la culpa. 18Todos los varones de los hijos de Aarón comerán de ella. Estatuto perpetuo será para vuestras generaciones tocante a las ofrendas encendidas para Jesús; toda cosa que tocare en ellas será santificada. 19Habló también Jesús a Moisés, diciendo: 20Esta es la ofrenda de Aarón y de sus hijos, que ofrecerán a Jesús el día que fueren ungidos: la décima parte de un efa de flor de harina, ofrenda perpetua, la mitad a la mañana y la mitad a la tarde. 21En sartén se preparará con aceite; frita la traerás, y los pedazos cocidos de la ofrenda ofrecerás en olor grato a Jesús. 22Y el sacerdote que en lugar de Aarón fuere ungido de entre sus hijos, hará igual ofrenda. Es estatuto perpetuo de Jesús; toda ella será quemada. 23Toda ofrenda de sacerdote será enteramente quemada; no se comerá.” (Lev. 6:14-23) Obsérvese que la ley de los holocaustos es un estatuto

 

¿Es la ley del sacrificio de paz y de votos un estatuto,…? 11Y esta es la ley del sacrificio de paz que se ofrecerá a Jesús: 12Si se ofreciere en acción de gracias, ofrecerá por sacrificio de acción de gracias tortas sin levadura amasadas con aceite, y hojaldres sin levadura untadas con aceite, y flor de harina frita en tortas amasadas con aceite. 13Con tortas de pan leudo presentará su ofrenda en el sacrificio de acciones de gracias de paz. 14Y de toda la ofrenda presentará una parte por ofrenda elevada a Jesús, y será del sacerdote que rociare la sangre de los sacrificios de paz. 15Y la carne del sacrificio de paz en acción de gracias se comerá en el día que fuere ofrecida; no dejarán de ella nada para otro día. 16Mas si el sacrificio de su ofrenda fuere voto, o voluntario, será comido en el día que ofreciere su sacrificio, y lo que de él quedare, lo comerán al día siguiente; 17y lo que quedare de la carne del sacrificio hasta el tercer día, será quemado en el fuego. 18Si se comiere de la carne del sacrificio de paz al tercer día, el que lo ofreciere no será acepto, ni le será contado; abominación será, y la persona que de él comiere llevará su pecado. 19Y la carne que tocare alguna cosa inmunda, no se comerá; al fuego será quemada. Toda persona limpia podrá comer la carne; 20pero la persona que comiere la carne del sacrificio de paz, el cual es de Jesús, estando inmunda, aquella persona será cortada de entre su pueblo. 21Además, la persona que tocare alguna cosa inmunda, inmundicia de hombre, o animal inmundo, o cualquier abominación inmunda, y comiere la carne del sacrificio de paz, el cual es de Jesús, aquella persona será cortada de entre su pueblo. 22Habló más Jesús a Moisés, diciendo: 23Habla a los hijos de Israel, diciendo: Ninguna grosura de buey ni de cordero ni de cabra comeréis. 24La grosura de animal muerto, y la grosura del que fue despedazado por fieras, se dispondrá para cualquier otro uso, mas no la comeréis. 25Porque cualquiera que comiere grosura de animal, del cual se ofrece a Jesús ofrenda encendida, la persona que lo comiere será cortada de entre su pueblo. 26Además, ninguna sangre comeréis en ningún lugar en donde habitéis, ni de aves ni de bestias. 27Cualquiera persona que comiere de alguna sangre, la tal persona será cortada de entre su pueblo. 28Habló más Jesús a Moisés, diciendo: 29Habla a los hijos de Israel y diles: El que ofreciere sacrificio de paz a Jesús, traerá su ofrenda del sacrificio de paz ante Jesús. 30Sus manos traerán las ofrendas que se han de quemar ante Jesús; traerá la grosura con el pecho; el pecho para que sea mecido como sacrificio mecido delante de Jesús. 31Y la grosura la hará arder el sacerdote en el altar, mas el pecho será de Aarón y de sus hijos. 32Y daréis al sacerdote para ser elevada en ofrenda, la espaldilla derecha de vuestros sacrificios de paz. 33El que de los hijos de Aarón ofreciere la sangre de los sacrificios de paz, y la grosura, recibirá la espaldilla derecha como porción suya. 34Porque he tomado de los sacrificios de paz de los hijos de Israel el pecho que se mece y la espaldilla elevada en ofrenda, y lo he dado a Aarón el sacerdote y a sus hijos, como estatuto perpetuo para los hijos de Israel. 35Esta es la porción de Aarón y la porción de sus hijos, de las ofrendas encendidas a Jesús, desde el día que él los consagró para ser sacerdotes de Jesús, 36la cual mandó Jesús que les diesen, desde el día que él los ungió de entre los hijos de Israel, como estatuto perpetuo en sus generaciones.” (Lev. 7:11-36) Obsérvese que la ley de sacrificios de paz y votos es un estatuto

 

¿Qué acontece con su pueblo cuando Jesús venga con diez millares de santos con la ley de fuego en su mano derecha,…?

 

1Esta es la bendición con la cual bendijo Moisés varón de Dios a los hijos de Israel, antes que muriese. 2Dijo: Jesús vino de Sinaí, y de Seir les esclareció; Resplandeció desde el monte de Parán, y vino de entre diez millares de santos, con la ley de fuego a su mano derecha. 3Aun amó a su pueblo; Todos los consagrados a él estaban en su mano; Por tanto, ellos siguieron en tus pasos, recibiendo dirección de ti, 4Cuando Moisés nos ordenó una ley, como heredad a la congregación de Jacob. 5Y fue rey en Jesurún, cuando se congregaron los jefes del pueblo con las tribus de Israel. 6Viva Rubén, y no muera; y no sean pocos sus varones. 7Y esta bendición profirió para Judá. Dijo así: Oye, oh Jesús, la voz de Judá, Y llévalo a su pueblo; Sus manos le basten, y tú seas su ayuda contra sus enemigos. 8A Leví dijo: Tu Tumim y tu Urim sean para tu varón piadoso, a quien probaste en Masah, Con quien contendiste en las aguas de Meriba, 9Quien dijo de su padre y de su madre: Nunca los he visto; Y no reconoció a sus hermanos, Ni a sus hijos conoció; Pues ellos guardaron tus palabras, Y cumplieron tu pacto. 10Ellos enseñarán tus juicios a Jacob, y tu ley a Israel; Pondrán el incienso delante de ti, Y el holocausto sobre tu altar. 11Bendice, oh Jesús, lo que hicieren, y recibe con agrado la obra de sus manos; Hiere los lomos de sus enemigos, y de los que lo aborrecieren, para que nunca se levanten. 12A Benjamín dijo: El amado de Jesús habitará confiado cerca de él; Lo cubrirá siempre, y entre sus hombros morará. 13A José dijo: Bendita de Jesús sea tu tierra, con lo mejor de los cielos, con el rocío, y con el abismo que está abajo. 14Con los más escogidos frutos del sol, con el rico producto de la luna, 15Con el fruto más fino de los montes antiguos, con la abundancia de los collados eternos, 16Y con las mejores dádivas de la tierra y su plenitud; Y la gracia del que habitó en la zarza venga sobre la cabeza de José, y sobre la frente de aquel que es príncipe entre sus hermanos. 17Como el primogénito de su toro es su gloria, y sus astas como astas de búfalo; Con ellas acorneará a los pueblos juntos hasta los fines de la tierra; Ellos son los diez millares de Efraín, Y ellos son los millares de Manasés. 18A Zabulón dijo: Alégrate, Zabulón, cuando salieres; y tú, Isacar, en tus tiendas. 19Llamarán a los pueblos a su monte; Allí sacrificarán sacrificios de justicia, por lo cual chuparán la abundancia de los mares, y los tesoros escondidos de la arena. 20A Gad dijo: Bendito el que hizo ensanchar a Gad; Como león reposa, Y arrebata brazo y testa. 21Escoge lo mejor de la tierra para sí, Porque allí le fue reservada la porción del legislador. Y vino en la delantera del pueblo; Con Israel ejecutó los mandatos y los justos decretos de Jesús. 22A Dan dijo: Dan es cachorro de león que salta desde Basán. 23A Neftalí dijo: Neftalí, saciado de favores, y lleno de la bendición de Jesús, Posee el occidente y el sur. 24A Aser dijo: Bendito sobre los hijos sea Aser; Sea el amado de sus hermanos, y moje en aceite su pie. 25Hierro y bronce serán tus cerrojos, y como tus días serán tus fuerzas. 26No hay como el Dios de Jesurún, quien cabalga sobre los cielos para tu ayuda, y sobre las nubes con su grandeza. 27El eterno Dios es tu refugio, y acá abajo los brazos eternos; El echó de delante de ti al enemigo, y dijo: Destruye. 28E Israel habitará confiado, la fuente de Jacob habitará sola en tierra de grano y de vino; También sus cielos destilarán rocío. 29Bienaventurado tú, oh Israel. ¿Quién como tú, Pueblo salvo por Jesús, escudo de tu socorro, y espada de tu triunfo? Así que tus enemigos serán humillados, y tú hollarás sobre sus alturas.” (Deut. 33:1-29)

 

¿Qué acontece cuando Jesús ponga descendencia del reino de David para siempre,… y sus hijos dejaren la ley,…?

 

19Entonces hablaste en visión a tu santo, y dijiste: He puesto el socorro sobre uno que es poderoso; He exaltado a un escogido de mi pueblo. 20Hallé a David mi siervo; Lo ungí con mi santa unción. 21Mi mano estará siempre con él, mi brazo también lo fortalecerá. 22No lo sorprenderá el enemigo, ni hijo de iniquidad lo quebrantará; 23Sino que quebrantaré delante de él a sus enemigos, y heriré a los que le aborrecen. 24Mi verdad y mi misericordia estarán con él, y en mi nombre será exaltado su poder. 25Asimismo pondré su mano sobre el mar, y sobre los ríos su diestra. 26El me clamará: Mi padre eres tú, Mi Dios, y la roca de mi salvación. 27Yo también le pondré por primogénito, el más excelso de los reyes de la tierra. 28Para siempre le conservaré mi misericordia, y mi pacto será firme con él. 29Pondré su descendencia para siempre, y su trono como los días de los cielos. 30Si dejaren sus hijos mi ley, y no anduvieren en mis juicios, 31Si profanaren mis estatutos, y no guardaren mis mandamientos, 32Entonces castigaré con vara su rebelión, y con azotes sus iniquidades. 33Mas no quitaré de él mi misericordia, Ni falsearé mi verdad. 34No olvidaré mi pacto, Ni mudaré lo que ha salido de mis labios. 35Una vez he jurado por mi santidad, y no mentiré a David. 36Su descendencia será para siempre, y su trono como el sol delante de . 37Como la luna será firme para siempre, y como un testigo fiel en el cielo.” (Sal. 89:19-37)

 

¿Qué acontece los que pecan sin ley,…?

 

            12Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados” (Rom. 2:12)

 

¿Qué acontece con el mundo y sus moradores,… porque traspasan las leyes,…?

 

1He aquí que Jesús vacía la tierra y la desnuda, y trastorna su faz, y hace esparcir a sus moradores. 2Y sucederá así como al pueblo, también al sacerdote; como al siervo, así a su amo; como a la criada, a su ama; como al que compra, al que vende; como al que presta, al que toma prestado; como al que da a logro, así al que lo recibe. 3La tierra será enteramente vaciada, y completamente saqueada; porque Jesús ha pronunciado esta palabra. 4Se destruyó, cayó la tierra; enfermó, cayó el mundo; enfermaron los altos pueblos de la tierra. 5Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno. 6Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres. 7Se perdió el vino, enfermó la vid, gimieron todos los que eran alegres de corazón. 8Cesó el regocijo de los panderos, se acabó el estruendo de los que se alegran, cesó la alegría del arpa. 9No beberán vino con cantar; la sidra les será amarga a los que la bebieren. 10Quebrantada está la ciudad por la vanidad; toda casa se ha cerrado, para que no entre nadie. 11Hay clamores por falta de vino en las calles; todo gozo se oscureció, se desterró la alegría de la tierra. 12La ciudad quedó desolada, y con ruina fue derribada la puerta. 13Porque así será en medio de la tierra, en medio de los pueblos, como olivo sacudido, como rebuscos después de la vendimia. 14Estos alzarán su voz, cantarán gozosos por la grandeza de Jesús; desde el mar darán voces. 15Glorificad por esto a Jesús en los valles; en las orillas del mar sea nombrado Jesús Dios de Israel. 16De lo postrero de la tierra oímos cánticos: Gloria al justo. Y yo dije: ¡Mi desdicha, mi desdicha, ay de mí! Prevaricadores han prevaricado; y han prevaricado con prevaricación de desleales. 17Terror, foso y red sobre ti, oh morador de la tierra. 18Y acontecerá que el que huyere de la voz del terror caerá en el foso; y el que saliere de en medio del foso será preso en la red; porque de lo alto se abrirán ventanas, y temblarán los cimientos de la tierra. 19Será quebrantada del todo la tierra, enteramente desmenuzada será la tierra, en gran manera será la tierra conmovida. 20Temblará la tierra como un ebrio, y será removida como una choza; y se agravará sobre ella su pecado, y caerá, y nunca más se levantará. 21Acontecerá en aquel día, que Jesús castigará al ejército de los cielos en lo alto, y a los reyes de la tierra sobre la tierra. 22Y serán amontonados como se amontona a los encarcelados en mazmorra, y en prisión quedarán encerrados, y serán castigados después de muchos días. 23La luna se avergonzará, y el sol se confundirá, cuando Jesús de los ejércitos reine en el monte de Sion y en Jerusalén, y delante de sus ancianos sea glorioso.” (Isa. 24:1-23)

 

¿Qué acontece cuando los gentiles que no tienen ley,… cumplen la ley,…?

 

12Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; 13porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. 14Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 15mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, 16en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.” (Rom. 2:12-16)

 

¿Qué acontece cuando los circuncisos o incircuncisos guardan la ley o no la guardan,…?

 

25Pues en verdad la circuncisión aprovecha, si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión viene a ser incircuncisión. 26Si, pues, el incircunciso guardare las ordenanzas de la ley, ¿no será tenida su incircuncisión como circuncisión? 27Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda perfectamente la ley, te condenará a ti, que con la letra de la ley y con la circuncisión eres transgresor de la ley. 28Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; 29sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.” (Rom. 2:25-29)

 

¿Qué acontece si no hay ley,…?

 

¿Dónde no hay ley no hay transgresión,…?13Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe. 14Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa. 15Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.” (Rom. 4:13-15)

 

¿Dónde no hay ley no se inculpa de pecado,…?12Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. 13Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado.” (Rom. 5:12-13)

 

¿Sin ley el pecado está muerto,…?8Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto.” (Rom. 7:8)

 

¿Qué acontece cuando se vive sin ley,… pero viene la ley a uno,…?

 

9Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí. 10Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte; 11porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató. 12De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno. 13¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para ? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso.” (Rom. 7:9-13)

 

¿Qué acontece el que cumple toda la ley pero ofende en un punto,…?

 

¿El que ofende en un punto de la ley es reo de todos,…?8Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis; 9pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores. 10Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. 11Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley. 12Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad. 13Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio.” (Sant. 2:8-13)

 

¿Qué acontece cuando se infringe la ley,…?

 

¿El que comete pecado infringe la ley,…?4Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. 5Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. 6Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.” (1Juan 3:4-6)

 

¿Qué hace Dios con la casa de Israel y la casa de Judá cuando llegue el tiempo en que de Dios de su ley en la mente y en el corazón la escriba,…?

 

31He aquí que vienen días, dice Jesús, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jesús. 33Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jesús: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jesús; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jesús; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.” (Jer. 31:31-34)

 

¿Qué hace la ley en las personas,…?

 

¿Por la ley soy muerto a la ley a fin de vivir para Dios,…?16sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado. 17Y si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado? En ninguna manera. 18Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago. 19Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios. 20Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por . 21No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.” (Gal. 2:16-21)

 

¿Qué causa el ver lo que les pasa a los inicuos que se apartan de la ley,…?

 

53Horror se apoderó de mí a causa de los inicuos que dejan tu ley.” (Sal. 119:53)

 

¿Qué nos ayuda a guardar la ley de Dios,…?

 

55Me acordé en la noche de tu nombre, oh Jesús, y guardé tu ley.” (Sal. 119:55)

 

¿Qué debemos pedir a Dios para guardar sus leyes y cumplirla de todo corazón,…?

 

34Dame entendimiento, y guardaré tu ley, y la cumpliré de todo corazón.” (Sal. 119:34)

 

¿Qué puede causar a los siervos de Dios cuando ve que no quieren guardar las personas la ley de Dios,…?

 

136Ríos de agua descendieron de mis ojos, porque no guardaban tu ley.” (Sal. 119:136)

 

¿Qué dice Jesús a las personas que conocen la justicia y en cuyo corazón está la ley de Dios,…?

 

7Oídme, los que conocéis justicia, pueblo en cuyo corazón está mi ley. No temáis afrenta de hombre, ni desmayéis por sus ultrajes. 8Porque como a vestidura los comerá polilla, como a lana los comerá gusano; pero mi justicia permanecerá perpetuamente, y mi salvación por siglos de siglos. 9Despiértate, despiértate, vístete de poder, oh brazo de Jesús; despiértate como en el tiempo antiguo, en los siglos pasados. ¿No eres tú el que cortó a Rahab, y el que hirió al dragón? 10¿No eres tú el que secó el mar, las aguas del gran abismo; el que transformó en camino las profundidades del mar para que pasaran los redimidos? 11Ciertamente volverán los redimidos de Jesús; volverán a Sion cantando, y gozo perpetuo habrá sobre sus cabezas; tendrán gozo y alegría, y el dolor y el gemido huirán.” (Isa. 51:7-11)

 

¿Qué tiene que ir acompañado a las personas que tienen la ley,…?

 

¿Hay que conocer a Dios los que tienen la ley,…?8Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde está Jesús? y los que tenían la ley no me conocieron; y los pastores se rebelaron contra , y los profetas profetizaron en nombre de Baal, y anduvieron tras lo que no aprovecha. 9Por tanto, contenderé aún con vosotros, dijo Jesús, y con los hijos de vuestros hijos pleitearé.” (Jer. 2:8-9)

 

¿Qué medio utilizo Dios para hacer llegar sus leyes a los hombres,…?

 

¿Dios utiliza los profetas para hacer llegar las leyes a los hombres,…?10y no obedecimos a la voz de Jesús nuestro Dios, para andar en sus leyes que él puso delante de nosotros por medio de sus siervos los profetas.” (Dan. 9:10)

 

¿Qué no puede hacer la ley,…?

 

¿La ley no puede justificar a ningún ser humano delante de Dios,…?20ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.” (Rom. 3:20) “27¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. 28Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.” (Rom. 3:27-28) “6Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. 7Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham. 8Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. 9De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham. 10Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. 11Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; 12y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas. 13Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), 14para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.” (Gál. 3:10-14) “2Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo. 3Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne. 4Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: 5circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; 6en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. 7Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. 8Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, 9y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; 10a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, 11si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.” (Fil. 3:2-11)

 

¿Si la ley no justifica a ningún ser humano como obtenemos la justificación de nuestros pecados,…?

 

21Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; 22la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, 23por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, 24siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, 25a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, 26con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.” (Rom. 3:21-26) “16sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado. 17Y si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado? En ninguna manera. 18Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago. 19Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios. 20Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por . 21No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.” (Gal. 2:16-21)

 

¿Qué se hace por fe y no por la ley,…?

 

2Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? 3¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? 4¿Tantas cosas habéis padecido en vano? si es que realmente fue en vano. 5Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?” (Gál. 3:2-5)

 

6Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. 7Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham. 8Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. 9De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham. 10Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. 11Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; 12y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas. 13Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), 14para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu. 15Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade. 16Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo. 17Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa. 18Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa; pero Dios la concedió a Abraham mediante la promesa.” (Gál. 3:10-18)

 

19Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador. 20Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno. 21¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley. 22Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes. 23Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. 24De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. 25Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, 26pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; 27porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. 28Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. 29Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.” (Gál. 3:19-29)

 

¿La ley no es contraria a las promesas,…?21¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley. 22Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes.” (Gál. 3.:21-22)

 

¿Qué se necesita para guardar la ley de Dios,…?

 

12Y Jesús te dé entendimiento y prudencia, para que cuando gobiernes a Israel, guardes la ley de Jesús tu Dios. 13Entonces serás prosperado, si cuidares de poner por obra los estatutos y decretos que Jesús mandó a Moisés para Israel.” (1Cro. 22:12-13)

 

¿Qué se debe hacer cuando se lee la ley,…?

 

¿Hay que confesar los pecados cuando se lee la ley,…? 3Y puestos de pie en su lugar, leyeron el libro de la ley de Jesús su Dios la cuarta parte del día, y la cuarta parte confesaron sus pecados y adoraron a Jesús su Dios.” (Neh. 9:3)

 

¿Qué no se sujeta a la ley de Dios,…?

 

¿Los designios de la carne no se sujetan a la ley de Dios,…?7Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; 8y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.” (Rom. 8:7-8)

 

¿Qué implica el estar muertos a la ley o libres de la ley,…?

 

1¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive? 2Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido. 3Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera. 4Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. 5Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte. 6Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.” (Rom. 7:1-6)

 

¿Qué está escrito en la ley,…?

 

            21En la ley está escrito: En otras lenguas y con otros labios hablaré a este pueblo; y ni aun así me oirán, dice el Señor.” (1Cor. 14:21)

 

¿Qué se abolió de la ley con la muerte de Cristo,…?

 

8Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9no por obras, para que nadie se gloríe. 10Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. 11Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. 12En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. 13Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. 14Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, 15aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, 16y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. 17Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; 18porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. 19Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, 20edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, 21en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; 22en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.” (Efe. 2:8-22)

 

4Considerad, pues, cuán grande era éste, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín. 5Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham. 6Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas. 7Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor. 8Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive. 9Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos; 10porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro. 11Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón? 12Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley; 13y aquel de quien se dice esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar. 14Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio. 15Y esto es aun más manifiesto, si a semejanza de Melquisedec se levanta un sacerdote distinto, 16no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de una vida indestructible. 17Pues se da testimonio de él: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec. 18Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia 19(pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios. 20Y esto no fue hecho sin juramento; 21porque los otros ciertamente sin juramento fueron hechos sacerdotes; pero éste, con el juramento del que le dijo: Juró el Señor, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec. 22Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto. 23Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; 24mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; 25por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. 26Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; 27que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. 28Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre.” (Heb. 7:4-28)

 

1Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, 2ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre. 3Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer. 4Así que, si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley; 5los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte. 6Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. 7Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo. 8Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto; 9No como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; Porque ellos no permanecieron en mi pacto, y yo me desentendí de ellos, dice el Señor. 10Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; Y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo; 11Y ninguno enseñará a su prójimo, Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos. 12Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades. 13Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.” (Heb. 8:1-13)

 

1Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal. 2Porque el tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro, la mesa y los panes de la proposición. 3Tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el Lugar Santísimo, 4el cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto; 5y sobre ella los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio;  de las cuales cosas no se puede ahora hablar en detalle. 6Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios del culto; 7pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo; 8dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie. 9Lo cual es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, 10ya que consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas. 11Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, 12y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. 13Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, 14¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? 15Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto,  para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna. 16Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. 17Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive. 18De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre. 19Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo, 20diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado. 21Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio. 22Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión. 23Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. 24Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; 25y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. 26De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. 27Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, 28así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.” (Heb. 9:1-28)

 

1Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan. 2De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado. 3Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados; 4porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados. 5Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo. 6Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. 7Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, Como en el rollo del libro está escrito de .  8Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), 9y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. 10En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. 11Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; 12pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, 13de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; 14porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. 15Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho: 16Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las escribiré, 17añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. 18Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado. 19Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, 21y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. 23Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. 24Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; 25no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca. 26Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, 27sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. 28El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. 29¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? 30Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. 31¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!” (Heb. 10:1-30) Observe que de la ley de Moisés se elimina los sacrificios, ofrendas, holocaustos y expiaciones,… (Heb. 10:6-12) el resto de la ley o está eliminada ya que el versículo de Hebreos 10:26-28 es claro en decir: “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, 27sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente” (Heb. 10:26-28)

 

¿Para qué sirve la ley,…?

 

¿La ley nos sirve para aprender a temer a Jesús,…? 9Y escribió Moisés esta ley, y la dio a los sacerdotes hijos de Leví, que llevaban el arca del pacto de Jesús, y a todos los ancianos de Israel. 10Y les mandó Moisés, diciendo: Al fin de cada siete años, en el año de la remisión, en la fiesta de los tabernáculos, 11cuando viniere todo Israel a presentarse delante de Jesús tu Dios en el lugar que él escogiere, leerás esta ley delante de todo Israel a oídos de ellos. 12Harás congregar al pueblo, varones y mujeres y niños, y tus extranjeros que estuvieren en tus ciudades, para que oigan y aprendan, y teman a Jesús vuestro Dios, y cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley; 13y los hijos de ellos que no supieron, oigan, y aprendan a temer a Jesús vuestro Dios todos los días que viviereis sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para tomar posesión de ella.” (Deut. 31:9-13)

 

¿La ley sirve para que pongamos la confianza en Dios,…?5El estableció testimonio en Jacob, y puso ley en Israel, la cual mandó a nuestros padres que la notificasen a sus hijos; 6Para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; Y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos, 7A fin de que pongan en Dios su confianza, y no se olviden de las obras de Dios; Que guarden sus mandamientos, 8Y no sean como sus padres, Generación contumaz y rebelde; Generación que no dispuso su corazón, ni fue fiel para con Dios su espíritu.” (Sal. 78:5-8)

 

¿La ley sirve para ser prosperados en todas las cosas que emprendamos,… siempre y cuando hagamos conforme a la ley,…?6Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos. 7Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. 8Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.” (Jos. 1:6-8)

 

¿La ley nos ayuda a no mezclarnos con las naciones idolatras,… para no servir a sus dioses, ni inclinarnos a ellos,…?4He aquí os he repartido por suerte, en herencia para vuestras tribus, estas naciones, así las destruidas como las que quedan, desde el Jordán hasta el Mar Grande, hacia donde se pone el sol. 5Y Jesús vuestro Dios las echará de delante de vosotros, y las arrojará de vuestra presencia; y vosotros poseeréis sus tierras, como Jesús vuestro Dios os ha dicho. 6Esforzaos, pues, mucho en guardar y hacer todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, sin apartaros de ello ni a diestra ni a siniestra; 7para que no os mezcléis con estas naciones que han quedado con vosotros, ni hagáis mención ni juréis por el nombre de sus dioses, ni los sirváis, ni os inclinéis a ellos. 8Mas a Jesús vuestro Dios seguiréis, como habéis hecho hasta hoy.” (Jos. 23:4-8)

 

¿La ley sirve para mantenerse en el trono,…?3Guarda los preceptos de Jesús tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas; 4para que confirme Jesús la palabra que me habló, diciendo: Si tus hijos guardaren mi camino, andando delante de mí con verdad, de todo su corazón y de toda su alma, jamás, dice, faltará a ti varón en el trono de Israel.” (1Rey. 2:3-4)

 

¿La ley es parte para que los hombres sean prosperados,…?20De esta manera hizo Ezequías en todo Judá; y ejecutó lo bueno, recto y verdadero delante de Jesús su Dios. 21En todo cuanto emprendió en el servicio de la casa de Dios, de acuerdo con la ley y los mandamientos, buscó a su Dios, lo hizo de todo corazón, y fue prosperado.” (2Cro. 31:20)

 

¿Los que hacen de la ley de Dios su delicia y meditan en ella,… son como árboles plantados junto a corrientes de aguas que dan su fruto a su tiempo y todo lo que hacen prospera,…?1Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; 2Sino que en la ley de Jesús está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. 3Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.” (Sal. 1:1-3)

 

¿La ley sirve para que los pies de los justos no resbalen,… porque la tienen en su corazón,…?30La boca del justo habla sabiduría, y su lengua habla justicia. 31La ley de su Dios está en su corazón; Por tanto, sus pies no resbalarán.” (Sal. 37:30-31)

 

¿Los que Jesús instruye en su ley, en el tiempo de la aflicción descansan,…?12Bienaventurado el hombre a quien tú, JAH, corriges, y en tu ley lo instruyes, 13Para hacerle descansar en los días de aflicción, en tanto que para el impío se cava el hoyo. 14Porque no abandonará Jesús a su pueblo, Ni desamparará su heredad, 15Sino que el juicio será vuelto a la justicia, y en pos de ella irán todos los rectos de corazón.” (Sal. 94:12-15)

 

¿En guardar las leyes de Dios se obtiene libertad,…?44Guardaré tu ley siempre, para siempre y eternamente. 45Y andaré en libertad, Porque busqué tus mandamientos.” (Sal. 119:44-45)

 

¿Cuándo la ley de Dios es nuestra delicia podemos pedir a Dios su misericordia,…? 77Vengan a mí tus misericordias, para que viva, porque tu ley es mi delicia.” (Sal. 119:77)

 

¿Cuándo tenemos a la ley por delicia en la aflicción no perecemos,…?92Si tu ley no hubiese sido mi delicia, ya en mi aflicción hubiera perecido.” (Sal. 119:92)

 

¿Qué obtienen los que aman la ley de Dios,… y en ellos no hay tropiezo,…? 165Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo.” (Sal. 119:165)

 

¿Cuándo no nos olvidamos de la ley,… obtenemos largura de años y la paz se nos aumenta,…?1Hijo mío, no te olvides de mi ley, y tu corazón guarde mis mandamientos; 2Porque largura de días y años de vida y paz te aumentarán.” (Prov. 3:1-2)

 

¿En la ley encontramos vida para nuestra alma y gracia a nuestro cuello,…?21Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos; Guarda la ley y el consejo, 22Y serán vida a tu alma, y gracia a tu cuello.” (Prov. 3:21-22)

 

¿El que guarda la ley tiene la vida,…?2Guarda mis mandamientos y vivirás, y mi ley como las niñas de tus ojos.” (Prov. 7:2)

 

¿La ley nos sirve para ser bienaventurados,…?18Sin profecía el pueblo se desenfrena; Mas el que guarda la ley es bienaventurado.” (Prov. 29:18) “22Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. 23Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. 24Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. 25Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.” (Sant. 1:22-25)

 

¿La ley sirve para juzgar a las personas,…?12Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados” (Rom. 2:12) “8Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis; 9pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores. 10Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. 11Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley. 12Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad. 13Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio.” (Sant. 2:8-13)

 

¿La ley hace que todo el mundo esté bajo juicio de Dios,…? 19Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios” (Rom. 3:19)

 

¿Los que cumplen la ley son justificados,…?12Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; 13porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados.” (Rom. 2:12-13)

 

¿La ley sirve para que conozcamos el pecado,…?20ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.” (Rom. 3:20)

 

¿La ley produce ira,…?13Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe. 14Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa. 15Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.” (Rom. 4:13-15)

 

¿La ley del Espíritu en Cristo Jesús nos libra de la ley del pecado,…?14Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado. 15Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. 16Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. 17De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en . 18Y yo sé que en , esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en , pero no el hacerlo. 19Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. 21Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en . 22Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; 23pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. 24¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? 25Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado. 1Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 2Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. 3Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; 4para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 5Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. 6Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. 7Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; 8y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. 9Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. 10Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia. 11Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. 12Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; 13porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.” (Rom. 7:14-25; Rom. 8:1-13)

 

            ¿La ley es el poder del pecado,…?56ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.” (1Cor. 15:56)

 

19Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador. 20Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno. 21¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley. 22Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes. 23Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. 24De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. ” (Gál. 3:19-24)

 

¿Para qué se introdujo la ley,…?

 

20Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; 21para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro. 1¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? 2En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? 3¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.” (Rom. 5:20-21; Rom. 6:1-4)

 

8Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente; 9conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, 10para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina, 11según el glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado.” (1Tim. 1:8-11)

 

¿Para qué nació Cristo bajo la ley,…?

 

4Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, 5para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.” (Gál. 4:4-5)

 

¿Por qué no debemos desamparar la ley,…?

 

2Porque os doy buena enseñanza; No desamparéis mi ley. 3Porque yo también fui hijo de mi padre, Delicado y único delante de mi madre. 4Y él me enseñaba, y me decía: Retenga tu corazón mis razones, Guarda mis mandamientos, y vivirás.” (Prov. 4:2-4)

 

¿Por qué Dios magnifica la ley y la engrandece,…?

 

            21Jesús se complació por amor de su justicia en magnificar la ley y engrandecerla.” (Isa. 42:21)

 

¿Por qué hay que acordarse de la ley de Moisés que entrego en Horeb,…?

 

1Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jesús de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama. 2Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada. 3Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jesús de los ejércitos. 4Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel.” (Mal. 4:1-4)

 

¿Por qué los Israelitas que iban tras la justicia de la ley no la alcanzaron,…?

 

30¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por fe; 31mas Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó. 32¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo, 33como está escrito: He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída; Y el que creyere en él, no será avergonzado.” (Rom. 9:30-33)

 

¿En qué palabra se resume la ley,…?

 

13Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. 14Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 15Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros.” (Gál. 5:13-15)

 

¿En qué cosas no hay ley,…?

 

16Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. 17Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. 18Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. 19Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. 22Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” (Gál. 5:18-22)

 

¿Desde cuándo podemos ver que ya existían leyes,…?

 

16Entonces Abraham se convino con Efrón, y pesó Abraham a Efrón el dinero que dijo, en presencia de los hijos de Het, cuatrocientos siclos de plata, de buena ley entre mercaderes.” (Gén. 23:16)

 

4Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente, 5por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes.” (Gén. 26:5)

 

¿Dios prueba si andan en la ley que da,…?

 

4Y Jesús dijo a Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no. 5Mas en el sexto día prepararán para guardar el doble de lo que suelen recoger cada día.” (Exo. 16:4)

 

¿Cristo se junto con los doctores de la ley,…?

 

46Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. 47Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas.” (Luc. 2:46-47)

 

17Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar. 18Y sucedió que unos hombres que traían en un lecho a un hombre que estaba paralítico, procuraban llevarle adentro y ponerle delante de él. 19Pero no hallando cómo hacerlo a causa de la multitud, subieron encima de la casa, y por el tejado le bajaron con el lecho, poniéndole en medio, delante de Jesús. 20Al ver él la fe de ellos, le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados. 21Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios? 22Jesús entonces, conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis en vuestros corazones? 23¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? 24Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. 25Al instante, levantándose en presencia de ellos, y tomando el lecho en que estaba acostado, se fue a su casa, glorificando a Dios. 26Y todos, sobrecogidos de asombro, glorificaban a Dios; y llenos de temor, decían: Hoy hemos visto maravillas.” (Luc. 5:17-26)

 

¿El guardar el sábado esta dentro de las leyes de Dios,…?

 

28Y Jesús dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo no querréis guardar mis mandamientos y mis leyes? 29Mirad que Jesús os dio el día de sábado, y por eso en el sexto día os da pan para dos días. Estese, pues, cada uno en su lugar, y nadie salga de él en el séptimo día. 30Así el pueblo reposó el séptimo día.” (Exo. 16:28-30)

 

8Acuérdate del día de sábado para santificarlo. 9Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; 10más el séptimo día es sábado para Jesús tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. 11Porque en seis días hizo Jesús los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jesús bendijo el día de sábado y lo santificó” (Exo. 20:8-11)

 

¿Existen leyes de Dios y además ordenanzas de él,…?

 

13Aconteció que al día siguiente se sentó Moisés a juzgar al pueblo; y el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde. 14Viendo el suegro de Moisés todo lo que él hacía con el pueblo, dijo: ¿Qué es esto que haces tú con el pueblo? ¿Por qué te sientas solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la tarde? 15Y Moisés respondió a su suegro: Porque el pueblo viene a mí para consultar a Dios. 16Cuando tienen asuntos, vienen a ; y yo juzgo entre el uno y el otro, y declaro las ordenanzas de Dios y sus leyes. 17Entonces el suegro de Moisés le dijo: No está bien lo que haces. 18Desfallecerás del todo, , y también este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo solo. 19Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios. 20Y enseña a ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer.” (Exo. 18:13-20) Observe que las leyes y ordenanzas sirven para saber cómo debemos andar y que hacer,…

 

¿Existen leyes que sirven para hacer agravio al justo,… y como Dios responde ante ellos,…?

 

20¿Se juntará contigo el trono de iniquidades Que hace agravio bajo forma de ley? 21Se juntan contra la vida del justo, y condenan la sangre inocente. 22Mas Jesús me ha sido por refugio, y mi Dios por roca de mi confianza. 23Y él hará volver sobre ellos su iniquidad, y los destruirá en su propia maldad; Los destruirá Jesús nuestro Dios.” (Sal. 94:20-23)

 

¿Se puede pedir a Dios que salve nuestra vida,… cuando la ley está en medio de nuestro corazón,… y nos alcanzan nuestras maldades?

 

8El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón. 9He anunciado justicia en grande congregación; He aquí, no refrené mis labios, Jesús, tú lo sabes. 10No encubrí tu justicia dentro de mi corazón; He publicado tu fidelidad y tu salvación; No oculté tu misericordia y tu verdad en grande asamblea. 11Jesús, no retengas de mí tus misericordias; Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre. 12Porque me han rodeado males sin número; Me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista. Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falla. 13Quieras, oh Jesús, librarme; Jesús, apresúrate a socorrerme. 14Sean avergonzados y confundidos a una los que buscan mi vida para destruirla. Vuelvan atrás y avergüéncense los que mi mal desean; 15Sean asolados en pago de su afrenta los que me dicen: ¡Ea, ea! 16Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan, y digan siempre los que aman tu salvación: Jesús sea enaltecido. 17Aunque afligido yo y necesitado, Jesús pensará en . Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.” (Sal. 40:8-17) “14Sacrifica a Dios alabanza, y paga tus votos al Altísimo; 15E invócame en el día de la angustia; Te libraré, y me honrarás.” (Sal. 50:14-15)

 

¿Se puede pedirá Dios que actué cuando han invalidado su ley,…?

 

126Tiempo es de actuar, oh Jesús, porque han invalidado tu ley. 127Por eso he amado tus mandamientos más que el oro, y más que oro muy puro. 128Por eso estimé rectos todos tus mandamientos sobre todas las cosas, y aborrecí todo camino de mentira.” (Sal. 119:126-128)

 

¿Se puede pedir a Dios que mire nuestra aflicción cuando de su ley no nos hemos olvidado,…?

 

153Mira mi aflicción, y líbrame, porque de tu ley no me he olvidado.” (Sal. 119:153)

 

¿Se puede pedir a Dios cuando la ley es nuestra delicia que viva nuestra alma,… y sus juicios nos ayuden,…?

 

174He deseado tu salvación, oh Jesús, y tu ley es mi delicia. 175Viva mi alma y te alabe, y tus juicios me ayuden.” (Sal. 119:174-175)

 

¿Se puede pedir a Dios que haga justo juicio cuando se deja la ley,…?

 

1Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado. 2Que me buscan cada día, y quieren saber mis caminos, como gente que hubiese hecho justicia, y que no hubiese dejado la ley de su Dios; me piden justos juicios, y quieren acercarse a Dios. 3¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores. 4He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto. 5¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a Jesús? 6¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? 7¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano? 8Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jesús será tu retaguardia. 9Entonces invocarás, y te oirá Jesús; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad; 10y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía. 11Jesús te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan. 12Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar.” (Isa. 58:1-12)

 

¿Se puede amar la ley de Dios,…?

 

113Aborrezco a los hombres hipócritas; Mas amo tu ley.” (Sal. 119:113)

 

163La mentira aborrezco y abomino; Tu ley amo.” (Sal. 119:163)

 

¿Se puede quebrantar la ley de Dios,…?

 

3Alabadle, sol y luna; Alabadle, vosotras todas, lucientes estrellas. 4Alabadle, cielos de los cielos, y las aguas que están sobre los cielos. 5Alaben el nombre de Jesús; Porque él mandó, y fueron creados. 6Los hizo ser eternamente y para siempre; Les puso ley que no será quebrantada.” (Sal. 148:3-6)

 

¿Se puede frustrar una tilde de la ley,…?

 

16La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él. 17Pero más fácil es que pasen el cielo y la tierra, que se frustre una tilde de la ley.” (Luc. 16:16)

 

¿Se puede decir que la fe invalida la ley,…?

 

27¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. 28Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. 29¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles. 30Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión. 31¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley.” (Rom. 3:27-31)

 

¿Hay maldición el que no cumple la ley,…?

 

      26Maldito el que no confirmare las palabras de esta ley para hacerlas. Y dirá todo el pueblo: Amén.” (Deut. 27:26)

 

¿Hay provecho en guardar la ley de Dios,…?

 

14Habéis dicho: Por demás es servir a Dios. ¿Qué aprovecha que guardemos su ley, y que andemos afligidos en presencia de Jesús de los ejércitos? 15Decimos, pues, ahora: Bienaventurados son los soberbios, y los que hacen impiedad no sólo son prosperados, sino que tentaron a Dios y escaparon. 16Entonces los que temían a Jesús hablaron cada uno a su compañero; y Jesús escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jesús, y para los que piensan en su nombre. 17Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jesús de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve. 18Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.” (Mal. 3:14-18)

 

¿Hay castigo para los que dictan leyes injustas y prescriben tiranía…?

 

1¡Ay de los que dictan leyes injustas, y prescriben tiranía, 2para apartar del juicio a los pobres, y para quitar el derecho a los afligidos de mi pueblo; para despojar a las viudas, y robar a los huérfanos! 3¿Y qué haréis en el día del castigo? ¿A quién os acogeréis para que os ayude, cuando venga de lejos el asolamiento? ¿En dónde dejaréis vuestra gloria? 4Sin mí se inclinarán entre los presos, y entre los muertos caerán. Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida.” (Isa. 10:1-4)

 

¿Hay que pensar que Cristo vino a abrogar la ley y los profetas,…?

 

17No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. 18Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.” (Mat. 5:17-18)

 

¿Hay que pecar porque estamos bajo la gracia y no bajo la ley,…?

 

12No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; 13ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. 14Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. 15¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. 16¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? 17Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; 18y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. 19Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia. 20Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. 21¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. 22Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. 23Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.” (Rom. 6:12-23)

 

¿Hay que guardar la ley para heredad la vida eterna,…?

 

25Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? 26Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees? 27Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. 28Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás.” (Luc. 10:25-28)

 

¿Hay esperanza para los que no son justificados con la ley de Moisés,…?

 

38Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados, 39y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree.” (Hech. 13:38-39)

 

¿Hay justicia en la ley,…?

 

2Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo. 3Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne. 4Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: 5circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; 6en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. 7Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. 8Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, 9y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; 10a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, 11si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.” (Fil. 3:2-11)

 

¿Hay que evitar las discusiones acerca de la ley,…?

 

9Pero evita las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones, y discusiones acerca de la ley; porque son vanas y sin provecho. 10Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo, 11sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio.” (Tit. 3:9-11)

 

¿No hay que apartarse de la ley,… a pesar de que se burlen de uno,… o impíos nos rodeen,…?

 

51Los soberbios se burlaron mucho de , mas no me he apartado de tu ley.” (Sal. 119:51)

 

61Compañías de impíos me han rodeado, mas no me he olvidado de tu ley.” (Sal. 119:61)

 

69Contra mí forjaron mentira los soberbios, mas yo guardaré de todo corazón tus mandamientos. 70Se engrosó el corazón de ellos como cebo, mas yo en tu ley me he regocijado.” (Sal. 119:69-70)

 

109Mi vida está de continuo en peligro, mas no me he olvidado de tu ley. 110Me pusieron lazo los impíos, pero yo no me desvié de tus mandamientos.” (Sal. 119:109)

 

¿No hay que hacer distinción de leyes entre el natural y el extranjero,…?

 

            16Una misma ley y un mismo decreto tendréis, vosotros y el extranjero que con vosotros mora.” (Núm. 15:16)

 

29El nacido entre los hijos de Israel, y el extranjero que habitare entre ellos, una misma ley tendréis para el que hiciere algo por yerro.” (Núm. 15:29)

 

¿Cuándo el pecado de un pueblo es por ignorancia, se somete a la ley dicho pueblo,…?

 

24si el pecado fue hecho por yerro con ignorancia de la congregación, toda la congregación ofrecerá un novillo por holocausto en olor grato a Jesús, con su ofrenda y su libación conforme a la ley, y un macho cabrío en expiación.” (Núm. 15:24)

 

¿Cuándo se puede olvidar de la ley,…?

 

4No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, ni de los príncipes la sidra; 5No sea que bebiendo olviden la ley, y perviertan el derecho de todos los afligidos.” (Prov. 31:4-5)

 

¿Cuándo la ley sale debilitada,…?

 

2¿Hasta cuándo, oh Jesús, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás? 3¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que vea molestia? Destrucción y violencia están delante de , y pleito y contienda se levantan. 4Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio no sale según la verdad; por cuanto el impío asedia al justo, por eso sale torcida la justicia.” (Hab. 1:2-4)

 

¿Cuándo el apóstol Pablo hablaba utilizaba la ley de Moisés como los profetas para testificar del reino de Dios y de Jesús,…?

 

23Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas. 24Y algunos asentían a lo que se decía, pero otros no creían.” (Hech. 28:23-24)

 

¿Cuándo cumplir las fiestas de la ley no tiene ningún valor,… y porque Dios se hastió de ellas,…?

 

10Príncipes de Sodoma, oíd la palabra de Jesús; escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra. 11¿Para qué me sirve, dice Jesús, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos. 12¿Quién demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de para hollar mis atrios? 13No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de sábado, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes. 14Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas. 15Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos. 16Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; 17aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. 18Venid luego, dice Jesús, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. 19Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra; 20si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Jesús lo ha dicho.” (Isa. 1:10-20)

 

¿Cuándo la ley anula las promesas,…?

 

13Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe. 14Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa. 15Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión. 16Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros 17(como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. 18El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. 19Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. 20Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, 21plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido; 22por lo cual también su fe le fue contada por justicia. 23Y no solamente con respecto a él se escribió que le fue contada, 24sino también con respecto a nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro, 25el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.” (Rom. 4:13-16)

 

¿Cuándo no estamos bajo la ley,…?

 

16Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. 17Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. 18Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. 19Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. 22Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” (Gál. 5:18-22)

 

¿Cuándo se cambia el sacerdocio se cambia la ley,…?

 

4Considerad, pues, cuán grande era éste, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín. 5Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham. 6Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas. 7Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor. 8Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive. 9Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos; 10porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro. 11Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón? 12Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley; 13y aquel de quien se dice esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar. 14Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio. 15Y esto es aun más manifiesto, si a semejanza de Melquisedec se levanta un sacerdote distinto, 16no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de una vida indestructible. 17Pues se da testimonio de él: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec. 18Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia 19(pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios. 20Y esto no fue hecho sin juramento; 21porque los otros ciertamente sin juramento fueron hechos sacerdotes; pero éste, con el juramento del que le dijo: Juró el Señor, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec. 22Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto. 23Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; 24mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; 25por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. 26Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; 27que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. 28Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre.” (Heb. 7:4-28)

 

¿Cuándo nos hacemos transgresores de la ley,…?

 

¿El que transgrede en un punto de la ley es transgresor de toda la ley,…?8Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis; 9pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores. 10Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. 11Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley. 12Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad. 13Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio.” (Sant. 2:8-13)

 

¿Cuándo se murmura de la ley y se juzga a la ley,…?

 

11Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez. 12Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?” (Sant. 4:11-12)

 

¿Hasta cuando las personas huirán de la ley,…?

 

8Ve, pues, ahora, y escribe esta visión en una tabla delante de ellos, y regístrala en un libro, para que quede hasta el día postrero, eternamente y para siempre. 9Porque este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quisieron oír la ley de Jesús; 10que dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas halagüeñas, profetizad mentiras; 11dejad el camino, apartaos de la senda, quitad de nuestra presencia al Santo de Israel. 12Por tanto, el Santo de Israel dice así: Porque desechasteis esta palabra, y confiasteis en violencia y en iniquidad, y en ello os habéis apoyado; 13por tanto, os será este pecado como grieta que amenaza ruina, extendiéndose en una pared elevada, cuya caída viene súbita y repentinamente. 14Y se quebrará como se quiebra un vaso de alfarero, que sin misericordia lo hacen pedazos; tanto, que entre los pedazos no se halla tiesto para traer fuego del hogar, o para sacar agua del pozo. 15Porque así dijo Jesús el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis, 16sino que dijisteis: No, antes huiremos en caballos; por tanto, vosotros huiréis. Sobre corceles veloces cabalgaremos; por tanto, serán veloces vuestros perseguidores. 17Un millar huirá a la amenaza de uno; a la amenaza de cinco huiréis vosotros todos, hasta que quedéis como mástil en la cumbre de un monte, y como bandera sobre una colina.” (Isa. 30:8-17) Obsérvese que huyen las personas de la ley hasta que llegan a quedar como mástil en la cumbre de un monte, y como bandera sobre una colina

 

¿Hasta cuándo dura la ley,…?

 

17No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. 18Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.” (Mat. 5:17-18)

 

¿Hasta cuándo dura la ley en una persona,…? 1¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive? 2Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido. 3Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera.” (Rom. 7:1-3)

 

39La mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor. 40Pero a mi juicio, más dichosa será si se quedare así; y pienso que también yo tengo el Espíritu de Dios.” (1Cor. 7:39-40)

 

¿Existe en la fe la ley,…?

 

            27¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe.” (Rom. 3:27)

 

¿Existía hombres después de la muerte de Cristo que se deleitaban en la ley de Dios,…?

 

21Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en . 22Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; 23pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. 24¡Miserable de ! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? 25Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.” (Rom. 7:21-25)

 

¿Después de la muerte de Cristo los apóstoles continuaron leyendo la ley,…?

 

13Habiendo zarpado de Pafos, Pablo y sus compañeros arribaron a Perge de Panfilia; pero Juan, apartándose de ellos, volvió a Jerusalén. 14Ellos, pasando de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia; y entraron en la sinagoga un día de sábado y se sentaron. 15Y después de la lectura de la ley y de los profetas, los principales de la sinagoga mandaron a decirles: Varones hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad.” (Hech. 13:13-15)

 

¿Después de la muerte de Cristo los judíos que creían en el evangelio eran celos de la ley,…?

 

17Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con gozo. 18Y al día siguiente Pablo entró con nosotros a ver a Jacobo, y se hallaban reunidos todos los ancianos; 19a los cuales, después de haberles saludado, les contó una por una las cosas que Dios había hecho entre los gentiles por su ministerio. 20Cuando ellos lo oyeron, glorificaron a Dios, y le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos millares de judíos hay que han creído; y todos son celosos por la ley.” (Hech. 21:17-21)

 

¿Después de la muerte de Cristo, qué acuerdo llegaron los que guardaban la ley con los apóstoles,… en cuanto a la ley,…?

 

5Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían creído, se levantaron diciendo: Es necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés. 6Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto. 7Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen. 8Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; 9y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones. 10Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? 11Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos. 12Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles. 13Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió diciendo: Varones hermanos, oídme. 14Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre. 15Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: 16Después de esto volveré y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; Y repararé sus ruinas, Y lo volveré a levantar, 17Para que el resto de los hombres busque al Señor, y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre, 18Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos. 19Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, 20sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre. 21Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de sábado.” (Hech. 15:5-21)

 

21Pero se les ha informado en cuanto a ti, que enseñas a todos los judíos que están entre los gentiles a apostatar de Moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos, ni observen las costumbres. 22¿Qué hay, pues? La multitud se reunirá de cierto, porque oirán que has venido. 23Haz, pues, esto que te decimos: Hay entre nosotros cuatro hombres que tienen obligación de cumplir voto. 24Tómalos contigo, purifícate con ellos, y paga sus gastos para que se rasuren la cabeza; y todos comprenderán que no hay nada de lo que se les informó acerca de ti, sino que tú también andas ordenadamente, guardando la ley. 25Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros les hemos escrito determinando que no guarden nada de esto; solamente que se abstengan de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación. 26Entonces Pablo tomó consigo a aquellos hombres, y al día siguiente, habiéndose purificado con ellos, entró en el templo, para anunciar el cumplimiento de los días de la purificación, cuando había de presentarse la ofrenda por cada uno de ellos.” (Hech. 21:21-26)

 

¿Después de la muerte de Cristo existían hombres piadosos según la ley,… que hacían milagros,…?

 

12Entonces uno llamado Ananías, varón piadoso según la ley, que tenía buen testimonio de todos los judíos que allí moraban, 13vino a , y acercándose, me dijo: Hermano Saulo, recibe la vista. Y yo en aquella misma hora recobré la vista y lo miré.” (Hech. 22:12-13)

 

¿Después de la muerte de Cristo el apóstol Pablo creía en todas las cosas que estaban en la ley,…?

 

10Habiéndole hecho señal el gobernador a Pablo para que hablase, éste respondió: Porque sé que desde hace muchos años eres juez de esta nación, con buen ánimo haré mi defensa. 11Como tú puedes cerciorarte, no hace más de doce días que subí a adorar a Jerusalén; 12y no me hallaron disputando con ninguno, ni amotinando a la multitud; ni en el templo, ni en las sinagogas ni en la ciudad; 13ni te pueden probar las cosas de que ahora me acusan. 14Pero esto te confieso, que según el Camino que ellos llaman herejía, así sirvo al Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas están escritas; 15teniendo esperanza en Dios, la cual ellos también abrigan, de que ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos.” (Hech. 24:10-15)

 

¿Los padres de Jesús cumplieron la ley,…?

 

39Después de haber cumplido con todo lo prescrito en la ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. 40Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él.” (Luc. 2:39-40)

 

¿Dónde mando a poner Dios la ley escrita por Moisés,…?

 

24Y cuando acabó Moisés de escribir las palabras de esta ley en un libro hasta concluirse, 25dio órdenes Moisés a los levitas que llevaban el arca del pacto de Jesús, diciendo: 26Tomad este libro de la ley, y ponedlo al lado del arca del pacto de Jesús vuestro Dios, y esté allí por testigo contra ti.” (Deut. 31:24-26)

 

¿Dónde está sellada la ley,…?

 

            16Ata el testimonio, sella la ley entre mis discípulos.” (Isa. 8:16)

 

¿Dónde está la ley en el nuevo pacto,…?

 

1Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, 2ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre. 3Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer. 4Así que, si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley; 5los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte. 6Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. 7Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo. 8Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto; 9No como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; Porque ellos no permanecieron en mi pacto, y yo me desentendí de ellos, dice el Señor. 10Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; Y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo; 11Y ninguno enseñará a su prójimo, Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos. 12Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades. 13Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.” (Heb. 8:1-13)

 

¿De dónde sale la ley cuando el monte de la casa de Jesús sea confirmado como cabeza de los montes,…?

 

2Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jesús como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. 3Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jesús, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jesús. 4Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.” (Isa. 2:2-4)

 

1Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jesús será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos. 2Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jesús, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jesús. 3Y él juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos; y martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se ensayarán más para la guerra. 4Y se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien los amedrente; porque la boca de Jesús de los ejércitos lo ha hablado.” (Miq. 4:1-4)

 

¿De dónde sale la ley para luz de los pueblos,…? 3Ciertamente consolará Jesús a Sion; consolará todas sus soledades, y cambiará su desierto en paraíso, y su soledad en huerto de Jesús; se hallará en ella alegría y gozo, alabanza y voces de canto. 4Estad atentos a mí, pueblo mío, y oídme, nación mía; porque de mí saldrá la ley, y mi justicia para luz de los pueblos. 5Cercana está mi justicia, ha salido mi salvación, y mis brazos juzgarán a los pueblos; a mí me esperan los de la costa, y en mi brazo ponen su esperanza. 6Alzad a los cielos vuestros ojos, y mirad abajo a la tierra; porque los cielos serán deshechos como humo, y la tierra se envejecerá como ropa de vestir, y de la misma manera perecerán sus moradores; pero mi salvación será para siempre, mi justicia no perecerá.” (Isa. 51:3-6)

 

¿Quién dio las leyes a Moisés,…?

 

            12Entonces Jesús dijo a Moisés: Sube a mí al monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarles.” (Éxo. 24:12)

 

¿Quién da la ley a los astros,…?

 

35Así ha dicho Jesús, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar, y braman sus ondas; Jesús de los ejércitos es su nombre: 36Si faltaren estas leyes delante de , dice Jesús, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de eternamente.” (Jer. 31:35-36)

 

¿Quién hecha las leyes de Dios a sus espaldas y que le dice Dios a estas personas,…?

 

16Pero al malo dijo Dios: ¿Qué tienes tú que hablar de mis leyes, y que tomar mi pacto en tu boca? 17Pues tú aborreces la corrección, y hechas a tu espalda mis palabras. 18Si veías al ladrón, tú corrías con él, y con los adúlteros era tu parte. 19Tu boca metías en mal, y tu lengua componía engaño. 20Tomabas asiento, y hablabas contra tu hermano; Contra el hijo de tu madre ponías infamia. 21Estas cosas hiciste, y yo he callado; Pensabas que de cierto sería yo como ; Pero te reprenderé, y las pondré delante de tus ojos. 22Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios, No sea que os despedace, y no haya quien os libre. 23El que sacrifica alabanza me honrará; y al que ordenare su camino, Le mostraré la salvación de Dios.” (Sal. 51:16-23)

 

¿Quién le juzgara a la envejecida en adulterio,… por la ley de la adultera,…?

 

43Y dije respecto de la envejecida en adulterios: ¿Todavía cometerán fornicaciones con ella, y ella con ellos? 44Porque han venido a ella como quien viene a mujer ramera; así vinieron a Ahola y a Aholiba, mujeres depravadas. 45Por tanto, hombres justos las juzgarán por la ley de las adúlteras, y por la ley de las que derraman sangre; porque son adúlteras, y sangre hay en sus manos. 46Por lo que así ha dicho Jesús el Señor: Yo haré subir contra ellas tropas, las entregaré a turbación y a rapiña, 47y las turbas las apedrearán, y las atravesarán con sus espadas; matarán a sus hijos y a sus hijas, y sus casas consumirán con fuego. 48Y haré cesar la lujuria de la tierra, y escarmentarán todas las mujeres, y no harán según vuestras perversidades. 49Y sobre vosotras pondrán vuestras perversidades, y pagaréis los pecados de vuestra idolatría; y sabréis que yo soy Jesús el Señor.” (Eze. 23:43-49)

 

¿Quién piensa cambiar los tiempos y la ley,…?

 

23Dijo así: La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos, y a toda la tierra devorará, trillará y despedazará. 24Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el cual será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará. 25Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo. 26Pero se sentará el Juez, y le quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin, 27y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán.” (Dan. 7:23-27)

 

¿Quién promulgo la ley,…?

 

1Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo, 2que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. 3Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne; 4que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas; 5de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.” (Rom. 9:1-5)

 

¿Quién era irreprensible en cuando a la justicia que era por la ley,…?

 

2Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo. 3Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne. 4Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: 5circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; 6en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. 7Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. 8Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, 9y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; 10a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, 11si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.” (Fil. 3:2-11)

 

¿Por quién fue dada la ley,…?

 

            17Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.” (Juan 1:17)

 

19¿No os dio Moisés la ley, y ninguno de vosotros cumple la ley? ¿Por qué procuráis matarme?” (Juan 7:19)

 

¿Quiénes no proceden según la ley de Dios,…?

 

84¿Cuántos son los días de tu siervo? ¿Cuándo harás juicio contra los que me persiguen? 85Los soberbios me han cavado hoyos; Mas no proceden según tu ley.” (Sal. 119:84-85)

 

¿Quiénes se alejan de la ley,…?

 

¿Los que persiguen a los siervos de Dios se alejan de la ley,…?122Afianza a tu siervo para bien; No permitas que los soberbios me opriman,… 150Se acercaron a la maldad los que me persiguen; Se alejaron de tu ley.” (Sal. 119:122-146)

 

¿Quiénes están obligados a guardar toda la ley,…?

 

1Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. 2He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. 3Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley. 4De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído. 5Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia; 6porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor. 7Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad?” (Gál. 5:1-7)

 

¿Quiénes no están bajo la ley,…?

 

16Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. 17Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. 18Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. 19Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. 22Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” (Gál. 5:18-22)

 

¿Quiénes quieren guardar la ley pero no pueden,…?

 

11Mirad con cuán grandes letras os escribo de mi propia mano. 12Todos los que quieren agradar en la carne, éstos os obligan a que os circuncidéis, solamente para no padecer persecución a causa de la cruz de Cristo. 13Porque ni aun los mismos que se circuncidan guardan la ley; pero quieren que vosotros os circuncidéis, para gloriarse en vuestra carne.” (Gál. 6:11-13)

 

¿De quienes se aleja la ley y el consejo,… para ser destruidos?

 

¿De los que son violentos y su tierra está llena de sangre,… la ley se aleja de ellos,...?23Haz una cadena, porque la tierra está llena de delitos de sangre, y la ciudad está llena de violencia. 24Traeré, por tanto, los más perversos de las naciones, los cuales poseerán las casas de ellos; y haré cesar la soberbia de los poderosos, y sus santuarios serán profanados. 25Destrucción viene; y buscarán la paz, y no la habrá. 26Quebrantamiento vendrá sobre quebrantamiento, y habrá rumor sobre rumor; y buscarán respuesta del profeta, mas la ley se alejará del sacerdote, y de los ancianos el consejo. 27El rey se enlutará, y el príncipe se vestirá de tristeza, y las manos del pueblo de la tierra temblarán; según su camino haré con ellos, y con los juicios de ellos los juzgaré; y sabrán que yo soy Jesús.” (Eze. 7:23-27)

 

¿A quién dio las leyes Dios,…?

 

5El estableció testimonio en Jacob, y puso ley en Israel, la cual mandó a nuestros padres que la notificasen a sus hijos; 6Para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; Y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos, 7A fin de que pongan en Dios su confianza, y no se olviden de las obras de Dios; Que guarden sus mandamientos, 8Y no sean como sus padres, Generación contumaz y rebelde; Generación que no dispuso su corazón, ni fue fiel para con Dios su espíritu.” (Sal. 78:5-8)

 

¿A quién Dios le juzga por la ley de la adultera,…?

 

1Vino a mí palabra de Jesús, diciendo: 2Hijo de hombre, notifica a Jerusalén sus abominaciones, 3y di: Así ha dicho Jesús el Señor sobre Jerusalén: Tu origen, tu nacimiento, es de la tierra de Canaán; tu padre fue amorreo, y tu madre hetea. 4Y en cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado tu ombligo, ni fuiste lavada con aguas para limpiarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas. 5No hubo ojo que se compadeciese de ti para hacerte algo de esto, teniendo de ti misericordia; sino que fuiste arrojada sobre la faz del campo, con menosprecio de tu vida, en el día que naciste. 6Y yo pasé junto a ti, y te vi sucia en tus sangres, y cuando estabas en tus sangres te dije: ¡Vive! Sí, te dije, cuando estabas en tus sangres: ¡Vive! 7Te hice multiplicar como la hierba del campo; y creciste y te hiciste grande, y llegaste a ser muy hermosa; tus pechos se habían formado, y tu pelo había crecido; pero estabas desnuda y descubierta. 8Y pasé yo otra vez junto a ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y te di juramento y entré en pacto contigo, dice Jesús el Señor, y fuiste mía. 9Te lavé con agua, y lavé tus sangres de encima de ti, y te ungí con aceite; 10y te vestí de bordado, te calcé de tejón, te ceñí de lino y te cubrí de seda. 11Te atavié con adornos, y puse brazaletes en tus brazos y collar a tu cuello. 12Puse joyas en tu nariz, y zarcillos en tus orejas, y una hermosa diadema en tu cabeza. 13Así fuiste adornada de oro y de plata, y tu vestido era de lino fino, seda y bordado; comiste flor de harina de trigo, miel y aceite; y fuiste hermoseada en extremo, prosperaste hasta llegar a reinar. 14Y salió tu renombre entre las naciones a causa de tu hermosura; porque era perfecta, a causa de mi hermosura que yo puse sobre ti, dice Jesús el Señor. 15Pero confiaste en tu hermosura, y te prostituiste a causa de tu renombre, y derramaste tus fornicaciones a cuantos pasaron; suya eras. 16Y tomaste de tus vestidos, y te hiciste diversos lugares altos, y fornicaste sobre ellos; cosa semejante nunca había sucedido, ni sucederá más. 17Tomaste asimismo tus hermosas alhajas de oro y de plata que yo te había dado, y te hiciste imágenes de hombre y fornicaste con ellas; 18y tomaste tus vestidos de diversos colores y las cubriste; y mi aceite y mi incienso pusiste delante de ellas. 19Mi pan también, que yo te había dado, la flor de la harina, el aceite y la miel, con que yo te mantuve, pusiste delante de ellas para olor agradable; y fue así, dice Jesús el Señor. 20Además de esto, tomaste tus hijos y tus hijas que habías dado a luz para , y los sacrificaste a ellas para que fuesen consumidos. ¿Eran poca cosa tus fornicaciones, 21para que degollases también a mis hijos y los ofrecieras a aquellas imágenes como ofrenda que el fuego consumía? 22Y con todas tus abominaciones y tus fornicaciones no te has acordado de los días de tu juventud, cuando estabas desnuda y descubierta, cuando estabas envuelta en tu sangre. 23Y sucedió que después de toda tu maldad (¡ay, ay de ti! dice Jesús el Señor), 24te edificaste lugares altos, y te hiciste altar en todas las plazas. 25En toda cabeza de camino edificaste lugar alto, e hiciste abominable tu hermosura, y te ofreciste a cuantos pasaban, y multiplicaste tus fornicaciones. 26Y fornicaste con los hijos de Egipto, tus vecinos, gruesos de carnes; y aumentaste tus fornicaciones para enojarme. 27Por tanto, he aquí que yo extendí contra ti mi mano, y disminuí tu provisión ordinaria, y te entregué a la voluntad de las hijas de los filisteos, que te aborrecen, las cuales se avergüenzan de tu camino deshonesto. 28Fornicaste también con los asirios, por no haberte saciado; y fornicaste con ellos y tampoco te saciaste. 29Multiplicaste asimismo tu fornicación en la tierra de Canaán y de los caldeos, y tampoco con esto te saciaste. 30¡Cuán inconstante es tu corazón, dice Jesús el Señor, habiendo hecho todas estas cosas, obras de una ramera desvergonzada, 31edificando tus lugares altos en toda cabeza de camino, y haciendo tus altares en todas las plazas! Y no fuiste semejante a ramera, en que menospreciaste la paga, 32sino como mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a ajenos. 33A todas las rameras les dan dones; mas tú diste tus dones a todos tus enamorados; y les diste presentes, para que de todas partes se llegasen a ti en tus fornicaciones. 34Y ha sucedido contigo, en tus fornicaciones, lo contrario de las demás mujeres: porque ninguno te ha solicitado para fornicar, y tú das la paga, en lugar de recibirla; por esto has sido diferente. 35Por tanto, ramera, oye palabra de Jesús. 36Así ha dicho Jesús el Señor: Por cuanto han sido descubiertas tus desnudeces en tus fornicaciones, y tu confusión ha sido manifestada a tus enamorados, y a los ídolos de tus abominaciones, y en la sangre de tus hijos, los cuales les diste; 37por tanto, he aquí que yo reuniré a todos tus enamorados con los cuales tomaste placer, y a todos los que amaste, con todos los que aborreciste; y los reuniré alrededor de ti y les descubriré tu desnudez, y ellos verán toda tu desnudez. 38Y yo te juzgaré por las leyes de las adúlteras, y de las que derraman sangre; y traeré sobre ti sangre de ira y de celos. 39Y te entregaré en manos de ellos; y destruirán tus lugares altos, y derribarán tus altares, y te despojarán de tus ropas, se llevarán tus hermosas alhajas, y te dejarán desnuda y descubierta. 40Y harán subir contra ti muchedumbre de gente, y te apedrearán, y te atravesarán con sus espadas. 41Quemarán tus casas a fuego, y harán en ti juicios en presencia de muchas mujeres; y así haré que dejes de ser ramera, y que ceses de prodigar tus dones. 42Y saciaré mi ira sobre ti, y se apartará de ti mi celo, y descansaré y no me enojaré más. 43Por cuanto no te acordaste de los días de tu juventud, y me provocaste a ira en todo esto, por eso, he aquí yo también traeré tu camino sobre tu cabeza, dice Jesús el Señor; pues ni aun has pensado sobre toda tu lujuria. 44He aquí, todo el que usa de refranes te aplicará a ti el refrán que dice: Cual la madre, tal la hija. 45Hija eres tú de tu madre, que desechó a su marido y a sus hijos; y hermana eres tú de tus hermanas, que desecharon a sus maridos y a sus hijos; vuestra madre fue hetea, y vuestro padre amorreo. 46Y tu hermana mayor es Samaria, ella y sus hijas, que habitan al norte de ti; y tu hermana menor es Sodoma con sus hijas, la cual habita al sur de ti. 47Ni aun anduviste en sus caminos, ni hiciste según sus abominaciones; antes, como si esto fuera poco y muy poco, te corrompiste más que ellas en todos tus caminos. 48Vivo yo, dice Jesús el Señor, que Sodoma tu hermana y sus hijas no han hecho como hiciste tú y tus hijas. 49He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso. 50Y se llenaron de soberbia, e hicieron abominación delante de , y cuando lo vi las quité. 51Y Samaria no cometió ni la mitad de tus pecados; porque tú multiplicaste tus abominaciones más que ellas, y has justificado a tus hermanas con todas las abominaciones que tú hiciste. 52Tú también, que juzgaste a tus hermanas, lleva tu vergüenza en los pecados que tú hiciste, más abominables que los de ellas; más justas son que ; avergüénzate, pues, también, y lleva tu confusión, por cuanto has justificado a tus hermanas. 53Yo, pues, haré volver a sus cautivos, los cautivos de Sodoma y de sus hijas, y los cautivos de Samaria y de sus hijas, y haré volver los cautivos de tus cautiverios entre ellas, 54para que lleves tu confusión, y te avergüences de todo lo que has hecho, siendo motivo de consuelo para ellas. 55Y tus hermanas, Sodoma con sus hijas y Samaria con sus hijas, volverán a su primer estado; también y tus hijas volveréis a vuestro primer estado. 56No era tu hermana Sodoma digna de mención en tu boca en el tiempo de tus soberbias, 57antes que tu maldad fuese descubierta. Así también ahora llevas tú la afrenta de las hijas de Siria y de todas las hijas de los filisteos, las cuales por todos lados te desprecian. 58Sufre tú el castigo de tu lujuria y de tus abominaciones, dice Jesús. 59Pero más ha dicho Jesús el Señor: ¿Haré yo contigo como hiciste, que menospreciaste el juramento para invalidar el pacto? 60Antes yo tendré memoria de mi pacto que concerté contigo en los días de tu juventud, y estableceré contigo un pacto sempiterno. 61Y te acordarás de tus caminos y te avergonzarás, cuando recibas a tus hermanas, las mayores que y las menores que , las cuales yo te daré por hijas, mas no por tu pacto, 62sino por mi pacto que yo confirmaré contigo; y sabrás que yo soy Jesús; 63para que te acuerdes y te avergüences, y nunca más abras la boca, a causa de tu vergüenza, cuando yo perdone todo lo que hiciste, dice Jesús el Señor.” (Eze. 16:1-63)

 

¿A quién le juzgan no por las leyes de Dios,… sino por las leyes de las demás naciones,…?

 

22Por tanto, Aholiba, así ha dicho Jesús el Señor: He aquí que yo suscitaré contra ti a tus amantes, de los cuales se hastió tu alma, y les haré venir contra ti en derredor; 23los de Babilonia, y todos los caldeos, los de Pecod, Soa y Coa, y todos los de Asiria con ellos; jóvenes codiciables, gobernadores y capitanes, nobles y varones de renombre, que montan a caballo todos ellos. 24Y vendrán contra ti carros, carretas y ruedas, y multitud de pueblos. Escudos, paveses y yelmos pondrán contra ti en derredor; y yo pondré delante de ellos el juicio, y por sus leyes te juzgarán. 25Y pondré mi celo contra ti, y procederán contigo con furor; te quitarán tu nariz y tus orejas, y lo que te quedare caerá a espada. Ellos tomarán a tus hijos y a tus hijas, y tu remanente será consumido por el fuego. 26Y te despojarán de tus vestidos, y te arrebatarán todos los adornos de tu hermosura. 27Y haré cesar de ti tu lujuria, y tu fornicación de la tierra de Egipto; y no levantarás ya más a ellos tus ojos, ni nunca más te acordarás de Egipto. 28Porque así ha dicho Jesús el Señor: He aquí, yo te entrego en mano de aquellos que aborreciste, en mano de aquellos de los cuales se hastió tu alma; 29los cuales procederán contigo con odio, y tomarán todo el fruto de tu labor, y te dejarán desnuda y descubierta; y se descubrirá la inmundicia de tus fornicaciones, y tu lujuria y tu prostitución. 30Estas cosas se harán contigo porque fornicaste en pos de las naciones, con las cuales te contaminaste en sus ídolos. 31En el camino de tu hermana anduviste; yo, pues, pondré su cáliz en tu mano. 32Así ha dicho Jesús el Señor: Beberás el hondo y ancho cáliz de tu hermana, que es de gran capacidad; de ti se mofarán las naciones, y te escarnecerán. 33Serás llena de embriaguez y de dolor por el cáliz de soledad y de desolación, por el cáliz de tu hermana Samaria. 34Lo beberás, pues, y lo agotarás, y quebrarás sus tiestos; y rasgarás tus pechos, porque yo he hablado, dice Jesús el Señor. 35Por tanto, así ha dicho Jesús el Señor: Por cuanto te has olvidado de , y me has echado tras tus espaldas, por eso, lleva también tu lujuria y tus fornicaciones.” (Eze. 23:22-31)

 

¿A quienes alaban los que dejan la ley,…?

 

4Los que dejan la ley alaban a los impíos; Mas los que la guardan contenderán con ellos.” (Prov. 28:4)

 

¿Para quienes no es la ley,…?

 

8Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente; 9conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, 10para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina, 11según el glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado.” (1Tim. 1:8-11)

 

¿Cuánto tiempo podemos dedicar a meditar en la ley de Dios,…?

 

97¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación.” (Sal. 119:97)

 

¿Cuánto tiempo demoro a Dios dar la ley a los hombres,…?

 

            13Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan.” (Mat. 11:13)

 

¿Cuál es la ley de la casa de Jesús,… que dio Dios a Ezequiel,…?

 

10Tú, hijo de hombre, muestra a la casa de Israel esta casa, y avergüéncense de sus pecados; y midan el diseño de ella. 11Y si se avergonzaren de todo lo que han hecho, hazles entender el diseño de la casa, su disposición, sus salidas y sus entradas, y todas sus formas, y todas sus descripciones, y todas sus configuraciones, y todas sus leyes; y descríbelo delante de sus ojos, para que guarden toda su forma y todas sus reglas, y las pongan por obra. 12Esta es la ley de la casa: Sobre la cumbre del monte, el recinto entero, todo en derredor, será santísimo. He aquí que esta es la ley de la casa.” (Eze. 43:10-12)

 

¿Cuál es el primero y segundo mandamiento de la ley,…?

 

35Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: 36Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? 37Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38Este es el primero y grande mandamiento. 39Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.” (Mat. 22:35-39)

 

¿Cuál es el fin de la ley,…?

 

4porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree. 5Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga estas cosas, vivirá por ellas. 6Pero la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo); 7o, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos). 8Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: 9que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. 11Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. 12Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; 13porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” (Rom. 10:4-12)

 

¿Cómo debemos pedir a Dios que nos de su ley,…?

 

29Aparta de mí el camino de la mentira, y en tu misericordia concédeme tu ley.” (Sal. 119:29)

 

¿Cómo hay que actuar frente a las leyes que da Dios para no olvidarlo y temerle,…?

 

1Estos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jesús vuestro Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra a la cual pasáis vosotros para tomarla; 2para que temas a Jesús tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados. 3Oye, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y os multipliquéis, como te ha dicho Jesús el Dios de tus padres. 4Oye, Israel: Jesús nuestro Dios, Jesús uno es. 5Y amarás a Jesús tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. 6Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. 8Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; 9y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.” (Deut. 6:1-8)

 

¿Cómo hay que proceder frente a las leyes que nos enseñan los jueces y sacerdotes,…?

 

8Cuando alguna cosa te fuere difícil en el juicio, entre una clase de homicidio y otra, entre una clase de derecho legal y otra, y entre una clase de herida y otra, en negocios de litigio en tus ciudades; entonces te levantarás y recurrirás al lugar que Jesús tu Dios escogiere; 9y vendrás a los sacerdotes levitas, y al juez que hubiere en aquellos días, y preguntarás; y ellos te enseñarán la sentencia del juicio. 10Y harás según la sentencia que te indiquen los del lugar que Jesús escogiere, y cuidarás de hacer según todo lo que te manifiesten. 11Según la ley que te enseñen, y según el juicio que te digan, harás; no te apartarás ni a diestra ni a siniestra de la sentencia que te declaren. 12Y el hombre que procediere con soberbia, no obedeciendo al sacerdote que está para ministrar allí delante de Jesús tu Dios, o al juez, el tal morirá; y quitarás el mal de en medio de Israel. 13Y todo el pueblo oirá, y temerá, y no se ensoberbecerá.” (Deut. 17:8-13)

 

¿Cómo comportarse con los reyes frente a las leyes de Dios,… para que su reino sea prolongado,…?

 

14Cuando hayas entrado en la tierra que Jesús tu Dios te da, y tomes posesión de ella y la habites, y digas: Pondré un rey sobre mí, como todas las naciones que están en mis alrededores; 15ciertamente pondrás por rey sobre ti al que Jesús tu Dios escogiere; de entre tus hermanos pondrás rey sobre ti; no podrás poner sobre ti a hombre extranjero, que no sea tu hermano. 16Pero él no aumentará para sí caballos, ni hará volver al pueblo a Egipto con el fin de aumentar caballos; porque Jesús os ha dicho: No volváis nunca por este camino. 17Ni tomará para sí muchas mujeres, para que su corazón no se desvíe; ni plata ni oro amontonará para sí en abundancia. 18Y cuando se siente sobre el trono de su reino, entonces escribirá para sí en un libro una copia de esta ley, del original que está al cuidado de los sacerdotes levitas; 19y lo tendrá consigo, y leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Jesús su Dios, para guardar todas las palabras de esta ley y estos estatutos, para ponerlos por obra; 20para que no se eleve su corazón sobre sus hermanos, ni se aparte del mandamiento a diestra ni a siniestra; a fin de que prolongue sus días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.” (Deut. 17:14-20)

 

¿Cómo actúa el siervo de Jesús hasta que las naciones esperen la ley,…?

 

1He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones. 2No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles. 3No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia. 4No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia; y las costas esperarán su ley.” (Isa. 42:1-4)

 

¿Cómo los sacerdotes tienen que predicar la ley de Dios,…?

 

3He aquí, yo os dañaré la sementera, y os echaré al rostro el estiércol, el estiércol de vuestros animales sacrificados, y seréis arrojados juntamente con él. 4Y sabréis que yo os envié este mandamiento, para que fuese mi pacto con Leví, ha dicho Jesús de los ejércitos. 5Mi pacto con él fue de vida y de paz, las cuales cosas yo le di para que me temiera; y tuvo temor de , y delante de mi nombre estuvo humillado. 6La ley de verdad estuvo en su boca, e iniquidad no fue hallada en sus labios; en paz y en justicia anduvo conmigo, y a muchos hizo apartar de la iniquidad. 7Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su boca el pueblo buscará la ley; porque mensajero es de Jesús de los ejércitos.” (Mal. 2:3-7)

 

¿Cómo se comportaron los intérpretes de la ley en los días de Juan,…?

 

            30Mas los fariseos y los intérpretes de la ley desecharon los designios de Dios respecto de sí mismos, no siendo bautizados por Juan.” (Luc. 7:30)

 

¿Los intérpretes de la ley quitaron las llaves de la ciencia,…?52¡Ay de vosotros, intérpretes de la ley! porque habéis quitado la llave de la ciencia; vosotros mismos no entrasteis, y a los que entraban se lo impedisteis.” (Luc. 11:52)

 

¿Cómo considera la ley a las personas en las cuales les es enviada la palabra de Dios,…?

 

31Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle. 32Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis? 33Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios. 34Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? 35Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada), 36¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy? 37Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis. 38Mas si las hago, aunque no me creáis a , creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en , y yo en el Padre. 39Procuraron otra vez prenderle, pero él se escapó de sus manos.” (Juan 10:31-38)

 

¿Cómo la justicia de la ley llega a las personas que viven según el Espíritu,…?

 

¿La ley del Espíritu en Cristo Jesús nos libra de la ley del pecado,…?14Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado. 15Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. 16Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. 17De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en . 18Y yo sé que en , esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en , pero no el hacerlo. 19Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. 21Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en . 22Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; 23pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. 24¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? 25Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado. 1Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 2Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. 3Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; 4para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 5Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. 6Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. 7Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; 8y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. 9Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. 10Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia. 11Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. 12Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; 13porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.” (Rom. 7:14-25; Rom. 8:1-13)

 

¿Cómo saber si estamos cumpliendo la ley,…?

 

8No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. 9Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 10El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.” (Rom. 13:8-10)

 

13Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. 14Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 15Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros.” (Gál. 5:13-15)

 

¿Cómo actuaba el apóstol Pablo con los que estaban con la ley o no estaban,…?

 

20Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; 21a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley. 22Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos.” (1Cor. 9:20-22)

 

En griego la lengua original del nuevo testamento 1Corintios 9:20-22 está escrito como: “20καὶ [Pero (Mat. 1:25) Y (Mat.2:4) Me] ἐγενόμην [hecho (1Cor. 9:22)] τοι̂ς [a los]  Ἰουδαίοις [Judíos (Mar. 7:3)] ὡς [como] Ἰουδαι̂ος [Judío (Mar. 7:3)], ἵνα [y así a los (Mar. 4:21)] Ἰουδαίους [Judíos (Mar. 7:3)] κερδήσω· [ganarlos (Mat. 19:26)] τοι̂ς [a los]  ὑπὸ [que están bajo (Juan 1:48)] νόμον [ley (Rom. 3:27)]  ὡς [como] ὑπὸ [bajo (Juan 1:48)] νόμον [ley (Rom. 3:27)], μὴ ὢν αὐτὸς [porque yo mismo estoy (Mar. 4:38; Mar. 6:17)]  ὑπὸ [bajo (Juan 1:48)] νόμον [ley (Rom. 3:27)], ἵνα [y así (Mar. 4:21)] τοὺς [a los]  ὑπὸ [que estaban bajo (Juan 1:48)] νόμον [ley (Rom. 3:27)] κερδήσω· [ganarlos (Mat. 19:26)] 21τοι̂ς [a los que]  ἀνόμοις [transgreden la ley (Rom. 3:27)] ὡς [como] ἄνομος [inicuo (2tes. 2:8)], μὴ ὢν ἄνομος [porque yo mismo transgredido la ley de (Mar. 4:38; Mar. 6:17)]  θεου̂ [Dios] ἀλλʼ [pero (Mat. 19:26)]  ἔννομος [sujetándome a] Χριστου̂ [Jesucristo (Mat. 1:1)], ἵνα [y así (Mar. 4:21)] κερδάνω [ganarlos (Mat. 19:26)] τοὺς [a los]  ἀνόμους· [transgresores de la ley (Rom. 3:27)]  22ἐγενόμην τοι̂ς ἀσθενέσιν ἀσθενής, ἵνα τοὺς ἀσθενει̂ς κερδήσω· τοι̂ς πα̂σιν γέγονα πάντα, ἵνα πάντως τινὰς σώσω. ” (1Cor. 9:20-22)

 

12Cuando envíe a ti a Artemas o a Tíquico, apresúrate a venir a mí en Nicópolis, porque allí he determinado pasar el invierno. 13A Zenas intérprete de la ley, y a Apolos, encamínales con solicitud, de modo que nada les falte. 14Y aprendan también los nuestros a ocuparse en buenas obras para los casos de necesidad, para que no sean sin fruto.” (Tit. 3:12-14)

 

¿Cómo cumplimos la ley de Cristo,…?

 

1Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que también seas tentado. 2Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. 3Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña. 4Así que, cada uno someta a prueba su propia obra, y entonces tendrá motivo de gloriarse sólo respecto de sí mismo, y no en otro; 5porque cada uno llevará su propia carga.” (Gál. 5:1-5)

           

Precauciones frente a la ley,…

 

            ¿Puede ser la ley tenida como cosa extraña,…?12Le escribí las grandezas de mi ley, y fueron tenidas por cosa extraña.” (Oseas 8:12)

 

¿No hay que cargar con cargas a los hombres para que obedezcan la ley,… esto hacen en los días de Jesús,…?45Respondiendo uno de los intérpretes de la ley, le dijo: Maestro, cuando dices esto, también nos afrentas a nosotros. 46Y él dijo: ¡Ay de vosotros también, intérpretes de la ley! porque cargáis a los hombres con cargas que no pueden llevar, pero vosotros ni aun con un dedo las tocáis.” (Luc. 11:45-46)

 

¿Hay personas que se desvían de la fe,… al quererse ser doctores de la ley,…?3Como te rogué que te quedases en Efeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina, 4ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es por fe, así te encargo ahora. 5Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida, 6de las cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería, 7queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman.” (1Tim. 1:3-7)

 

Consecuencias de no oír y hacer todos los mandamientos de Dios,… y desdeñar sus decretos y despreciar con el alma sus estatutos,…

 

14Pero si no me oyereis, ni hiciereis todos estos mis mandamientos, 15y si desdeñareis mis decretos, y vuestra alma menospreciare mis estatutos, no ejecutando todos mis mandamientos, e invalidando mi pacto, 16yo también haré con vosotros esto: enviaré sobre vosotros terror, extenuación y calentura, que consuman los ojos y atormenten el alma; y sembraréis en vano vuestra semilla, porque vuestros enemigos la comerán. 17Pondré mi rostro contra vosotros, y seréis heridos delante de vuestros enemigos; y los que os aborrecen se enseñorearán de vosotros, y huiréis sin que haya quien os persiga.

 

18Y si aun con estas cosas no me oyereis, yo volveré a castigaros siete veces más por vuestros pecados. 19Y quebrantaré la soberbia de vuestro orgullo, y haré vuestro cielo como hierro, y vuestra tierra como bronce. 20Vuestra fuerza se consumirá en vano, porque vuestra tierra no dará su producto, y los árboles de la tierra no darán su fruto.

 

21Si anduviereis conmigo en oposición, y no me quisiereis oír, yo añadiré sobre vosotros siete veces más plagas según vuestros pecados. 22Enviaré también contra vosotros bestias fieras que os arrebaten vuestros hijos, y destruyan vuestro ganado, y os reduzcan en número, y vuestros caminos sean desiertos. 

 

23Y si con estas cosas no fuereis corregidos, sino que anduviereis conmigo en oposición, 24yo también procederé en contra de vosotros, y os heriré aún siete veces por vuestros pecados. 25Traeré sobre vosotros espada vengadora, en vindicación del pacto; y si buscareis refugio en vuestras ciudades, yo enviaré pestilencia entre vosotros, y seréis entregados en mano del enemigo. 26Cuando yo os quebrante el sustento del pan, cocerán diez mujeres vuestro pan en un horno, y os devolverán vuestro pan por peso; y comeréis, y no os saciaréis.

 

27Si aun con esto no me oyereis, sino que procediereis conmigo en oposición, 28yo procederé en contra de vosotros con ira, y os castigaré aún siete veces por vuestros pecados. 29Y comeréis la carne de vuestros hijos, y comeréis la carne de vuestras hijas. 30Destruiré vuestros lugares altos, y derribaré vuestras imágenes, y pondré vuestros cuerpos muertos sobre los cuerpos muertos de vuestros ídolos, y mi alma os abominará. 31Haré desiertas vuestras ciudades, y asolaré vuestros santuarios, y no oleré la fragancia de vuestro suave perfume. 32Asolaré también la tierra, y se pasmarán por ello vuestros enemigos que en ella moren; 33y a vosotros os esparciré entre las naciones, y desenvainaré espada en pos de vosotros; y vuestra tierra estará asolada, y desiertas vuestras ciudades. 34Entonces la tierra gozará sus días de reposo, todos los días que esté asolada, mientras vosotros estéis en la tierra de vuestros enemigos; la tierra descansará entonces y gozará sus días de reposo. 35Todo el tiempo que esté asolada, descansará por lo que no reposó en los días de reposo cuando habitabais en ella. 36Y a los que queden de vosotros infundiré en sus corazones tal cobardía, en la tierra de sus enemigos, que el sonido de una hoja que se mueva los perseguirá, y huirán como ante la espada, y caerán sin que nadie los persiga. 37Tropezarán los unos con los otros como si huyeran ante la espada, aunque nadie los persiga; y no podréis resistir delante de vuestros enemigos. 38Y pereceréis entre las naciones, y la tierra de vuestros enemigos os consumirá. 39Y los que queden de vosotros decaerán en las tierras de vuestros enemigos por su iniquidad; y por la iniquidad de sus padres decaerán con ellos. 40Y confesarán su iniquidad, y la iniquidad de sus padres, por su prevaricación con que prevaricaron contra ; y también porque anduvieron conmigo en oposición, 41yo también habré andado en contra de ellos, y los habré hecho entrar en la tierra de sus enemigos; y entonces se humillará su corazón incircunciso, y reconocerán su pecado. 42Entonces yo me acordaré de mi pacto con Jacob, y asimismo de mi pacto con Isaac, y también de mi pacto con Abraham me acordaré, y haré memoria de la tierra. 43Pero la tierra será abandonada por ellos, y gozará sus días de reposo, estando desierta a causa de ellos; y entonces se someterán al castigo de sus iniquidades; por cuanto menospreciaron mis ordenanzas, y su alma tuvo fastidio de mis estatutos. 44Y aun con todo esto, estando ellos en tierra de sus enemigos, yo no los desecharé, ni los abominaré para consumirlos, invalidando mi pacto con ellos; porque yo Jesús soy su Dios. 45Antes me acordaré de ellos por el pacto antiguo, cuando los saqué de la tierra de Egipto a los ojos de las naciones, para ser su Dios. Yo Jesús.” (Lev.26:14-45)

 

4Les dirás, pues: Así ha dicho Jesús: Si no me oyereis para andar en mi ley, la cual puse ante vosotros, 5para atender a las palabras de mis siervos los profetas, que yo os envío desde temprano y sin cesar, a los cuales no habéis oído, 6yo pondré esta casa como Silo, y esta ciudad la pondré por maldición a todas las naciones de la tierra.” (Jer. 26:4-6)

 

Consecuencias de apartar nuestro oído para no oír la ley,…

 

9El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominable.” (Prov. 28:9)

 

8Ve, pues, ahora, y escribe esta visión en una tabla delante de ellos, y regístrala en un libro, para que quede hasta el día postrero, eternamente y para siempre. 9Porque este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quisieron oír la ley de Jesús; 10que dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas halagüeñas, profetizad mentiras; 11dejad el camino, apartaos de la senda, quitad de nuestra presencia al Santo de Israel. 12Por tanto, el Santo de Israel dice así: Porque desechasteis esta palabra, y confiasteis en violencia y en iniquidad, y en ello os habéis apoyado; 13por tanto, os será este pecado como grieta que amenaza ruina, extendiéndose en una pared elevada, cuya caída viene súbita y repentinamente. 14Y se quebrará como se quiebra un vaso de alfarero, que sin misericordia lo hacen pedazos; tanto, que entre los pedazos no se halla tiesto para traer fuego del hogar, o para sacar agua del pozo. 15Porque así dijo Jesús el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis, 16sino que dijisteis: No, antes huiremos en caballos; por tanto, vosotros huiréis. Sobre corceles veloces cabalgaremos; por tanto, serán veloces vuestros perseguidores. 17Un millar huirá a la amenaza de uno; a la amenaza de cinco huiréis vosotros todos, hasta que quedéis como mástil en la cumbre de un monte, y como bandera sobre una colina.” (Isa. 30:8-17)

 

24¿Quién dio a Jacob en botín, y entregó a Israel a saqueadores? ¿No fue Jesús, contra quien pecamos? No quisieron andar en sus caminos, ni oyeron su ley. 25Por tanto, derramó sobre él el ardor de su ira, y fuerza de guerra; le puso fuego por todas partes, pero no entendió; y le consumió, mas no hizo caso.” (Isa. 42:24-25)

 

12y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jesús de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jesús de los ejércitos. 13Y aconteció que así como él clamó, y no escucharon, también ellos clamaron, y yo no escuché, dice Jesús de los ejércitos; 14sino que los esparcí con torbellino por todas las naciones que ellos no conocían, y la tierra fue desolada tras ellos, sin quedar quien fuese ni viniese; pues convirtieron en desierto la tierra deseable.” (Zac. 7:12-14)

 

Consecuencias de no poner por obra todas las palabras de la ley,…

 

58Si no cuidares de poner por obra todas las palabras de esta ley que están escritas en este libro, temiendo este nombre glorioso y temible: Jesús TU DIOS, 59entonces Jesús aumentará maravillosamente tus plagas y las plagas de tu descendencia, plagas grandes y permanentes, y enfermedades malignas y duraderas; 60y traerá sobre ti todos los males de Egipto, delante de los cuales temiste, y no te dejarán. 61Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley, Jesús la enviará sobre ti, hasta que seas destruido. 62Y quedaréis pocos en número, en lugar de haber sido como las estrellas del cielo en multitud, por cuanto no obedecisteis a la voz de Jesús tu Dios. 63Así como Jesús se gozaba en haceros bien y en multiplicaros, así se gozará Jesús en arruinaros y en destruiros; y seréis arrancados de sobre la tierra a la cual entráis para tomar posesión de ella. 64Y Jesús te esparcirá por todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo; y allí servirás a dioses ajenos que no conociste tú ni tus padres, al leño y a la piedra. 65Y ni aun entre estas naciones descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo; pues allí te dará Jesús corazón temeroso, y desfallecimiento de ojos, y tristeza de alma; 66y tendrás tu vida como algo que pende delante de ti, y estarás temeroso de noche y de día, y no tendrás seguridad de tu vida. 67Por la mañana dirás: ¡Quién diera que fuese la tarde! y a la tarde dirás: ¡Quién diera que fuese la mañana! por el miedo de tu corazón con que estarás amedrentado, y por lo que verán tus ojos. 68Y Jesús te hará volver a Egipto en naves, por el camino del cual te ha dicho: Nunca más volverás; y allí seréis vendidos a vuestros enemigos por esclavos y por esclavas, y no habrá quien os compre.” (Deut. 28:58-68)

 

¿Qué paso a Israel por no oír a Dios ni andar en las leyes de Dios,…?21Y sacaste a tu pueblo Israel de la tierra de Egipto con señales y portentos, con mano fuerte y brazo extendido, y con terror grande; 22y les diste esta tierra, de la cual juraste a sus padres que se la darías, la tierra que fluye leche y miel; 23y entraron, y la disfrutaron; pero no oyeron tu voz, ni anduvieron en tu ley; nada hicieron de lo que les mandaste hacer; por tanto, has hecho venir sobre ellos todo este mal. 24He aquí que con arietes han acometido la ciudad para tomarla, y la ciudad va a ser entregada en mano de los caldeos que pelean contra ella, a causa de la espada, del hambre y de la pestilencia; ha venido, pues, a suceder lo que dijiste, y he aquí lo estás viendo.” (Jer. 32:21-24)

 

Consecuencias de no tener cuidado de andar en la ley de Jesús Dios de Israel con todo el corazón,…

 

31Mas Jehú no cuidó de andar en la ley de Jesús Dios de Israel con todo su corazón, ni se apartó de los pecados de Jeroboam, el que había hecho pecar a Israel. 32En aquellos días comenzó Jesús a cercenar el territorio de Israel; y los derrotó Hazael por todas las fronteras, 33desde el Jordán al nacimiento del sol, toda la tierra de Galaad, de Gad, de Rubén y de Manasés, desde Aroer que está junto al arroyo de Arnón, hasta Galaad y Basán.” (2Rey. 10:21-33)

 

Consecuencias de no tener la ley y el testimonio,…

 

20¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido. 21Y pasarán por la tierra fatigados y hambrientos, y acontecerá que teniendo hambre, se enojarán y maldecirán a su rey y a su Dios, levantando el rostro en alto. 22Y mirarán a la tierra, y he aquí tribulación y tinieblas, oscuridad y angustia; y serán sumidos en las tinieblas.” (Isa. 8:20-22)

 

Consecuencias de no guardar la ley de Dios, ni tampoco la ley de las naciones,… y profanar su santuario con abominaciones,…

 

7Por tanto, así ha dicho Jesús: ¿Por haberos multiplicado más que las naciones que están alrededor de vosotros, no habéis andado en mis mandamientos, ni habéis guardado mis leyes? Ni aun según las leyes de las naciones que están alrededor de vosotros habéis andado. 8Así, pues, ha dicho Jesús el Señor: He aquí yo estoy contra ti; sí, yo, y haré juicios en medio de ti ante los ojos de las naciones. 9Y haré en ti lo que nunca hice, ni jamás haré cosa semejante, a causa de todas tus abominaciones. 10Por eso los padres comerán a los hijos en medio de ti, y los hijos comerán a sus padres; y haré en ti juicios, y esparciré a todos los vientos todo lo que quedare de ti. 11Por tanto, vivo yo, dice Jesús el Señor, ciertamente por haber profanado mi santuario con todas tus abominaciones, te quebrantaré yo también; mi ojo no perdonará, ni tampoco tendré yo misericordia. 12Una tercera parte de ti morirá de pestilencia y será consumida de hambre en medio de ti; y una tercera parte caerá a espada alrededor de ti; y una tercera parte esparciré a todos los vientos, y tras ellos desenvainaré espada.” (Eze. 5:7-12)

 

Consecuencias de no guardar la ley de Dios,… y hacerse como las demás familias de la tierra,…

 

15También yo les alcé mi mano en el desierto, jurando que no los traería a la tierra que les había dado, que fluye leche y miel, la cual es la más hermosa de todas las tierras; 16porque desecharon mis decretos, y no anduvieron en mis estatutos, y mis días de sábado profanaron, porque tras sus ídolos iba su corazón. 17Con todo, los perdonó mi ojo, pues no los maté, ni los exterminé en el desierto; 18antes dije en el desierto a sus hijos: No andéis en los estatutos de vuestros padres, ni guardéis sus leyes, ni os contaminéis con sus ídolos. 19Yo soy Jesús vuestro Dios; andad en mis estatutos, y guardad mis preceptos, y ponedlos por obra; 20y santificad mis días de sábado, y sean por señal entre y vosotros, para que sepáis que yo soy Jesús vuestro Dios. 21Mas los hijos se rebelaron contra ; no anduvieron en mis estatutos, ni guardaron mis decretos para ponerlos por obra, por los cuales el hombre que los cumpliere vivirá; profanaron mis días de sábado. Dije entonces que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en el desierto. 22Mas retraje mi mano a causa de mi nombre, para que no se infamase a la vista de las naciones ante cuyos ojos los había sacado. 23También les alcé yo mi mano en el desierto, jurando que los esparciría entre las naciones, y que los dispersaría por las tierras, 24porque no pusieron por obra mis decretos, sino que desecharon mis estatutos y profanaron mis días de sábado, y tras los ídolos de sus padres se les fueron los ojos. 25Por eso yo también les di estatutos que no eran buenos, y decretos por los cuales no podrían vivir. 26Y los contaminé en sus ofrendas cuando hacían pasar por el fuego a todo primogénito, para desolarlos y hacerles saber que yo soy Jesús. 27Por tanto, hijo de hombre, habla a la casa de Israel, y diles: Así ha dicho Jesús el Señor: Aun en esto me afrentaron vuestros padres cuando cometieron rebelión contra . 28Porque yo los traje a la tierra sobre la cual había alzado mi mano jurando que había de dársela, y miraron a todo collado alto y a todo árbol frondoso, y allí sacrificaron sus víctimas, y allí presentaron ofrendas que me irritan, allí pusieron también su incienso agradable, y allí derramaron sus libaciones. 29Y yo les dije: ¿Qué es ese lugar alto adonde vosotros vais? Y fue llamado su nombre Bama hasta el día de hoy. 30Di, pues, a la casa de Israel: Así ha dicho Jesús el Señor: ¿No os contamináis vosotros a la manera de vuestros padres, y fornicáis tras sus abominaciones? 31Porque ofreciendo vuestras ofrendas, haciendo pasar vuestros hijos por el fuego, os habéis contaminado con todos vuestros ídolos hasta hoy; ¿y he de responderos yo, casa de Israel? Vivo yo, dice Jesús el Señor, que no os responderé. 32Y no ha de ser lo que habéis pensado. Porque vosotros decís: Seamos como las naciones, como las demás familias de la tierra, que sirven al palo y a la piedra. 33Vivo yo, dice Jesús el Señor, que con mano fuerte y brazo extendido, y enojo derramado, he de reinar sobre vosotros; 34y os sacaré de entre los pueblos, y os reuniré de las tierras en que estáis esparcidos, con mano fuerte y brazo extendido, y enojo derramado; 35y os traeré al desierto de los pueblos, y allí litigaré con vosotros cara a cara. 36Como litigué con vuestros padres en el desierto de la tierra de Egipto, así litigaré con vosotros, dice Jesús el Señor. 37Os haré pasar bajo la vara, y os haré entrar en los vínculos del pacto; 38y apartaré de entre vosotros a los rebeldes, y a los que se rebelaron contra ; de la tierra de sus peregrinaciones los sacaré, mas a la tierra de Israel no entrarán; y sabréis que yo soy Jesús. 39Y a vosotros, oh casa de Israel, así ha dicho Jesús el Señor: Andad cada uno tras sus ídolos, y servidles, si es que a no me obedecéis; pero no profanéis más mi santo nombre con vuestras ofrendas y con vuestros ídolos. 40Pero en mi santo monte, en el alto monte de Israel, dice Jesús el Señor, allí me servirá toda la casa de Israel, toda ella en la tierra; allí los aceptaré, y allí demandaré vuestras ofrendas, y las primicias de vuestros dones, con todas vuestras cosas consagradas. 41Como incienso agradable os aceptaré, cuando os haya sacado de entre los pueblos, y os haya congregado de entre las tierras en que estáis esparcidos; y seré santificado en vosotros a los ojos de las naciones.” (Eze. 20:15-41)

 

Consecuencias de violar la ley los sacerdotes,… y contaminar el santuario de Dios,… y no hacer vallado y brecha a favor de la tierra para que Jesús no la destruya,…

 

23Vino a mí palabra de Jesús, diciendo: 24Hijo de hombre, di a ella: Tú no eres tierra limpia, ni rociada con lluvia en el día del furor. 25Hay conjuración de sus profetas en medio de ella, como león rugiente que arrebata presa; devoraron almas, tomaron haciendas y honra, multiplicaron sus viudas en medio de ella. 26Sus sacerdotes violaron mi ley, y contaminaron mis santuarios; entre lo santo y lo profano no hicieron diferencia, ni distinguieron entre inmundo y limpio; y de mis días de sábado apartaron sus ojos, y yo he sido profanado en medio de ellos. 27Sus príncipes en medio de ella son como lobos que arrebatan presa, derramando sangre, para destruir las almas, para obtener ganancias injustas. 28Y sus profetas recubrían con lodo suelto, profetizándoles vanidad y adivinándoles mentira, diciendo: Así ha dicho Jesús el Señor; y Jesús no había hablado. 29El pueblo de la tierra usaba de opresión y cometía robo, al afligido y menesteroso hacía violencia, y al extranjero oprimía sin derecho. 30Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de , a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé. 31Por tanto, derramé sobre ellos mi ira; con el ardor de mi ira los consumí; hice volver el camino de ellos sobre su propia cabeza, dice Jesús el Señor.” (Eze. 22:23-31)

 

4Sus profetas son livianos, hombres prevaricadores; sus sacerdotes contaminaron el santuario, falsearon la ley. 5Jesús en medio de ella es justo, no hará iniquidad; de mañana sacará a luz su juicio, nunca faltará; pero el perverso no conoce la vergüenza. 6Hice destruir naciones; sus habitaciones están asoladas; hice desiertas sus calles, hasta no quedar quien pase; sus ciudades están asoladas hasta no quedar hombre, hasta no quedar habitante. 7Dije: Ciertamente me temerá; recibirá corrección, y no será destruida su morada según todo aquello por lo cual la castigué. Más ellos se apresuraron a corromper todos sus hechos. 8Por tanto, esperadme, dice Jesús, hasta el día que me levante para juzgaros; porque mi determinación es reunir las naciones, juntar los reinos, para derramar sobre ellos mi enojo, todo el ardor de mi ira; por el fuego de mi celo será consumida toda la tierra.” (Sof. 3:4-8)

 

Consecuencias de violar la ley de Moisés,…

 

26Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, 27sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. 28El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. 29¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? 30Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. 31¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!” (Heb. 10:26-30)

 

Consecuencias de guardar la ley a Dios pero no con perfecto corazón,…

 

1De veinticinco años era Amasías cuando comenzó a reinar, y veintinueve años reinó en Jerusalén; el nombre de su madre fue Joadán, de Jerusalén. 2Hizo él lo recto ante los ojos de Jesús, aunque no de perfecto corazón. 3Y luego que fue confirmado en el reino, mató a los siervos que habían matado al rey su padre. 4Pero no mató a los hijos de ellos, según lo que está escrito en la ley, en el libro de Moisés, donde Jesús mandó diciendo: No morirán los padres por los hijos, ni los hijos por los padres; mas cada uno morirá por su pecado. 5Reunió luego Amasías a Judá, y con arreglo a las familias les puso jefes de millares y de centenas sobre todo Judá y Benjamín. Después puso en lista a todos los de veinte años arriba, y fueron hallados trescientos mil escogidos para salir a la guerra, que tenían lanza y escudo. 6Y de Israel tomó a sueldo por cien talentos de plata, a cien mil hombres valientes. 7Mas un varón de Dios vino a él y le dijo: Rey, no vaya contigo el ejército de Israel; porque Jesús no está con Israel, ni con todos los hijos de Efraín. 8Pero si vas así, si lo haces, y te esfuerzas para pelear, Dios te hará caer delante de los enemigos; porque en Dios está el poder, o para ayudar, o para derribar. 9Y Amasías dijo al varón de Dios: ¿Qué, pues, se hará de los cien talentos que he dado al ejército de Israel? Y el varón de Dios respondió: Jesús puede darte mucho más que esto. 10Entonces Amasías apartó el ejército de la gente que había venido a él de Efraín, para que se fuesen a sus casas; y ellos se enojaron grandemente contra Judá, y volvieron a sus casas encolerizados. 11Esforzándose entonces Amasías, sacó a su pueblo, y vino al Valle de la Sal, y mató de los hijos de Seir diez mil. 12Y los hijos de Judá tomaron vivos a otros diez mil, los cuales llevaron a la cumbre de un peñasco, y de allí los despeñaron, y todos se hicieron pedazos. 13Mas los del ejército que Amasías había despedido, para que no fuesen con él a la guerra, invadieron las ciudades de Judá, desde Samaria hasta Bet-horón, y mataron a tres mil de ellos, y tomaron gran despojo. 14Volviendo luego Amasías de la matanza de los edomitas, trajo también consigo los dioses de los hijos de Seir, y los puso ante sí por dioses, y los adoró, y les quemó incienso. 15Por esto se encendió la ira de Jesús contra Amasías, y envió a él un profeta, que le dijo: ¿Por qué has buscado los dioses de otra nación, que no libraron a su pueblo de tus manos? 16Y hablándole el profeta estas cosas, él le respondió: ¿Te han puesto a ti por consejero del rey? Déjate de eso. ¿Por qué quieres que te maten? Y cuando terminó de hablar, el profeta dijo luego: Yo sé que Dios ha decretado destruirte, porque has hecho esto, y no obedeciste mi consejo. 17Y Amasías rey de Judá, después de tomar consejo, envió a decir a Joás hijo de Joacaz, hijo de Jehú, rey de Israel: Ven, y veámonos cara a cara. 18Entonces Joás rey de Israel envió a decir a Amasías rey de Judá: El cardo que estaba en el Líbano envió al cedro que estaba en el Líbano, diciendo: Da tu hija a mi hijo por mujer. Y he aquí que las fieras que estaban en el Líbano pasaron, y hollaron el cardo. 19Tú dices: He aquí he derrotado a Edom; y tu corazón se enaltece para gloriarte. Quédate ahora en tu casa. ¿Para qué provocas un mal en que puedas caer tú y Judá contigo? 20Mas Amasías no quiso oír; porque era la voluntad de Dios, que los quería entregar en manos de sus enemigos, por cuanto habían buscado los dioses de Edom. 21Subió, pues, Joás rey de Israel, y se vieron cara a cara él y Amasías rey de Judá en la batalla de Bet-semes, la cual es de Judá. 22Pero cayó Judá delante de Israel, y huyó cada uno a su casa. 23Y Joás rey de Israel apresó en Bet-semes a Amasías rey de Judá, hijo de Joás, hijo de Joacaz, y lo llevó a Jerusalén; y derribó el muro de Jerusalén desde la puerta de Efraín hasta la puerta del ángulo, un tramo de cuatrocientos codos. 24Asimismo tomó todo el oro y la plata, y todos los utensilios que se hallaron en la casa de Dios en casa de Obed-Edom, y los tesoros de la casa del rey, y los hijos de los nobles; después volvió a Samaria. 25Y vivió Amasías hijo de Joás, rey de Judá, quince años después de la muerte de Joás hijo de Joacaz, rey de Israel. 26Los demás hechos de Amasías, primeros y postreros, ¿no están escritos en el libro de los reyes de Judá y de Israel? 27Desde el tiempo en que Amasías se apartó de Jesús, empezaron a conspirar contra él en Jerusalén; y habiendo él huido a Laquis, enviaron tras él a Laquis, y allá lo mataron; 28y lo trajeron en caballos, y lo sepultaron con sus padres en la ciudad de Judá.” (2Cro. 25:1-28)

 

Consecuencias de aborrecer la ley,…

 

19Oye, tierra: He aquí yo traigo mal sobre este pueblo, el fruto de sus pensamientos; porque no escucharon mis palabras, y aborrecieron mi ley. 20¿Para qué a mí este incienso de Sabá, y la buena caña olorosa de tierra lejana? Vuestros holocaustos no son aceptables, ni vuestros sacrificios me agradan. 21Por tanto, Jesús dice esto: He aquí yo pongo a este pueblo tropiezos, y caerán en ellos los padres y los hijos juntamente; el vecino y su compañero perecerán. 12¿Se han avergonzado de haber hecho abominación? Ciertamente no se han avergonzado en lo más mínimo, ni supieron avergonzarse; caerán, por tanto, entre los que caigan; cuando los castigue caerán, dice Jesús. 13Los cortaré del todo, dice Jesús. No quedarán uvas en la vid, ni higos en la higuera, y se caerá la hoja; y lo que les he dado pasará de ellos.” (Jer. 6:19-21)

 

Consecuencias de menospreciar la ley de Dios,…

 

4Así ha dicho Jesús: Por tres pecados de Judá, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque menospreciaron la ley de Jesús, y no guardaron sus ordenanzas, y les hicieron errar sus mentiras, en pos de las cuales anduvieron sus padres. 5Prenderé, por tanto, fuego en Judá, el cual consumirá los palacios de Jerusalén.” (Amos. 2:4-5)

           

Consecuencias de dejar la ley y no obedecer la voz de Dios,…

 

13Dijo Jesús: Porque dejaron mi ley, la cual di delante de ellos, y no obedecieron a mi voz, ni caminaron conforme a ella; 14antes se fueron tras la imaginación de su corazón, y en pos de los baales, según les enseñaron sus padres. 15Por tanto, así ha dicho Jesús de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que a este pueblo yo les daré a comer ajenjo, y les daré a beber aguas de hiel. 16Y los esparciré entre naciones que ni ellos ni sus padres conocieron; y enviaré espada en pos de ellos, hasta que los acabe.” (Jer. 9:13-16)

 

11Entonces les dirás: Porque vuestros padres me dejaron, dice Jesús, y anduvieron en pos de dioses ajenos, y los sirvieron, y ante ellos se postraron, y me dejaron a y no guardaron mi ley; 12y vosotros habéis hecho peor que vuestros padres; porque he aquí que vosotros camináis cada uno tras la imaginación de su malvado corazón, no oyéndome a . 13Por tanto, yo os arrojaré de esta tierra a una tierra que ni vosotros ni vuestros padres habéis conocido, y allá serviréis a dioses ajenos de día y de noche; porque no os mostraré clemencia.” (Jer. 16:11-13)

 

Consecuencias de olvidarse de la ley de Dios,…

 

4Ciertamente hombre no contienda ni reprenda a hombre, porque tu pueblo es como los que resisten al sacerdote. 5Caerás por tanto en el día, y caerá también contigo el profeta de noche; y a tu madre destruiré. 6Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.” (Oseas 4:4-6)

 

Consecuencias de poner la ley de Dios a nuestras espaldas,…

 

26Pero te provocaron a ira, y se rebelaron contra ti, y echaron tu ley tras sus espaldas, y mataron a tus profetas que protestaban contra ellos para convertirlos a ti, e hicieron grandes abominaciones. 27Entonces los entregaste en mano de sus enemigos, los cuales los afligieron. Pero en el tiempo de su tribulación clamaron a ti, y tú desde los cielos los oíste; y según tu gran misericordia les enviaste libertadores para que los salvasen de mano de sus enemigos.” (Neh. 9:26-27)

 

Consecuencias de ser amonestado para que guarden las leyes de Dios,… y endurecer la cerviz,…

 

13Jesús amonestó entonces a Israel y a Judá por medio de todos los profetas y de todos los videntes, diciendo: Volveos de vuestros malos caminos, y guardad mis mandamientos y mis ordenanzas, conforme a todas las leyes que yo prescribí a vuestros padres, y que os he enviado por medio de mis siervos los profetas. 14Mas ellos no obedecieron, antes endurecieron su cerviz, como la cerviz de sus padres, los cuales no creyeron en Jesús su Dios. 15Y desecharon sus estatutos, y el pacto que él había hecho con sus padres, y los testimonios que él había prescrito a ellos; y siguieron la vanidad, y se hicieron vanos, y fueron en pos de las naciones que estaban alrededor de ellos, de las cuales Jesús les había mandado que no hiciesen a la manera de ellas. 16Dejaron todos los mandamientos de Jesús su Dios, y se hicieron imágenes fundidas de dos becerros, y también imágenes de Asera, y adoraron a todo el ejército de los cielos, y sirvieron a Baal; 17e hicieron pasar a sus hijos y a sus hijas por fuego; y se dieron a adivinaciones y agüeros, y se entregaron a hacer lo malo ante los ojos de Jesús, provocándole a ira. 18Jesús, por tanto, se airó en gran manera contra Israel, y los quitó de delante de su rostro; y no quedó sino sólo la tribu de Judá.” (2Rey. 17:13-18)

 

28Pero una vez que tenían paz, volvían a hacer lo malo delante de ti, por lo cual los abandonaste en mano de sus enemigos que los dominaron; pero volvían y clamaban otra vez a ti, y desde los cielos los oías y según tus misericordias muchas veces los libraste. 29Les amonestaste a que se volviesen a tu ley; mas ellos se llenaron de soberbia, y no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron contra tus juicios, los cuales si el hombre hiciere, en ellos vivirá; se rebelaron, endurecieron su cerviz, y no escucharon. 30Les soportaste por muchos años, y les testificaste con tu Espíritu por medio de tus profetas, pero no escucharon; por lo cual los entregaste en mano de los pueblos de la tierra. 31Mas por tus muchas misericordias no los consumiste, ni los desamparaste; porque eres Dios clemente y misericordioso.” (Neh. 9:28-31)

 

Consecuencias de infringir la ley,…

 

17He aquí, tú tienes el sobrenombre de judío, y te apoyas en la ley, y te glorías en Dios, 18y conoces su voluntad, e instruido por la ley apruebas lo mejor, 19y confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas, 20instructor de los indoctos, maestro de niños, que tienes en la ley la forma de la ciencia y de la verdad. 21Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas? 22Tú que dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que abominas de los ídolos, ¿cometes sacrilegio? 23Tú que te jactas de la ley, ¿con infracción de la ley deshonras a Dios? 24Porque como está escrito, el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros.” (Rom. 2:17-24)

 

Consecuencias de ser amonestado para que guarden las leyes de Dios,… y escuchar la amonestación y humillarse,…

 

1Cuando Roboam había consolidado el reino, dejó la ley de Jesús, y todo Israel con él. 2Y por cuanto se habían rebelado contra Jesús, en el quinto año del rey Roboam subió Sisac rey de Egipto contra Jerusalén, 3con mil doscientos carros, y con sesenta mil hombres de a caballo; mas el pueblo que venía con él de Egipto, esto es, de libios, suquienos y etíopes, no tenía número. 4Y tomó las ciudades fortificadas de Judá, y llegó hasta Jerusalén. 5Entonces vino el profeta Semaías a Roboam y a los príncipes de Judá, que estaban reunidos en Jerusalén por causa de Sisac, y les dijo: Así ha dicho Jesús: Vosotros me habéis dejado, y yo también os he dejado en manos de Sisac. 6Y los príncipes de Israel y el rey se humillaron, y dijeron: Justo es Jesús. 7Y cuando Jesús vio que se habían humillado, vino palabra de Jesús a Semaías, diciendo: Se han humillado; no los destruiré; antes los salvaré en breve, y no se derramará mi ira contra Jerusalén por mano de Sisac. 8Pero serán sus siervos, para que sepan lo que es servirme a , y qué es servir a los reinos de las naciones.” (2Cro. 12:1-8)

 

3Muchos días ha estado Israel sin verdadero Dios y sin sacerdote que enseñara, y sin ley; 4pero cuando en su tribulación se convirtieron a Jesús Dios de Israel, y le buscaron, él fue hallado de ellos. 5En aquellos tiempos no hubo paz, ni para el que entraba ni para el que salía, sino muchas aflicciones sobre todos los habitantes de las tierras. 6Y una gente destruía a otra, y una ciudad a otra ciudad; porque Dios los turbó con toda clase de calamidades. 7Pero esforzaos vosotros, y no desfallezcan vuestras manos, pues hay recompensa para vuestra obra.” (2Cro. 15:3-7)

 

10No se han humillado hasta el día de hoy, ni han tenido temor, ni han caminado en mi ley ni en mis estatutos, los cuales puse delante de vosotros y delante de vuestros padres. 11Por tanto, así ha dicho Jesús de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo vuelvo mi rostro contra vosotros para mal, y para destruir a todo Judá. 12Y tomaré el resto de Judá que volvieron sus rostros para ir a tierra de Egipto para morar allí, y en tierra de Egipto serán todos consumidos; caerán a espada, y serán consumidos de hambre; a espada y de hambre morirán desde el menor hasta el mayor, y serán objeto de execración, de espanto, de maldición y de oprobio. 13Pues castigaré a los que moran en tierra de Egipto como castigué a Jerusalén, con espada, con hambre y con pestilencia. 14Y del resto de los de Judá que entraron en la tierra de Egipto para habitar allí, no habrá quien escape, ni quien quede vivo para volver a la tierra de Judá, por volver a la cual suspiran ellos para habitar allí; porque no volverán sino algunos fugitivos.” (Jer. 44:10-12)

 

Consecuencias de rebelarse ante la ley de Dios,…

 

1Pon a tu boca trompeta. Como águila viene contra la casa de Jesús, porque traspasaron mi pacto, y se rebelaron contra mi ley. 2A mí clamará Israel: Dios mío, te hemos conocido. 3Israel desechó el bien; enemigo lo perseguirá.” (Oseas 8:1-2)

 

Consecuencias de hacer tropezar a las gentes en la ley,…

 

8Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice Jesús de los ejércitos. 9Por tanto, yo también os he hecho viles y bajos ante todo el pueblo, así como vosotros no habéis guardado mis caminos, y en la ley hacéis acepción de personas.” (Mal. 2:8-9)

 

Consecuencias de guardar la ley,…

 

7El que guarda la ley es hijo prudente; Mas el que es compañero de glotones avergüenza a su padre.” (Prov. 28:7)

 

Consecuencias de guardar los mandamientos de Dios y andar en sus decretos

 

3Si anduviereis en mis decretos y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, 4yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra rendirá sus productos, y el árbol del campo dará su fruto. 5Vuestra trilla alcanzará a la vendimia, y la vendimia alcanzará a la sementera, y comeréis vuestro pan hasta saciaros, y habitaréis seguros en vuestra tierra. 6Y yo daré paz en la tierra, y dormiréis, y no habrá quien os espante; y haré quitar de vuestra tierra las malas bestias, y la espada no pasará por vuestro país. 7Y perseguiréis a vuestros enemigos, y caerán a espada delante de vosotros. 8Cinco de vosotros perseguirán a ciento, y ciento de vosotros perseguirán a diez mil, y vuestros enemigos caerán a filo de espada delante de vosotros. 9Porque yo me volveré a vosotros, y os haré crecer, y os multiplicaré, y afirmaré mi pacto con vosotros. 10Comeréis lo añejo de mucho tiempo, y pondréis fuera lo añejo para guardar lo nuevo. 11Y pondré mi morada en medio de vosotros, y mi alma no os abominará; 12y andaré entre vosotros, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo. 13Yo Jesús vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para que no fueseis sus siervos, y rompí las coyundas de vuestro yugo, y os he hecho andar con el rostro erguido.” (Lev. 26:3-13)

 

Consecuencias de guardar los estatutos de la ley,…

 

1Sucederá que cuando hubieren venido sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y te arrepintieres en medio de todas las naciones adonde te hubiere arrojado Jesús tu Dios, 2y te convirtieres a Jesús tu Dios, y obedecieres a su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma, 3entonces Jesús hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte de entre todos los pueblos adonde te hubiere esparcido Jesús tu Dios. 4Aun cuando tus desterrados estuvieren en las partes más lejanas que hay debajo del cielo, de allí te recogerá Jesús tu Dios, y de allá te tomará; 5y te hará volver Jesús tu Dios a la tierra que heredaron tus padres, y será tuya; y te hará bien, y te multiplicará más que a tus padres. 6Y circuncidará Jesús tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jesús tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas. 7Y pondrá Jesús tu Dios todas estas maldiciones sobre tus enemigos, y sobre tus aborrecedores que te persiguieron. 8Y tú volverás, y oirás la voz de Jesús, y pondrás por obra todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy. 9Y te hará Jesús tu Dios abundar en toda obra de tus manos, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, para bien; porque Jesús volverá a gozarse sobre ti para bien, de la manera que se gozó sobre tus padres, 10cuando obedecieres a la voz de Jesús tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos escritos en este libro de la ley; cuando te convirtieres a Jesús tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma. 11Porque este mandamiento que yo te ordeno hoy no es demasiado difícil para ti, ni está lejos. 12No está en el cielo, para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo, y nos lo traerá y nos lo hará oír para que lo cumplamos? 13Ni está al otro lado del mar, para que digas: ¿Quién pasará por nosotros el mar, para que nos lo traiga y nos lo haga oír, a fin de que lo cumplamos? 14Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas. 15Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; 16porque yo te mando hoy que ames a Jesús tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jesús tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella. 17Mas si tu corazón se apartare y no oyeres, y te dejares extraviar, y te inclinares a dioses ajenos y les sirvieres, 18yo os protesto hoy que de cierto pereceréis; no prolongaréis vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para entrar en posesión de ella. 19A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; 20amando a Jesús tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jesús a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar.” (Deut. 30:1-20)

 

Consecuencia de que un rey ordene poner por obra la ley de Dios a su pueblo,…

 

1Durmió Abías con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de David; y reinó en su lugar su hijo Asa, en cuyos días tuvo sosiego el país por diez años. 2E hizo Asa lo bueno y lo recto ante los ojos de Jesús su Dios. 3Porque quitó los altares del culto extraño, y los lugares altos; quebró las imágenes, y destruyó los símbolos de Asera; 4y mandó a Judá que buscase a Jesús el Dios de sus padres, y pusiese por obra la ley y sus mandamientos.” (2Cron. 14:1-4)

 

Consecuencias de enseñar un rey al pueblo la ley de Dios,… y también cumplirla,…

 

1Reinó en su lugar Josafat su hijo, el cual se hizo fuerte contra Israel. 2Puso ejércitos en todas las ciudades fortificadas de Judá, y colocó gente de guarnición en tierra de Judá, y asimismo en las ciudades de Efraín que su padre Asa había tomado. 3Y Jesús estuvo con Josafat, porque anduvo en los primeros caminos de David su padre, y no buscó a los baales, 4sino que buscó al Dios de su padre, y anduvo en sus mandamientos, y no según las obras de Israel. 5Jesús, por tanto, confirmó el reino en su mano, y todo Judá dio a Josafat presentes; y tuvo riquezas y gloria en abundancia. 6Y se animó su corazón en los caminos de Jesús, y quitó los lugares altos y las imágenes de Asera de en medio de Judá. 7Al tercer año de su reinado envió sus príncipes Ben-hail, Abdías, Zacarías, Natanael y Micaías, para que enseñasen en las ciudades de Judá; 8y con ellos a los levitas Semaías, Netanías, Zebadías, Asael, Semiramot, Jonatán, Adonías, Tobías y Tobadonías; y con ellos a los sacerdotes Elisama y Joram. 9Y enseñaron en Judá, teniendo consigo el libro de la ley de Jesús, y recorrieron todas las ciudades de Judá enseñando al pueblo. 10Y cayó el pavor de Jesús sobre todos los reinos de las tierras que estaban alrededor de Judá, y no osaron hacer guerra contra Josafat.” (2Cro. 17:1-9)

 

8Puso también Josafat en Jerusalén a algunos de los levitas y sacerdotes, y de los padres de familias de Israel, para el juicio de Jesús y para las causas. Y volvieron a Jerusalén. 9Y les mandó diciendo: Procederéis asimismo con temor de Jesús, con verdad, y con corazón íntegro. 10En cualquier causa que viniere a vosotros de vuestros hermanos que habitan en las ciudades, en causas de sangre, entre ley y precepto, estatutos y decretos, les amonestaréis que no pequen contra Jesús, para que no venga ira sobre vosotros y sobre vuestros hermanos. Haciendo así, no pecaréis. 11Y he aquí, el sacerdote Amarías será el que os presida en todo asunto de Jesús, y Zebadías hijo de Ismael, príncipe de la casa de Judá, en todos los negocios del rey; también los levitas serán oficiales en presencia de vosotros. Esforzaos, pues, para hacerlo, y Jesús estará con el bueno.” (2Cro. 19:8-11)

 

Consecuencias de que un pueblo decía ser pueblo de Jesús,… y hacer lo que dice la ley de Dios,…

 

16Y Joiada hizo pacto entre sí y todo el pueblo y el rey, que serían pueblo de Jesús. 17Después de esto entró todo el pueblo en el templo de Baal, y lo derribaron, y también sus altares; e hicieron pedazos sus imágenes, y mataron delante de los altares a Matán, sacerdote de Baal. 18Luego ordenó Joiada los oficios en la casa de Jesús, bajo la mano de los sacerdotes y levitas, según David los había distribuido en la casa de Jesús, para ofrecer a Jesús los holocaustos, como está escrito en la ley de Moisés, con gozo y con cánticos, conforme a la disposición de David. 19Puso también porteros a las puertas de la casa de Jesús, para que por ninguna vía entrase ningún inmundo. 20Llamó después a los jefes de centenas, y a los principales, a los que gobernaban el pueblo y a todo el pueblo de la tierra, para conducir al rey desde la casa de Jesús; y cuando llegaron a la mitad de la puerta mayor de la casa del rey, sentaron al rey sobre el trono del reino. 21Y se regocijó todo el pueblo del país; y la ciudad estuvo tranquila, después que mataron a Atalía a filo de espada.” (2Cro. 23:16-21)

 

Consecuencias de que un Sacerdote prepare su corazón para inquirir la ley de Jesús y para cumplirla y para enseñarla,…

 

9Porque el día primero del primer mes fue el principio de la partida de Babilonia, y al primero del mes quinto llegó a Jerusalén, estando con él la buena mano de Dios. 10Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jesús y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos.” (Esd. 7:9-10)

 

Consecuencias de andar en la ley de Jesús

 

Los que andan en la ley de Jesús son perfectos en su camino,… 1Bienaventurados los perfectos de camino, los que andan en la ley de Jesús.” (Sal. 119:1)

 

ESTE ESTUDIO CONTIENE MAS MISTERIOS,… CLICK AQUI…

 

flecha2 fecha  fecha

        INICIO